" Esta Conferencia esta auspiciada por la OEA que es su secretaria y se aplican sus reglas, Pero aparte de esto, Peru invito a Maduro y ahora lo desinvita, Una figura que no existe ni en la OEA ni en ninguna parte del mundo porque segun la practica diplomatica ningun pais sede se opone a la venida de otros miembro de la misma organizacion. Por ejemplo los EEUU siendo sede de laONU no puede oponerse a que asista Corea del Norte a la Asamblea que su sede es en NY, EEUU .Porque ella es tan miembro de la Onu como los EEUU. Los unicos que podrian eventualmente que un pais no venga son todos los paises que forman la organizacion, ya sea por consenso, o votacion , En la Cumbre de las Americas son todos los Cancillres los que tomarian estan decision, No el Peru solitario y unilateralmente. Aqui estamos hablado de desinvitacion, una figura que no existe en el mundo multilateral ".
El Artículo 132.de la Carta de la OEA- "La asistencia a las reuniones de los órganos permanentes de la Organización de los Estados Americanos o a las conferencias y reuniones previstas en la Carta, o celebradas bajo los auspicios de la Organización, se verificará de acuerdo con el carácter multilateral de los órganos, conferencias y reuniones precitados y no depende de las relaciones bilaterales entre el Gobierno de cualquier Estado miembro y el Gobierno del país sede."
La Cumbre de las Américas de Quebec celebrada el 2001 creó un Grupo de revisión de la implementación de las Cumbres (GRIC) cuya Secretaría es hoy la OEA, es decir, es un Grupo multilateral auspiciado por la OEA, que es asistido por su presupuesto y el personal de la OEA para celebrar, bajo los auspicios de la OEA, la Cumbre de las Américas en Lima, conforme lo dice el artículo 132 de la Carta. La Cumbre de Lima, no depende entonces de las relaciones bilaterales entre el Gobierno de cualquier Estado y el Gobierno del país sede.
Es falso que "la cláusula democrática" de la Declaración de Quebec habilita automáticamente al Perú a desinvitar a Maduro. No es así. Si bien el texto de Quebec dice que una ruptura del sistema democrático es un obstáculo insuperable para la participación en las Cumbres de América, dice también, que en este caso se harán consultas entre todos los cancilleres de los países miembros. No dice que el país sede tiene potestad unilateral para desinvitar. Estas consultas no se han hecho. Error de Aljovín y asesores diplomáticos.
No se trata de defender a Maduro que ha convertido a Venezuela en una sociedad de escasez y en un desierto democrático, sino consternarse con el error diplomático del Perú de violar el derecho internacional, violar la misma Carta de la OEA que dice que las conferencias multilaterales, como es la Cumbre de las Américas, no dependen de las relaciones bilaterales entre cualquier Estado miembro y el Gobierno del país sede
Diario Uno
19 de febrero 2018
LOS ESPERPENTOS DE UNA DIPLOMACIA ESTRAFALARIA
Oswaldo de Rivero
La crisis diplomática del Perú con Venezuela es un himno a la falta de sentido común en el manejo de nuestra política exterior. No se trata de defender a Maduro que ha arruinado Venezuela convirtiéndola en una sociedad de escasez y un desierto de democracia. Se trata más bien de la cantidad de esperpentos que ha cometido la cancillería y que han terminado por fortalecer la posición diplomática de Maduro frente al Perú.
ESPERPENTO 1
La invitación a Maduro en noviembre a la Cumbre de las Américas. Dado los insultos de Maduro al presidente PPK y al retiro de nuestro Embajador, por un mínimo de decoro, nunca se debió exponer al presidente del Perú, haciéndole firmar la carta de invitación a Maduro. La debió suscribir el canciller. Eso dictaba el decoro. Error de Luna.
ESPERPENTO 2
La Primer Ministro y la canciller nunca debieron declarar que no podían dejar de invitar a Maduro, señalando que "no se puede dejar de invitar a todos los presidentes de la OEA y a Maduro se le tenía que invitar". Esto llevó a que el presidente PPK también declare. "Nicolás Maduro está invitado, puede venir". Dada la situación de deterioro progresivo de la institucionalidad democrática en Venezuela, la canciller no debió ratificar la invitación a Maduro. Menos aún el presidente del Perú. Lo profesional era el silencio. En diplomacia hablar demasiado es fatal. Error de la Ministra Aljovin.
