LA REPUBLICA
LA HISTORIA NO CONTADA DEL MAGISTRADO VEGA VEGA Y LOS TUPIÑO
Viernes, 20 de enero de 2012 | 8:17 am
César Vega Vega dice recordar vagamente su defensa. El vocal de la Cuarta Sala Penal afirma que no lo ve hace 40 años.
Misterios en el Poder Judicial.
Relaciones. La trayectoria del dos veces presidente de la Corte Superior de Lima muestra poderosas relaciones con personajes de la política, pero también con otros cuyas actividades fueron consideradas al margen de la ley durante largo tiempo.
Miguel Gutiérrez.
Es conocido que el magistrado César Javier Vega Vega acostumbra recordar públicamente a personas que lo han acompañado a lo largo de su vida.
En sus discursos como Presidente de la Corte Superior de Lima (2009-2010), Vega Vega suele señalar el apoyo que ha recibido de amigos y colegas durante sus años como abogado y magistrado.
Por razones que ignoramos pero imaginamos, Vega omite en la lista de agradecimientos a la familia Tupiño García, con seguridad sus principales patrocinados cuando empezaba como abogado.
No es para menos esta observación porque, con los Tupiño, Vega ha establecido un trato que va más allá de una relación entre cliente y abogado.
RELACIÓN OCULTA
Desde 1976, año que se tiene información documentaria, los hermanos Tupiño García sin excepción han sido involucrados en tráfico ilícito de drogas.
Diversos informes periodísticos, policiales y expedientes judiciales a los cuales tuvo acceso este diario dan cuenta de que los hermanos padecieron cárcel o estuvieron requisitoriados por narcotráfico. Ellos fueron señalados como integrantes de una organización del narcotráfico cuya cadena se extendìa desde Tingo María hasta Cali, Colombia.
La aparición de Vega Vega como defensor se remonta justamente en 1978 cuando la fama de la familia comienza a provocarle problemas con las autoridades.
El 8 setiembre de ese año, un grupo de Policía de la Dirección de Tráfico Ilícito de Drogas (Dintid)) ingresa sorpresivamente a un fundo en El Boquerón, de Padre Abad, Coronel Portillo. Allí estaban reunidos algunos colombianos y cuatro de los hermanos Tupiño García.
David, Eli y Amer Tupiño García fueron apresados mientras el hermano mayor, Raúl, fue victimado. Dos camiones, una avioneta Helio Super Courier, tres tractores, 71 kilos de droga, así como el fundo donde se había acondicionado una pista de aterrizaje, quedaron en manos de las autoridades.
Vega, quien por esa época laboraba en el jirón Carabaya 1180, en un estudio colectivo alquilado por el entonces joven abogado Alan García, se encargó de recuperar judicialmente algunos de los bienes incautados a la familia. Aunque la policía los presentó como narcotraficantes, la defensa de los Tupiño logró que en el Parte No. 153-2-X-1978 elaborado en Lima solo los citara.
Vega asumió personalmente la defensa de Froilán Aliaga Sánchez, esposo de Isabel Tupiño García, ambos detenidos en el operativo, y también de Audencio Tupiño, padre de estos. En el primer caso solo lo hizo por un juicio de soles, y el segundo, en un embargo a una propiedad en Tingo María.
Vega se rodeó de un reducido grupo de abogados que lo ayudaron a llevar diversos casos que en esos días se multiplicaban luego de la aprobación de la ley contra el narcotráfico, un enfoque más represivo.
En 1980, cuando Vega es elegido juez en el Poder Judicial, la defensa de la familia es asumida por Daniel López Juárez, compañero de aula de la Facultad de Derecho. Sin embargo, la amistad se mantendrá, tal como lo demuestran evidencias documentarias y situaciones particulares.
SELLO DE UNA AMISTAD
Tanto Vega como López eran invitados de honor de las reuniones que organizaban la familia en su casa de Manuel Moncloa 2530, Cercado, o en la residencia de Alonso de Molina 240, La Molina, tal como lo señala más de un testigo. A esas casas acudían también oficiales de la policía y conocidos apristas de la época.
Como una señal de esta amistad, el entonces juez Vega y el abogado Daniel López son elegidos padrinos de los hijos de David Tupiño. El 9 de enero de 1982, César Vega y Daniel López y Eli Tupiño firman como padrinos de David y William Tupiño Ballón, respectivamente, en la capilla de San Roque, Surco.
El 7 de mayo de 1984, la situación se complica una vez más para los Tupiño. La Dirección de Narcóticos de la PIP, informada de las actividades de las actividades de la organización liderada por uno de los Tupiño, detiene a Daniel López en su estudio de Camaná 921, Cercado.
La policía atribuye a Marco Aliaga Tupiño, hijo de Isabel Tupiño García y Froilán Aliaga, ser el cabecilla y a López el papel de financista de una organización internacional que despachaba droga a Colombia desde un aeródromo construido en Repente, Tingo María.
La versión de uno los detenidos, Félix Marín Gallardo, ante la fiscal, fue que "el abogado tenía conocimiento de dicho embarque de PBC, por cuanto, como referí anteriormente, en su presencia se me contrató para construir la pista de aterrizaje y hasta en cuatro oportunidades viajó a Tingo María", confesó.
Pese a las evidencias, López permaneció pocas semanas en el penal de Lurigancho. El abogado logró ser separado del proceso y mientras su cliente, el narco Aliaga Tupiño, se evade con ayuda policial, el 17 de diciembre de 1984, del penal de Cachiche.
El 5 de abril 1992, destituido del Poder Judicial, el ex vocal superior Vega se ve obligado, aunque lo niega (ver entrevista), a resolver los problemas legales de los Tupiño, a través de su compadre Daniel López.
Julio Aliaga Tupiño, hijo de Isabel Tupiño y de su ex patrocinado Froilán Sánchez, es apresado por narcotráfico en 1996, en Tingo María. Vega había instalado su estudio en Paseo de la República 111, frente al Palacio de Justicia.
La estrecha relación que mantiene el magistrado Vega con personas que fueron investigadas y procesadas por narcotráfico es descrita por un viejo abogado, testigo de esas andanzas: "Yo puedo defender al asesino del Papa, hasta a un narco, pero no me puedo meter en sus asuntos personales ni en sus finanzas. El abogado tiene la libertad hasta un límite, le tenían tanta confianza, les regalaban casas, terrenos".
EL GRAN JUEZ
César Vega ejerce la abogacía hasta 1980 cuando entra al PJ como juez suplente.
En 1983 fue nombrado titular junto con César San Martín, y en 1986 es elegido vocal superior, por el presidente Alan García, cargo que mantendrá hasta el autogolpe de 1992.
Retoma la abogacía hasta el 2001 cuando es repuesto en el PJ. Es Presidente de la Corte Superior de Lima (2007-2008 y 2009-2010).
El 2007 es investigado por Control Interno por reunirse en casa de Adam Pollack y el ex mandatario Alejandro Toledo, cuando la Cuarta Sala Penal para Reos Libres que él presidía juzgaba a la policía Lady Bardales por enriquecimiento ilícito, y al sobrino Miguel Toledo por la violación a Milady Rojas.
Fue cuestionado también por asistir al cumpleaños del entonces funcionario aprista Carlos Roca Cáceres.
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