Monday, July 8, 2013

[RED DEMOCRATICA] No. 285 - En el Corazón de la Utopía

 


¡100.000 lectores semanales!

 

 

DIRECTOR: Gonzalo Márquez Cristo. EDITORES: Amparo Osorio, Iván Beltrán Castillo. COMITÉ EDITORIALFabio Jurado Valencia, Carlos Fajardo, Marcos Fabián Herrera, Maldoror. CONFABULADORES: Óscar Collazos, José Chalarca, Sergio Trujillo Béjar, Fabio Martínez, Fernando Maldonado, Gabriel Arturo Castro, Guillermo Bustamante Zamudio. EN EL EXTERIOR: Alfredo Fressia (Brasil); Antonio Correa, Iván Oñate (Ecuador); Rodolfo Häsler (España); Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva (México); Luis Alejandro Contreras, Benito Mieses, Adalber Salas (Venezuela); Renato Sandoval (Perú); Efer Arocha, Jorge Torres, Jorge Najar (Francia); Marta L. Canfield, Gabriel Impaglione (Italia); Luis Bravo (Uruguay); Armando Rodríguez Ballesteros, Osvaldo Sauma (Costa Rica).

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con el asunto "Retiro"

 

 

En el corazón de la utopía

 

23° Festival Internacional de Poesía de Medellín

 

Los poetas Fernando Rendón y Gabriel Jaime Franco, directores del Festival

 

Del 6 al 13 de julio, no sólo Medellín sino otras ciudades y municipios de Colombia, contarán con la presencia de 60 poetas, procedentes de 45 países de diferentes regiones del planeta, que se reunirán para realizar la versión número 23 del importante evento.

Como todos los años el Festival tomará un tema como hilo conductor de este viaje por la poesía del mundo. Esta versión estará dedicada a la resignificación del mito como parte fundacional de la existencia humana y la utopía como punto de partida hacia la construcción de una sociedad en donde la vida esté determinada por el principio del goce, el equilibrio con la naturaleza y la justicia, lo que sería una sociedad soñada por todos.

Cerca de 150 escenarios culturales de Medellín y de su área metropolitana serán el nuevo hogar de la poesía durante los días del Festival. También se realizarán recitales de poesía en ciudades como Ibagué, Bucaramanga, Barranquilla y Armenia.

Además de los recitales y lecturas de poemas, el Festival Internacional de Poesía de Medellín, desarrollará la 17ª Escuela Internacional de Poesía, donde se ofrecen espacios de formación y creación a través de cursos, talleres y conferencias a las que pueden asistir gratuitamente y con previa inscripción todo aquel que esté interesado.

Desde su fundación en 1991 y hasta el momento, el Festival se ha consolidado como un espacio único de encuentro de las más diversas culturas del mundo. Ese encuentro ha sido posible gracias a la universalidad de la poesía y ha permitido que en todos estos años, más de 1.100 poetas de 156 países hayan participado con lecturas de poemas y actividades formativas.

El poder transformador de la poesía se evidencia cada año en Medellín donde la palabra y la creación poética convocan miles de personas. La poesía se convierte así en el espíritu cohesionador de una sociedad que cada día está más fragmentada. De esta forma, el Festival de Poesía de Medellín, como símbolo de unidad y de celebración de la vida, seguirá contribuyendo a la construcción de una cultura de la paz que se opone radicalmente al odio y a la guerra.