ESPERPENTO 3
La "desinvitación."No habrá en la historia de la diplomacia multilateral un caso en que un canciller desinvite a un jefe de estado, a una reunión multilateral. El gobierno del Perú no tiene facultad ni competencia para vetar la participación de un jefe de estado de un país miembro de la Cumbres de las Américas. Maduro nos guste o no, tiene la legitimidad para participar simplemente porque su país es miembro de la Cumbre de las Américas. Solo puede impedir su participación una decisión de todos los cancilleres de los países miembros de las Cumbre a través de una concertación previa en el ámbito del Grupo de Revisión de la Implementación de Cumbres (GRIC) Que es el mecanismo de preparación, organización y seguimiento de las cumbres.
El Perú no puso el tema de Maduro en el GRIC. Lo llevo de frente a los cancilleres. Otro grave error.. Y los cancilleres le dijeron No. Ninguna cancillería seria, por más enemiga de Maduro, podía participar del procedimiento inaudito de la "desinvitación."El Perú asumió la decisión unilateral. Y como era natural ningún canciller quiso comprometerse con este esperpento. Ni siquiera aceptaron "tomar nota" de la decisión peruana". Solo por cortesía dijeron "respetamos la decisión del Perú." Que no es lo mismo que decir la compartimos. Error de Aljovin, Araoz y asesores diplomáticos .
ESPERPENTO 4.
La canciller Aljovin dijo que el grupo de Lima respaldó la decisión peruana de desinvitar a Maduro. Esto es una falsedad. Ya todos los países lo saben. Y es una falsedad mayor que será criticada en las primeras sesiones de la Cumbre cuando se interpele a la canciller peruana por la desinvitación (obviamente lo harán los países que están en contra, y los hay).También es falso que "la cláusula democrática" de la Declaración de Quebec habilita automáticamente al Perú a desinvitar a Maduro .No es así.
Si bien el texto de Quebec dice que una ruptura del sistema democrático es un obstáculo insuperable para la participacion en las Cumbres de América, dice también que en el caso de una ruptura del orden democrático se harán consultas entre todos los cancilleres de los países miembros de las Cumbres. No dice pues que el país sede tiene potestad unilateral para desinvitar, sino que tiene que haber consultas entre los cancilleres de los países miembros de la Cumbre .Y estas consultas no se ha hecho. Error de Aljovin y asesores diplomáticos.
ESPERPENTO MÁXIMO.
"Artículo 132.-La asistencia a las reuniones de los órganos permanentes de la Organización de los Estados Americanos o a las conferencias y reuniones previstas en la Carta, o celebradas bajo los auspicios de la Organización, se verificara de acuerdo con el carácter multilateral de los órganos, conferencias y reuniones precitados y no depende de las relaciones bilaterales entre el Gobierno de cualquier Estado miembro y el Gobierno del país sede."
Es decir, segun la OEA, que es la Secretaria de la Cumbre de las Americas(un t la reunion multilateral de Lima no depende de las relaciones entre el Perú (sede) y Venezuela que es todavía miembro de la OEA. En consecuencia la "DESINVITACION "unilateral y solitaria del Perú a Maduro es ilegítima porque, viola el artículo 132 de la Carta de la OEA. Al introducir una controversia el bilateral. Y si Maduro viene invocando el artículo 132, el gobierno de PPK tendrá que tragarse el esperpento de su "desinvitación". Nunca he visto un nivel tan bajo profesional en la Cancillería, Una lástima, No leen ni la Carta de la OEA y hacen cometer la madre de todos los esperpentos diplomáticos. Al Perú.
QUIEN GANA
Maduro se victimiza como un miembro de la Cumbre que es injustamente desinvitado, Esta situación lo fortalece idiplomáticamente. Todo está ahora en manos de Maduro, èl evaluara si viene o no. Y si viene invocando el artículo 132 de la Carta d la OEA, no hay base legal para impedir su entrada. Y no solo por este artículo de la Carta sino también porque todos los venezolanos entren sin visa al Perú. Y detener ilegalmente en el aeropuerto a un jefe de estado miembro de la Cumbre tendrá graves costos para el Perú. Además, es de locos desinvitarlo por factores democráticos cuando viene Raúl Castro y también el Presidente Hernández de Honduras, que es acusado de fraude electoral.
