30 diciembre, 2010 BID destaca la solidez de las economías de América Latina y el Caribe
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) aprobó un récord de 170 proyectos en el 2010, por un total de unos US$12.900 millones, en un continuo esfuerzo por reducir la pobreza y la desigualdad y promover el crecimiento sostenible en América Latina y el Caribe. En el 2009 el BID aprobó 165 proyectos por US$15.900 millones, en respuesta a la crisis financiera global. Los países de la región se recuperaron en gran medida en el 2010, durante el cual el porcentaje de población en pobreza cayó a 31,9 por ciento, contra 33,1 por ciento en el 2009 y 44 por ciento en el 2002. Sin embargo, 180 millones de latinoamericanos y caribeños aún permanecen bajo la línea de pobreza. Alrededor de un tercio de las aprobaciones de préstamos del 2010 fueron para las 19 economías más pequeñas de la región. El desempeño del BID refleja un fuerte incremento de la demanda de financiamiento por parte de sus prestatarios en la última década. La media anual de aprobaciones aumentó de US$6.200 millones en el período 2001-2005 a casi US$11.000 millones para el período 2006-2010. Para fines del 2010 los desembolsos del BID llegarán a unos US$10.900 millones. Aunque esta suma es menor que el excepcional monto alcanzado en el 2009, los desembolsos mantienen la tendencia creciente que mostraban previo a la crisis global. El flujo neto de recursos a la región ascenderá a unos US$4.700 millones en el 2010, de los cuales unos US$1.900 millones corresponderán a los países más pobres. Las aprobaciones de cooperaciones técnicas no reembolsables también siguieron creciendo, llegando a un total estimado de US$512 millones, 41 por ciento más que en el 2009. En su informe de fin de año al Directorio Ejecutivo del BID, el presidente Luis Alberto Moreno destacó que a pesar de la devastación causada por los terremotos ocurridos en Haití y Chile y otros desastres naturales que azotaron Guatemala, Colombia, Ecuador, Venezuela y Brasil, la región sorteó con relativo éxito los efectos de la crisis. “Al cerrar el 2010, el pronóstico de crecimiento de América Latina y el Caribe es mayor que el de las economías desarrolladas; las instituciones financieras, monetarias y fiscales son mucho más sólidas que dos décadas atrás; los recursos naturales que demanda el mundo son abundantes en nuestra región; y la política social ha dado cuenta de avances importantes a través del uso de herramientas cada vez más efectivas”, señaló. Moreno también destacó la creciente solidez de las instituciones fiscales y políticas. “La economía política de la región nos muestra a gobiernos democráticos de distinto signo que han adoptado, con un enfoque muy pragmático, políticas macroeconómicas eficaces”, comentó. No obstante estos logros, agregó, América Latina y el Caribe deben hacer frente a numerosos desafíos de desarrollo en áreas que incluyen la equidad social, la educación, la productividad, la integración, la seguridad alimentaria y la adaptación al cambio climático. Moreno agradeció a los gobernadores del BID por el histórico aumento general de recursos aprobado a principios del 2010, una ampliación de capital que permitirá ayudar mejor a los prestatarios en estas áreas. "El Banco cuenta ahora con un tamaño consistente con las necesidades de desarrollo de nuestros países, una gobernabilidad que garantiza el uso eficiente de los recursos de los contribuyentes, mayor capacidad para atender las necesidades de los sectores más pobres, e instrumentos adecuados para enfrentar los desafíos de la región", dijo. De acuerdo con los términos del aumento aprobado en marzo por la Asamblea de Gobernadores del BID en Cancún, el capital del Banco se incrementará de US$101.000 millones a US$171.000 millones en los próximos cinco años. Moreno también destacó la respuesta del BID a las necesidades de Haití luego del terremoto del 12 de enero. Además de cancelar la deuda de Haití con el Fondo de Operaciones Especiales por US$484 millones, este año el BID aprobó US$ 251 millones en nuevas donaciones y espera llegar a US$176 millones en desembolsos para Haití a finales de año. Estos recursos se canalizaron a programas en sectores clave como educación, transporte, energía, finanzas y agua y saneamiento. "Mirando hacia adelante, tenemos una agenda intensa de trabajo y una gran responsabilidad con la región. Nos hemos comprometido a reforzar el apoyo a los países más pequeños y de menor desarrollo relativo y a dar un soporte excepcional con Haití", agregó. Para los próximos años, Moreno dijo que el BID se ha fijado ambiciosas metas para apoyar la reducción de la pobreza y la desigualdad, la adaptación al cambio climático, la sostenibilidad ambiental, las energías renovables, la integración regional, la productividad y la competitividad del sector privado y las ciudades sostenibles. |
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