La nómina completa de poetas invitados al encuentro es la siguiente: Monika Rinck (Alemania), Jorge Fondebrider (Argentina); Les Wicks (Australia); Leonard Nolens (Bélgica); Thiago de Mello (Brasil); Werewere Liking (Camerún/Costa de Marfil); Javier Bello (Chile); Jidi Majia (China); Juan Manuel Roca, Amparo Inés Osorio, Santiago Mutis, Samuel Vásquez, Carlos Vásquez, Tallulah Flores, Álvaro Marín, Fernando Herrera, Lucía Estrada, Oscar González, Eufrasio Guzmán, Orietta Lozano, Víctor Raúl Jaramillo, Daniel Jimenez, Edgar Trejos, Robinson Quintero, Luis Fernando Macías, Everardo Rendón, Yolima Zuleta, Luz Andrea Castillo, Felipe Posada, Juan Felipe López, Ronald Cano, Leidy Yaneth Vásquez Ramirez (Colombia); Anastasia Candre (Nación Okaina-uitoto, Colombia); Fredy Chicangana (Nación Yanakuna, Colombia); Gabriel Oukoundji (Congo); Oscar Cruz (Cuba); José Rolando Rivero (Cuba); Raúl Pérez Torres, Antonio Preciado, María Clara Sharupi (Nación Shuar, Ecuador); Ariruma Kowii (Quechua Nation, Ecuador); Aitana Alberti (España/Argentina/Cuba); Saba Kidane (Eritrea); Bewketu Seyoum (Etiopía); Marra PL. Lanot (Filipinas); Gérard Noiret (Francia); Richard Gwyn (Gales); Rosa Chávez (Guatemala); Josaphat-Robert Large (Haití); K. Satchidanandan (India); Goenawan Mohamad (Indonesia); Moya Cannon (Irlanda); Lorna Shaughnessy (Irlanda del Norte); Gerður Kristný (Islandia); Tiziana Cera Rosco (Italia); Lidija Dimkovska (Macedonia/Eslovenia); Nikola Madzirov (Macedonia); Ernest Pépin (Martinica); Javier Sicilia, Jeannette L. Clariond (México); Tanure Ojaide (Nigeria); Jan Erik Vold (Noruega); Sasja Janssen (Países Bajos); Abadio Green Stocel (Panamá, Nación Tule- Kuna); Marco Martos (Perú); Krystyna Rodowska (Polonia); Ilya Kaminsky (Rusia-Estados Unidos); Maram al-Masri (Siria); Magnus William-Olsson (Suecia); Ingrid Fichtner (Suiza); Zolani Mkiva (Suráfrica); Mildred Kiconco Barya (Uganda); William Osuna (República Bolivariana de Venezuela); Morela Maneiro (Nación Kariña, República Bolivariana de Venezuela); José Ángel Fernández (Nación Wayuu, República Bolivariana de Venezuela); Nguyen Phan Que Mai (Vietnam); Sainkho Namtchylak (Tuva, Federación Rusa); Valentin Tszin (Federación Rusa).

 

La programación completa se puede consultar en

Festival Internacional de Poesía de Medellín

 

Entrevista a Álvaro Pineda Botero


La novela histórica: La mejor compañera de la historia


 Fragmento de la entrevista realizada por Nelly Rocío Amaya Méndez al prestigioso crítico y narrador antioqueño Álvaro Pineda Botero (Medellín, 1942), con ocasión de la publicación de su novela El esposado, memorial de la Inquisición.

 

 NRA: ¿Cómo o cuándo se te ocurrió escribir una novela sobre el período colonial?

APB: Por lo general pensamos que nuestra época contemporánea es más importante que cualquier otra de la historia humana. Borges decía que en esto somos pretensiosos y egoístas y dejamos que el periódico y el noticiero de hoy nos llenen la vida, cuando hay acontecimientos, personajes, gestas y fundaciones del pasado mucho más determinantes. Si pretendemos conocer con alguna profundidad la naturaleza humana es conveniente ampliar el horizonte. Recuerdo  una conferencia de Umberto Eco cuando promovía El Nombre de la Rosa.  Afirmaba que en la Edad Media están las raíces de todas las cosas importantes que ocurren en la cultura occidental, y que si queremos comprender nuestra civilización es necesario estudiar con detalle esa época que generalmente calificamos de "oscura".