Posible salida
Ante una inminente llegada de Maduro, la Canciller deberá olvidarse de su desinvitación y decir diplomáticamente que no es bienvenido, pero que conforme al derecho internacional no puede impedir la participación de un país miembro de la Cumbre de las Américas.
EL PANFLETO
Editorial:
Cayetana, ¿todo está superado? Definiciones generales sobre diplomacia y la Cumbre de las Améric
EDITORIAL
Ante lo acontecido en los últimos días entre los que ejercen la más alta esfera de la política exterior del Perú se hace necesario delinear algunos conceptos para comprender lo ocurrido, su magnitud y el papel de cada participante. Escribir un recuento de los hechos deviene en redundancia; el artículo de Oswaldo de Rivero hace una efectiva relación y su análisis es esclarecedor[1].
Decir que el Perú se encuentra en una crisis diplomática es más que obvio, pero ¿sabemos que significa "Diplomacia"? Las definiciones surgen por todos lados y hay quienes hablan de lo que hace el Presidente con otros pares o la Canciller, o también de gente que se la pasa bebiendo de coctel en coctel y hasta del estudio de diplomados en algo relacionado con el Estado dentro de una casona de la avenida Pershing. Pero ¿Realmente sabemos que significa? Pues bien, Ernest Satow la describe como "la aplicación de la inteligencia y tacto en la conducción de las relaciones oficiales entre los gobiernos de los países independientes… o, más conciso, la conducción de los asuntos entre Estados en forma pacífica".[2] Se habla de una actividad, una que se hace de tal forma que no permite que dos países entren en conflicto.
Del concepto de Diplomacia, podemos concluir que es algo totalmente distinto de la "Política Exterior" cuya concepción ha sufrido una constante transformación en los últimos años ya que, al tratarse de los planes, políticas, acciones e incluso las burocracias de los gobiernos nacionales orientados hacia un plano exterior afuera de su propia jurisdicción; sus fuentes, actores, consecuencias, conductas y asuntos han ido aumentándose y volviéndose más complejos e interdependientes llegando a erosionar su límite con la política interna[3].
Ahora bien, cada país es independiente en la forma como organiza y ejerce su política exterior; por ejemplo en nuestro caso, es el Presidente de la República quien tiene la función de Director de la Política Exterior (Constitución Política del Perú, artículo 118.11) la Ministra de Relaciones Exteriores la de conducirla de acuerdo a las directivas que imparta el Jefe de Estado y la Política General del Gobierno (Decreto Supremo N° 135/-2010-RE, artículo 6°) los integrantes del Servicio Diplomático de la República quienes la ejecutan (Ley N° 28091, artículo 3 (a) ) y se puede efectuar un mapeo más detallado en donde se involucran casi todos los elementos de la administración pública nacional.
Por otro lado, desde el siglo XIX hasta ahora se ha revitalizado una forma de ejercer la política exterior en forma directa por parte de sus más altos estamentos, es decir, los Jefes de Estado. Este mecanismo se llama "Diplomacia de Cumbres", sí, como la Cumbre de las Américas. Con ello se busca que las decisiones sean adoptadas por los mismos hacedores de la política exterior sin paso intermedio y que estas sean inmediatamente las directrices por cumplir por las burocracias y diplomacias de los países que representan. Durante la segunda mitad del siglo XX debido al aumentar las facilidades para transportarse y la complejidad de los temas de la agenda internacional, la Diplomacia de Cumbres se volvió un mecanismo muy habitual, tanto así que se llega hasta clasificar desde Cumbres institucionalizadas, Cumbres ad hoc y Cumbres bilaterales.
