Materiales para Nuestra Posición Ante los problemas Peruanos Nota de Presentación.- El impacto de las graves consecuencias resultantes del terremoto de Haití, fue tan grande, que logró reducir nuestra capacidad de atención a nuestros propios problemas peruanos. Sin embargo, con el pasar de los días estamos comprendiendo que los efectos de las últimas calamidades naturales en nuestro país demandan nuestra debida atención. En la segunda quincena del mes de diciembre el huaico que inundó buena parte de la ciudad de Huamanga, y las inundaciones que afectaron una parte de los barrios periféricos en Lima, sirvieron de advertencia de lo que vendría las siguientes semanas. En la segunda quincena de enero llegaron las primeras noticias de la grave situación que se había creado primero en el Cusco y después en Puno, por el desborde de las precipitaciones pluviales, y en estos días ya se están anunciando las primeras consecuencias en el norte del país. Resultan muy loables las invocaciones de varios colegas de la promoción PIC69, para "orar por las víctimas", lo cual cumple la función de consuelo, más para nosotros que para las propias víctimas. También resulta loable la propuesta para "ayudar de manera efectiva con donaciones de víveres y ropa", como han propuesto otros colegas, lo cual ayudaría a unas pocas pobladores afectados, aportándoles un alivio temporal. Consideramos que en nuestra condición de técnicos y científicos, con formación en Ingeniería Civil en una de las más importantes universidades del país, y con cuarenta años de experiencia profesional acumulada en todo el territorio peruano, nuestros deberes y responsabilidades son mayores, mucho mayores. Sin desmerecer las anteriores iniciativas, consideramos que debemos de intercambiar opiniones de análisis y propuestas de acción del cómo afrontar este tipo de situaciones en el futuro próximo. Superar el individualismo, y la indiferencia ante el dolor humano, y atrevernos a proponer y actuar. Por muy modestas que sean nuestras ideas, propuestas y aportes, si las canalizamos colectivamente adquirirán una mayor magnitud. Nuestro primer nivel de intercambio podría ser el grupo de correo de la misma promoción PIC69, y después canalizar nuestras inquietudes a través de la Asociación de Egresados de la UNI, de la Facultad de Ingeniería Civil de la UNI, del Capítulo de Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros, de los Clubs Departamentales, y de tantas otras organizaciones sociales que existen en nuestro medio. Como una contribución a ese intercambio de ideas, a continuación divulgamos un artículo publicado en el diario Gestión. Su autor es Jesús Vidalón. No lo conocemos, ni tenemos referencias de su actividad profesional, pero su esquema de análisis del problema y sus propuestas pueden servir de punto de partida para un mayor intercambio. (Miguel Ángel Aragón, 10 de febrero de 2010) PREVENCION DE DESASTRES Por Jesús Vidalón (*) Es un fracaso para la sociedad global que un sismo de grado 7.3 haya causado en Haití más de 110,000 muertes y pérdidas que triplican el producto bruto de ese país. Nada se puede hacer para evitar fenómenos naturales extremos, sin embargo, que estos se conviertan o no en desastres –con grandes pérdidas en vidas humanas e infraestructura- si depende del nivel de vulnerabilidad y, por tanto, de las acciones u omisiones de la población y sus autoridades. Haití es solo un ejemplo. El tsunami de Indonesia en el año 2004, cobró más de 100,000 vidas fundamentalmente por la ausencia de un sistema de alerta temprana. y en nuestro caso, el terremoto del 15 de agosto del 2007causó gran destrucción también por la mala práctica constructiva pero además por la informalidad, la inexistencia de control urbano y la falta de incorporación efectiva de criterios de riesgo a la planificación de la ciudad. Recientemente gran parte del Cusco sufrió los embates de huaicos y avenidas. Colapsaron puentes y viviendas y los poblados se inundaron. Es cierto que se vienen produciendo las lluvias más intensas de los últimos 20 o 30 años, pero los puentes deberían estar diseñados para periodos de retorno de 50 años., los cauces deberían estar descolmatados y las cimentaciones protegidas, las viviendas no deberían estar ubicadas en las quebradas o en las riberas de los ríos y los sistemas de desague y de drenaje pluvial podrían estar mejor diseñados. Indeci, el Ministerio de vivienda, Construcción y Saneamiento y el PNUD están haciendo un buen trabajo para lograr que cada vez más ciudades y distritos del país tengan estudios de microzonificación, mapas de peligro y planes de uso de suelo, instrumentos fundamentales para prevenir desastres. No obstante, los mapas de peligro y planes de uso de suelo muchas veces terminan archivados en los anaqueles de las municipalidades y no se usan de manera efectiva, por ejemplo, para reubicar a la población alojada en zonas de muy alto riesgo o para desarrollar programas de mitigación o planes de contingencia en las zonas de peligro alto o medio. Lo que es peor, miles de construcciones y agrupamientos humanos continúan establecidos en áreas de alto peligro. La preparación y el compromiso de las autoridades locales, que deben liderar los esfuerzos de planeamiento urbano sostenible, y en general las tareas de prevención y de mitigación, son fundamentales. Pensando, para empezar a aterrizar, solo en Lima, todo candidato a alcalde debería leer concienzudamente el libro "Reducción de Desastres Naturales" de Julio Kuroiwa y luego asumir el compromiso formal de: I) respetar la continuidad de los funcionarios del sistema nacional de Defensa Civil, II)completar los estudios de microzonificación y planes de uso de suelo en todos los distritos de la capital, III)resolver de manera masiva la problemática de los tugurios del centro de Lima, IV)reubicar a las familias ubicadas a las márgenes del río Rímac y en general en zonas de muy alto riesgo, V)construir muros de contención y reforzar las viviendas ubicadas en laderas en zonas de riesgo mitigable; VI)desarrollar planes de contingencia completos frente as los tsunamis, los que servirán solo si se da pase a la adquisición de la red sísmica de alerta temprana con comunicaciones satelitales. (*) Ex viceministro de Vivienda y Urbanismo. Artículo publicado en la sección Opinión de el diario Gestión, pag. 30, edición del martes 09 de febrero de 2010 |
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