Yo pienso que la colonia en  América Latina es "nuestra edad media". De hecho, la Edad Media europea se perpetuó en muchas regiones de América durante los siglos coloniales. Mientras los pueblos europeos entraban rápidamente al Renacimiento, al Barroco y a la Modernidad, América mantenía los valores más absolutistas de gobierno, más ortodoxos en religión y más clasistas en lo social. Con la esclavitud y con los resguardos o encomiendas  se perpetuaron los sistemas más aberrantes de la servidumbre medieval.    Por eso siempre me inquietaba la Colonia y sentía que no la conocemos suficientemente.

 

NRA: ¿Cómo llegaste, específicamente, a los temas que tratas en la novela?

APB: Fue un largo recorrido. Por un tiempo me interesé por la novela colombiana contemporánea. De hecho, cuando estaba considerando los temas para mi disertación doctoral en Stony Brook, empecé a trabajar lo que en aquella época denominábamos "los escritores colombianos posteriores a García Márquez". Me había propuesto leer y comentar las novelas que se publicaban y mantenía  una columna de crítica literaria en el periódico El Colombiano. A finales de la década de 1980, el profesor norteamericano Raymond L. Williams escribía una historia de la novela colombiana y me pidió que hiciera la traducción al español. Fue publicada en 1991 con el título de Novela y poder en Colombia 1844-1987. Williams sostiene que en la Colonia no existió el género novela, y que, por lo tanto, la historia de la novela comienza después de la Independencia. Yo no estaba tan convencido. Me interesé por los trabajos del profesor Héctor Orjuela y otros académicos del Caro y Cuervo, y se me abrió un amplio horizonte sobre lo que verdaderamente había ocurrido.

 

NRA: Siempre se menciona El Carnero, de Rodríguez Freile —que no es propiamente una novela— como el antecedente más destacado. Pero luego apareció El Desierto Prodigioso y Prodigio del Desierto de Pedro de Solís y Valenzuela. ¿Qué relación tienen estas obras con El Esposado?

APB: El Desierto Prodigioso es, como  sugiere su nombre, una  obra prodigiosa. Es de una dimensión excesiva, incluye otros géneros literarios como la poesía y el teatro; tiene relatos intercalados; es, en sí misma, un universo literario. Me interesé por ella y escribí un largo ensayo que quedó incluido en mi libro La Fábula y el Desastre. En este ensayo sostengo que es "la primera novela colombiana", aunque hay que recordar que permaneció inédita por trescientos años y por lo tanto no tuvo influencia en la configuración de la novela republicana (a partir de la década de 1830). Apenas fue conocida en 1977 cuando comenzó a ser publicada por el Caro y Cuervo en varios volúmenes. Pero quienes nos interesamos hoy por la Colonia ya no podemos ignorarla, porque es la fuente de información más completa y compleja. Lo que aprendí estudiando El Desierto Prodigioso —y también El Carnero—  constituye el fondo teórico e histórico de mi novela.

La obra de Solís y Valenzuela comenzó a ser compuesta hacia 1630, es decir, al final del período que cubre El esposado. Por eso pude usar elementos del Desierto para ambientarla,  siempre teniendo cuidado en no caer en anacronismos. Estos anacronismos ocurren en muchas obras. Por ejemplo, en Los pecados de Inés de Hinojosa de Próspero Morales Pradilla aparecen descripciones de edificios, muebles, vajillas, vestidos femeninos de los siglos XVIII y XIX para ambientar una acción que trascurre en las primeras décadas del XVII. La mayoría de los lectores no reconocen estas inexactitudes. Lo mismo ocurre con los seriales de televisión basados en tales novelas. Para quienes los escriben, el pasado es un gran saco donde cabe cualquier cosa que tenga sabor a viejo. Estos autores pierden credibilidad entre quienes se interesan por el origen y desarrollo de los estilos y las costumbres.

Otra obra que deseo mencionar es el Quijote. La primera y segunda partes fueron escritas y publicadas a comienzos del XVII y por lo tanto conllevan lo más esencial de la cultura del momento. De hecho, me sirvió como fuente importante de información.