Con relación a la Cumbre de las Américas, ésta surgió como respuesta ante la difícil relación interamericana ocurrida durante las últimas décadas del siglo XX, el nuevo panorama internacional ante el fin de la Guerra Fría y la falta de respuesta por la Organización de Estados Americano. Sin embargo, ante la necesidad de institucionalizar este nuevo foro de diálogo y fortalecer a la OEA; se acuerda, en la Tercera Cumbre de las Américas (Quebec 2001) que sea la Organización de los Estados Americanos la que detente la Secretaría de las Cumbres, dándoles una agenda más amplia y un alcance que no solo se limita al más alto nivel, sino que llega hasta la sociedad civil que participa activamente en este proceso.
Finalmente, al ser ahora un mecanismo institucionalizado, la Cumbre de las Américas se ciñe a los principios de la Organización de los Estados Americanos y sus procedimientos; es decir, la defensa de la democracia y los derechos humanos tal como esta dispuesto en la Carta Democrática Interamericana y, por otro lado, a cumplir los procesos que el Régimen Democrático Interamericano imponga para permitir o vetar la participación de un país en el proceso de Cumbres e, incluso, suspenderlo de la OEA.
Tras estas definiciones generales, se puede decir lo siguiente:
• La Cumbre de las Américas es un mecanismo de diálogo en donde participan desde los más altos funcionarios del Estado hasta la sociedad civil pero las decisiones, acuerdos y declaraciones fruto de todo el intercambio de ideas que surgirá la realizan los Jefes de Estado en virtud de su propia investidura y de la naturaleza de este foro, la Diplomacia de Cumbres.
• Conforme el proceso de Cumbres el Jefe de Estado del país anfitrión realiza la convocatoria a todos sus pares de países miembros de la OEA, así como de otros a los cuales considere conveniente invitar.
• Es potestad, también, del Jefe de Estado del país invitado, aceptar o delegar la participación a otro funcionario público; ello lo debe avisar oportunamente al anfitrión y a la Secretaría de la Cumbre.
• Para que un Jefe de Estado sea impedido de participar en algún foro del régimen interamericano, en este caso, deben aplicarse las normas de la Declaración de Quebec y la Carta Democrática Interamericana, pero, existe un procedimiento a seguir, el cual es someter los hechos que generan la ruptura democrática o alteración del orden constitucional al Consejo Permanente de la OEA para que se decidan las medidas a adoptar, desde gestiones diplomáticas, buenos oficios o la constitución de una Asamblea General Extraordinaria y, en caso ello sea infructuoso, recién podrá decidir la suspensión de un país de la Organización (Carta Democrática Interamericana, artículos 19°, 20° y 21°)
• No se puede, por motivo alguno, sin recurrencia previa al proceso explicado "desinvitar" a un Jefe de Estado cuya invitación ha sido aceptada. Más aún, siendo el mismo Director de la Política Exterior peruana quien ha confirmado dicha invitación no se puede remitir al Premierato, cuya Ley Orgánica no le da potestad sobre la Política Exterior para desdecir lo ya hecho.
• En el caso de la Canciller, si bien en virtud de su cargo, cuenta con la potestad para conducir la Política Exterior, no puede tampoco gestionar el veto de un Jefe de Estado foráneo ya invitado a una Cumbre cuyo país es miembro ante foros que no tienen relación alguna con la Cumbre de las Américas más aún si sus propios miembros no dieron su expreso apoyo.
• Esta crisis diplomática demuestra la precariedad en la que se encuentra sometido el Ministerio de Relaciones Exteriores el cual, pese al esfuerzo de sus funcionarios diplomáticos tanto a nivel nacional como en el exterior para llevar los asuntos del Perú de la mejor manera, se encuentra al vaivén de la coyuntura política materializando esa preocupación de los que estudian la Política Exterior de mezclar los negocios internos con la actividad internacional. Situación que se está llevando a cabo desde la década de los 90s con la expulsión de 117 funcionarios diplomáticos en el gobierno de Fujimori, la diplomacia directa de Toledo y Diez Canseco con el infame caso de los "cielos abiertos", el desmembramiento de las Oficinas Comerciales a favor del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo así como la eliminación del Instituto Antártico Peruano por parte del segundo gobierno de García, las gestiones de la Canciller Rivas en la época de Humala y ahora el papelón internacional que está llevando a cabo el Perú.
[1] de Rívero Oswaldo "Los Esperpentos de una Diplomacia Estrafalaria", Diario Uno, 19 de febrero de 2018
http://diariouno.pe/…/los-esperpentos-de-una-diplomacia-es…/
[2] Satow, Ernest "Satow´s Diplomatic Practice", Sexta Edición, Oxford University Press, 2009. Página 3
[3] Caporaso, James y otros "The Comparative Study of Foreign Policy: Perspectives on the Future." Artículo presentado por la Universidad Estatal de Ohio en el 27 Encuentro Anual de la Asociación de Estudios Internacionales
GESTION
Maduro y la Cumbre
Alejandro Deustua
21 de febrero de 2018
El Perú ha "reconsiderado" la invitación al dictador venezolano a la cumbre de las Américas de abril en defensa de intereses nacionales y hemisféricos. Éstos corresponden a la vigencia de la democracia representativa en la región y a la seguridad colectiva en el continente.
Probablemente debido al fracaso de instrumentos americanos más adecuados para ejercer esa cautela (la Carta Democrática, la cláusula democrática del UNASUR), a una sobrevaluación de la solidaridad del Grupo de Lima o a un error de apreciación del mismo, esa defensa parece haber devenido en singular cuando debió ser colectiva.
En efecto, los miembros de esa agrupación nacida para la defensa de la democracia en Venezuela sólo han "respetado" la decisión peruana de cancelar la invitación a Maduro. Y, en lugar de distribuir bien la responsabilidad entre sus 17 miembros y coordinar esa posición entre los 35 que toman parte en el proceso de cumbres americana para minimizar la previsible oposición de los miembros del ALBA y de otros Estados (como Uruguay), el Perú parece haber asumido solo, quizás sin percatarse, la carga grupal.
En el proceso el Perú y los demás integrantes del Grupo de Lima parecen haber confundido el ámbito de sus decisiones (restringido a sus 17 integrantes) con el del sistema interamericano (que comprende a los 35 miembros) en el que se ubica el proceso de cumbres americanas.
Este proceso de reuniones presidenciales, que se inicia en 1994, constituye un régimen bien institucionalizado cuya gestión administrativa corresponde a la Secretaría General de la OEA. En él participan además de los Estados americanos un amplio espectro de organismos internacionales (desde el Banco Mundial hasta la CAF) y mantiene continuidad a través de una serie de grupos de trabajo. Como foro interamericano la asistencia de Venezuela debió ser sometida a la consideración del conjunto del fuero hemisférico.
Si por los motivos que sean ello no ocurrió, esto no cancela la amenaza totalitaria del gobierno chavista que deshace su propio Estado, destroza a su población y a su economía, fragmenta y desestabiliza la región y, como su mentor cubano, busca riesgoso cobijo extrarregional. ¿Debe permitirse que el dictador aproveche del error diplomático y obtenga beneficios en la medida que el continente los pierde?
Permitir ese resultado es tan insensato como imprudente ha sido la conducta peruana en la gestión de este asunto al pretender que las prerrogativas del anfitrión incluían las de contradecir su propia convocatoria.
Ahora es necesario que el Perú y el Grupo de Lima recurran menos a la denegación de invitaciones y más al ejercicio de su poder colectivo en tanto Maduro incrementa el desafío totalitario fraguando elecciones presidenciales y también legislativas. Lima debe ser el sitio para considerar colectivamente el status de la relación diplomática con Venezuela, la inclusión de la amenaza chavista en la agenda con Cuba, Rusia y China y la denuncia en el Consejo de Seguridad.
EL Panfleto
Editorial: Cayetana, ¿todo está superado? Definiciones generales sobre diplomacia y la Cumbre de las Américas
Ante lo acontecido en los últimos días entre los que ejercen la más alta esfera de la política exterior del Perú se hace necesario delinear algunos conceptos para comprender lo ocurrido, su magnitud y el papel de cada participante. Escribir un recuento de los hechos deviene en redundancia; el artículo de Oswaldo Del Río hace una efectiva relación y su análisis es esclarecedor[1].