 NRA: ¿Cómo se llevó a cabo esa investigación?

APB: En 1996 gané una beca de investigación de cuatro meses para trabajar en la Biblioteca John Carter Brown de la universidad de Brown en Rhode Island. Se trata de una institución especializada que no es para el público general, ni siquiera para los estudiantes de la universidad. Para entrar allí se requiere haberse registrado como investigador profesional en asuntos históricos. Contiene innumerables documentos únicos de la historia de América, de 1492 a 1810, es decir, lo que llamamos el Descubrimiento, la Conquista y la Colonia. Y no solo de Norteamérica sino también del Caribe, Mesoamérica y Suramérica. Los documentos están en latín, inglés, español, portugués, holandés y francés. ¡Ojalá uno pudiera manejar tantos idiomas para mejor aprovechar esas oportunidades!

   

NRA: ¿Qué encontraste de particular?

APB: Tres documentos. El primero es una divertida e interesante crónica sobre un ataque de piratas a Cartagena de Indias: Viaje y suceso de los carabelones, por Bartolomé Gómez de Pastrana, impresor. Fue escrita como una memoria oficial para ser enviada a Madrid donde fue publicada en 1621. Esta crónica, sin embargo, es bastante conocida. Luego la encontré reproducida casi textualmente en La Historia Extensa de Colombia, en uno de los volúmenes dedicados a la Colonia.

El segundo es menos anecdótico y contiene  informes sociológicos y económicos. Se trata de una "Súplica" que le hace Juan Sáenz de Hurtado (el encomendero de Chivatá, cerca de Tunja) al rey Felipe II. Nunca llegó a manos del rey porque este acababa de morir cuando Sáenz de Hurtado llegó a Madrid. Entonces la hizo publicar en esa ciudad, en 1603. Se queja de la falta de mano de obra para adelantar el trabajo de minas y agricultura. Ante el exterminio  de indígenas y la insuficiente llegada de esclavos, la Corona debía tomar medidas urgentes. Lo que llama la atención es que el autor —que en una época fue "defensor de indios"— no se muestre preocupado por el sufrimiento humano, por la destrucción y el mal trato, sino por las implicaciones económicas. Como los mineros y agricultores españoles "están tan pobres", es necesario que la Corona subsidie el tráfico de esclavos. Además, urge al monarca para que establezca un tribunal de la inquisición en la Nueva Granada, porque, según argumenta, es la única forma de mantener el control sobre  la población blanca europea.

El tercer documento es un Memorial del Proceso del Santo Oficio de Cartagena de Indias 1627 – 1633, por el juicio que le sigue a Juan de Urbina por bigamia; un español que participó en las empresas de la Corona y que en ese momento residía en Cartagena.            

 NRA: Sin duda estos documentos le dan a la novela un trasfondo de realismo. Pero, ¿cómo hacer que un frío dato de la historia tenga  sentido?, ¿cómo lograr que Juan de Urbina cobre vida?

APB. Algunos hechos y personajes son verídicos: nombres, apellidos, familiares, funcionarios, lugar de nacimiento, viajes. Están en el memorial. El propio Juan de Urbina los menciona en sus respuestas ante los jueces. Otros son inventados o tomados de otras fuentes. Lo que sucede es que la información del expediente se queda corta respecto de ambientes, paisajes, costumbres, valores, sistemas de transporte, geografía, jerarquías políticas y militares; sobre cómo funcionaba el tribunal y demás elementos. Al reo hay que "crearle" una historia y esa es la función del novelista.

 

NRA. ¿Cómo se pueden interpretar textos coloniales desde una mentalidad contemporánea?, ¿cómo hacer que sean interesantes para el lector de hoy?