Decir que el Perú se encuentra en una crisis diplomática es más que obvio, pero ¿sabemos que significa "Diplomacia"? Las definiciones surgen por todos lados y hay quienes hablan de lo que hace el Presidente con otros pares o la Canciller, o también de gente que se la pasa bebiendo de coctel en coctel y hasta del estudio de diplomados en algo relacionado con el Estado dentro de una casona de la avenida Pershing. Pero ¿Realmente sabemos que significa? Pues bien, Ernest Satow la describe como "la aplicación de la inteligencia y tacto en la conducción de las relaciones oficiales entre los gobiernos de los países independientes… o, más conciso, la conducción de los asuntos entre Estados en forma pacífica".[2] Se habla de una actividad, una que se hace de tal forma que no permite que dos países entren en conflicto.
Del concepto de Diplomacia, podemos concluir que es algo totalmente distinto de la "Política Exterior" cuya concepción ha sufrido una constante transformación en los últimos años ya que, al tratarse de los planes, políticas, acciones e incluso las burocracias de los gobiernos nacionales orientados hacia un plano exterior afuera de su propia jurisdicción; sus fuentes, actores, consecuencias, conductas y asuntos han ido aumentándose y volviéndose más complejos e interdependientes llegando a erosionar su límite con la política interna[3].
Ahora bien, cada país es independiente en la forma como organiza y ejerce su política exterior; por ejemplo en nuestro caso, es el Presidente de la República quien tiene la función de Director de la Política Exterior (Constitución Política del Perú, artículo 118.11) la Ministra de Relaciones Exteriores la de conducirla de acuerdo a las directivas que imparta el Jefe de Estado y la Política General del Gobierno (Decreto Supremo N° 135/-2010-RE, artículo 6°) los integrantes del Servicio Diplomático de la República quienes la ejecutan (Ley N° 28091, artículo 3 (a) ) y se puede efectuar un mapeo más detallado en donde se involucran casi todos los elementos de la administración pública nacional.
Por otro lado, desde el siglo XIX hasta ahora se ha revitalizado una forma de ejercer la política exterior en forma directa por parte de sus más altos estamentos, es decir, los Jefes de Estado. Este mecanismo se llama "Diplomacia de Cumbres", sí, como la Cumbre de las Américas. Con ello se busca que las decisiones sean adoptadas por los mismos hacedores de la política exterior sin paso intermedio y que estas sean inmediatamente las directrices por cumplir por las burocracias y diplomacias de los países que representan. Durante la segunda mitad del siglo XX debido al aumentar las facilidades para transportarse y la complejidad de los temas de la agenda internacional, la Diplomacia de Cumbres se volvió un mecanismo muy habitual, tanto así que se llega hasta clasificar desde Cumbres institucionalizadas, Cumbres ad hoc y Cumbres bilaterales.
Con relación a la Cumbre de las Américas, ésta surgió como respuesta ante la difícil relación interamericana ocurrida durante las últimas décadas del siglo XX, el nuevo panorama internacional ante el fin de la Guerra Fría y la falta de respuesta por la Organización de Estados Americano. Sin embargo, ante la necesidad de institucionalizar este nuevo foro de diálogo y fortalecer a la OEA; se acuerda, en la Tercera Cumbre de las Américas (Quebec 2001) que sea la Organización de los Estados Americanos la que detente la Secretaría de las Cumbres, dándoles una agenda más amplia y un alcance que no solo se limita al más alto nivel, sino que llega hasta la sociedad civil que participa activamente en este proceso.
Finalmente, al ser ahora un mecanismo institucionalizado, la Cumbre de las Américas se ciñe a los principios de la Organización de los Estados Americanos y sus procedimientos; es decir, la defensa de la democracia y los derechos humanos tal como esta dispuesto en la Carta Democrática Interamericana y, por otro lado, a cumplir los procesos que el Régimen Democrático Interamericano imponga para permitir o vetar la participación de un país en el proceso de Cumbres e, incluso, suspenderlo de la OEA.
Tras estas definiciones generales, se puede decir lo siguiente:
- La Cumbre de las Américas es un mecanismo de diálogo en donde participan desde los más altos funcionarios del Estado hasta la sociedad civil pero las decisiones, acuerdos y declaraciones fruto de todo el intercambio de ideas que surgirá la realizan los Jefes de Estado en virtud de su propia investidura y de la naturaleza de este foro, la Diplomacia de Cumbres.
- Conforme el proceso de Cumbres el Jefe de Estado del país anfitrión realiza la convocatoria a todos sus pares de países miembros de la OEA, así como de otros a los cuales considere conveniente invitar.
- Es potestad, también, del Jefe de Estado del país invitado, aceptar o delegar la participación a otro funcionario público; ello lo debe avisar oportunamente al anfitrión y a la Secretaría de la Cumbre.
- Para que un Jefe de Estado sea impedido de participar en algún foro del régimen interamericano, en este caso, deben aplicarse las normas de la Declaración de Quebec y la Carta Democrática Interamericana, pero, existe un procedimiento a seguir, el cual es someter los hechos que generan la ruptura democrática o alteración del orden constitucional al Consejo Permanente de la OEA para que se decidan las medidas a adoptar, desde gestiones diplomáticas, buenos oficios o la constitución de una Asamblea General Extraordinaria y, en caso ello sea infructuoso, recién podrá decidir la suspensión de un país de la Organización (Carta Democrática Interamericana, artículos 19°, 20° y 21°)
- No se puede, por motivo alguno, sin recurrencia previa al proceso explicado "desinvitar" a un Jefe de Estado cuya invitación ha sido aceptada. Más aún, siendo el mismo Director de la Política Exterior peruana quien ha confirmado dicha invitación no se puede remitir al Premierato, cuya Ley Orgánica no le da potestad sobre la Política Exterior para desdecir lo ya hecho.
- En el caso de la Canciller, si bien en virtud de su cargo, cuenta con la potestad para conducir la Política Exterior, no puede tampoco gestionar el veto de un Jefe de Estado foráneo ya invitado a una Cumbre cuyo país es miembro ante foros que no tienen relación alguna con la Cumbre de las Américas más aún si sus propios miembros no dieron su expreso apoyo.
- Esta crisis diplomática demuestra la precariedad en la que se encuentra sometido el Ministerio de Relaciones Exteriores el cual, pese al esfuerzo de sus funcionarios diplomáticos tanto a nivel nacional como en el exterior para llevar los asuntos del Perú de la mejor manera, se encuentra al vaivén de la coyuntura política materializando esa preocupación de los que estudian la Política Exterior de mezclar los negocios internos con la actividad internacional. Situación que se está llevando a cabo desde la década de los 90s con la expulsión de 117 funcionarios diplomáticos en el gobierno de Fujimori, la diplomacia directa de Toledo y Diez Canseco con el infame caso de los "cielos abiertos", el desmembramiento de las Oficinas Comerciales a favor del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo así como la eliminación del Instituto Antártico Peruano por parte del segundo gobierno de García, las gestiones de la Canciller Rivas en la época de Humala y ahora el papelón internacional que está llevando a cabo el Perú.
[2] Satow, Ernest "Satow´s Diplomatic Practice", Sexta Edición, Oxford University Press, 2009. Página 3
[3] Caporaso, James y otros "The Comparative Study of Foreign Policy: Perspectives on the Future." Artículo presentado por la Universidad Estatal de Ohio en el 27 Encuentro Anual de la Asociación de Estudios Internacionales (Anaheim, California, 1986)
Politico.pe
19 Febrero, 2018.
Increíble triunfo de Maduro
Ricardo Vasquez Kunze
Gracias a PPK y a la diplomacia peruana, el tirano ha salido fortalecido luego de que Venezuela fuera excluida arbitrariamente y sin ningún derecho de la Cumbre de las Américas.
El gobierno de PPK, la diplomacia peruana y Torre Tagle han dado uno de los faux pas más inauditos de los últimos tiempos excluyendo a Venezuela de la Cumbre de las Américas con el argumento de castigar al tirano Maduro. Lo que ha conseguido es todo lo contrario, pues ha roto el consenso unánime de los demócratas amantes de la libertad que, por lo menos en el Perú, existía contra la satrapía comunista que se ha enquistado en Venezuela.