APB. Tu pregunta se relaciona con uno de los problemas más delicados de la Hermenéutica. Cuando interpretamos textos del pasado no podemos hacer caso omiso de nuestra circunstancia actual. Es decir, no tenemos ninguna posibilidad de interpretar textos coloniales como si viviéramos en la colonia. No nos podemos despojar de los trescientos o más años que median entre los hechos sucedidos y nuestro presente. Esos tres siglos determinan la interpretación. Lo que ocurrió en este lapso lo incorporamos en nuestra lectura, nos sirve para enriquecerla. Pero es una riqueza que no estaba disponible para los lectores del siglo XVII. Por esta misma razón, no es posible que nosotros lleguemos "a la verdad de lo ocurrido". Estamos, pues, abordando una "verdad" que se va transformando con el avance de la historia y que nos sirve, no para aprehender el pasado, sino para mejor comprender nuestro presente. En otras palabras, el pasado solo existe en nuestra imaginación, y nuestra imaginación es contemporánea.

 NRA: ¿Se considera a la novela histórica como un género que se practica cuando el escritor llega a su madurez?

APB: Cuando uno es joven generalmente escribe novelas autobiográficas. Uno piensa que es el centro del universo y que lo que le sucede a uno es lo más importante y por eso merece escribirse. Así pensaba yo cuando escribí mi primera novela, Trasplante a Nueva York. La experiencia del exilio fue tan determinante que no pude descansar hasta no haberla descrito. Ya sabes que escribir es una forma de catarsis…

 Algo similar sucedió con Gallinazos en la baranda. Aborda el problema de la guerrilla y el debate ideológico de los años setenta, por la época del M 19. La ficción me ayudó a entender temas como las motivaciones personales de los guerrilleros, uso de la violencia, sufrimiento del secuestrado, conversaciones de paz. Fíjate lo paradójico: esa novela que en su momento era testimonial, casi autobiográfica, ahora se puede leer como una novela histórica.

Pero luego, al avanzar la vida (lo que llaman "madurez"), las experiencias personales ya no son centrales. Ahora la escritura necesita otros motores. Entonces llega la Historia, con mayúscula, un almacén inagotable de formas, hechos, personajes que puede ser asaltado impunemente por el escritor para componer sus fábulas.

 Álvaro Pineda Botero publicó El esposado, memorial de la Inquisición en 2011 (Fundación Literaria Común Presencia, Bogotá, y Amazon.com), novela histórica sobre uno de los períodos  (1580 – 1630) más interesantes en la formación de la nación colombiana. Es también el autor de Bolívar el insondable, seleccionada por la Revista Credencial en su lista de las novelas  destacadas del siglo XX. Trasplante a Nueva York ganó el Premio Nacional de Literatura de 1984.  Gallinazos en la baranda  fue premiada por la editorial Plaza y Janés y se desarrolla en el contexto histórico de los diálogos de paz del presidente Belisario Betancourt. Además de novelista, ha publicado teoría y crítica literaria y una historia de la novela colombiana desde Colonia. En la presente entrevista habla sobre su última novela y sobre su carrera como escritor y crítico literario.

  

POESÍA ANTE LA INCERTIDUMBRE, ANTOLOGÍA

 

 

La nueva edición de Poesía ante la incertidumbre. Antología de nuevos poetas en español (Ícono Editorial / Visor), editada recientemente en Bolivia y Ecuador, se presentará en distintas ciudades de Colombia con la presencia de Federico Díaz Granados (Colombia) y Daniel Rodríguez Moya (España).

Bogotá: 9 de julio, 18:30 horas, Casa de Poesía Silva

Santa Marta: 10 de julio, 16:00 horas, Auditorio del Banco de la República

Barranquilla: 11 de julio, 18:30 horas, Fundación La Cueva

Cartagena: 12 de julio, 18:30 horas, Librería Ábaco.