Personalidades como el excanciller Eduardo Ferrero Costa han tenido que alzar su voz para advertir sobre un hecho que está escalando internacionalmente con la amenaza del tirano a hacer valer su derecho –el de Venezuela como Estado, en realidad– de aparecerse en una cumbre que no es propiedad del Perú ni de los trece países que conforman el Grupo de Lima, sino, como su nombre lo indica, de todo el continente americano. Y, así, Maduro y sus aliados de la izquierda peruana en el Perú se han visto fortalecidos con insólitos "aliados", si por ello se entiende la crítica plenamente justificada al desatino diplomático del Perú en este tema.
Visto está que Maduro y su pandilla no caerán de otra forma que esa.
Pero la solución militar es una quimera en la medida de la cobardía de nuestros países degradados por una tradición de un pacifismo estúpido digno de la Inglaterra de Chamberlain cuando se bajaba los pantalones ante Hitler para no ir a la guerra. Digo esto para que se entienda bien la posición radical de quien habla contra Maduro y su pandilla comunista. Sin embargo, al haber optado por la "paz" y el derecho como única réplica, la solución diplomática no pasa por darle más munición al tirano como ha hecho PPK.
Independientemente del tirano, Venezuela es un Estado que en el marco de esa "paz" que nadie se atreve a romper tiene derechos en el concierto de las naciones. El Perú no es quien para quitárselos si ni siquiera ha tenido la valentía de romper relaciones diplomáticas con Venezuela. El Perú es el país anfitrión de la Cumbre de las Américas, no es el dueño de la Cumbre. El argumento para expulsar a Venezuela es que el tirano ha incumplido con sus últimos compromisos internacionales. Esa es una justificación, no un argumento. El tirano ha incumplido SIEMPRE con todos sus compromisos, así que ello no es ninguna novedad.
En todo caso, si se decidió excluirlo debió haberse hecho por consenso, se entiende que mayoritario. Ese consenso no existe, pues el Grupo de Lima representa a una minoría de Estados (trece de treinta y cinco) con relación a todos los Estados americanos que participan en la Cumbre. Es más: ese consenso no existe en el mismo Grupo de Lima con respecto a las posiciones de los Estados miembros en su relación bilateral con Venezuela, según reconoció nuestra propia canciller. ¿Entonces de qué estamos hablando?
La misma canciller afirma en un artículo de hoy publicado por El Comercio que "La decisión del Gobierno del Perú se basó, y así también lo consideró el Grupo de Lima, en la Declaración de la Cumbre de Quebec del 2001, la misma que señala que la alteración o ruptura inconstitucional del orden democrático de un Estado constituye un obstáculo insuperable para la participación de su gobierno en el proceso de cumbres americanas." ¿Y en qué momento, canciller, el Perú y el Grupo de Lima fueron elegidos como intérpretes oficiales de la Declaración de Québec?
El otro tema es Estados Unidos. Como es bien sabido, la decisión de excluir a Maduro de la Cumbre se dio inmediatamente después de la visita de Rex Tillerson, secretario de Estado de los Estados Unidos. Yo estoy de acuerdo plenamente con Trump y tengo un gran respeto por Estados Unidos, pero de ahí a convertir a Torre Tagle en una oficina descentralizada del Departamento de Estado y al Perú en un ventrílocuo de Estados Unidos hay un abismo de diferencia por la sencilla razón de que… ¡soy peruano, no norteamericano!
Mis últimas líneas son para Torre Tagle. El deber de nuestra cancillería es orientar a los políticos en el complicado y delicado mundo de las relaciones internacionales. ¿Cumplió con ese papel? ¿El director general de América está de acuerdo con ese despropósito diplomático que pone en la picota el profesionalismo de Torre Tagle? Y si no está de acuerdo, ¿renunció para dejar sentada su posición? ¿Las majaderías, disfuerzos y delirios de nuestros políticos van a ser acompañadas por un amén con tal de seguir en el cargo? ¿En eso está Torre Tagle?
Finalmente, a Maduro en Lima se le combatía política y diplomáticamente haciéndole evidente mediante la interpelación pública el desprecio de las democracias. En la eventualidad de la patética escena del tirano llegando a Lima y siendo impedido de bajar del avión por la policía, solo se le ha regalado un triunfo inaudito e injustificable a nivel internacional. ¡
Gracias, PPK!
LA REPUBLICA
17 FEB. 2018
Eduardo Ferrero: "El gobierno no puede impedir que Maduro participe en la cumbre"