 

  

La búsqueda insaciable de Eduardo Gómez

 

 

Por Eduardo García Aguilar

 

Eduardo Gómez acaba de anunciar que publicó su primera novela, La Búsqueda insaciable, en la colección Los Conjurados, de Común Presencia, considerada por quienes han tenido acceso a ella como una obra a contracorriente de las tendencias actuales de la novelística colombiana, por ser un ejemplo del Bildungsroman o novela de formación intelectual, que abarcaría todo el siglo XX colombiano.

 

Debido a su temática y al rigor con el que Gómez (1932) ha trabajado sus obras poéticas y ensayísticas, no encontró cabida en ninguna editorial comercial, por lo que con verdadera valentía quijotesca ha tenido que encargarse en parte de la distribución de los ejemplares y utilizado las vías de Internet para ponerlos en la mano de muchos de quienes estiman y han seguido su obra. Tal fuerza y entusiasmo expresa el espíritu joven que lo ha caracterizado y que sin duda forjó en sus luchas políticas estudiantiles durante la dictadura de Rojas Pinilla y sus periplos por la vieja Alemania, donde estudió literatura y filosofía.

Conocí a Eduardo Gómez cuando yo era estudiante de primer semestre de Sociología en la Universidad Nacional, y desde entonces me ha impresionado que sigue siendo la misma figura del gabán negro, como si tuviera un pacto fáustico con el tiempo, lo que no es extraño, dado su amor por la literatura alemana. Lo vi por primera vez en la oficina de Jaime Mejía Duque en el Ministerio del Trabajo, donde el crítico literario recibía a sus amigos antes de salir a dar una vuelta por la séptima.

Sus libros de poesía tienen piezas de gran factura y sus ensayos son rigurosos, como suele ocurrir en los escritores de su generación y la posterior, al lado de "raros" como Germán Espinosa, R. H. Moreno Durán, Hugo Ruiz, Ricardo Cano Gaviria, Francisco Sánchez y Fernando Cruz Kronfly y otros más jóvenes que se inspiran en la gran literatura del este europeo de Broch, Musil y Mann.

Hoy esos autores de enormes volúmenes o vastas trilogías serían rechazados por profundos y complejos. La nueva obra de Gómez, al parecer, se inspira en esas novelas-río admirables pero condenadas hoy al silencio.

Mientras pueda acceder a la obra, que sin duda nos sorprenderá, quisiera destacar en esta actitud contra el descreimiento actual algo importante: que no solo si se publica en las grandes editoras multinacionales se tiene garantizado entrar a los cánones y que en estos tiempos volvemos por fortuna al ejercicio de la literatura en editoriales privadas pequeñas manejadas por verdaderos amantes del arte, como es el caso de Común Presencia, que aumenta cada día su catálogo con notables obras de poesía, ensayo y narrativa. En su sello y en otros que proliferan en el país, como Sílaba, se están refugiando por fortuna muchos notables autores colombianos.

La gran literatura latinoamericana, incluso la de Borges, fue publicada en editoriales pequeñas como Sur, de Buenos Aires, o Era, de México, y ahora por Corregidor, de Buenos Aires.

Muchos clásicos de la poesía del siglo XX editaron sus obras a cuenta de autor, colaborando afectuosamente para su ilustración con artistas del momento. Ediciones confidenciales ayer son ahora joyas bibliográficas.

Sorprende también que después de publicar a lo largo de su vida una decena de libros de poesía y de ensayos en especial germanísticos, Gómez tuviera la osadía y fortaleza de arriesgarse en 2013 a publicar su novela total, a una edad en que muchos ya se dan por vencidos o hastiados y no quieren sacar fuerzas para lanzar al viento las palabras que con furia creativa han sacado del silencio.

Antes de publicar esta novela única, Gómez publicó Restauración de la palabra, El continente de los muertos, Movimientos sinfónicos, El viajero innumerable, Historia baladesca de un poeta, Las claves secretas, Faro de luna y sol y La noche casi aurora, y en el campo del ensayo, Ensayos de crítica interpretativa, Función estética y social de la poesía, entre otros. La editorial Libros de la frontera, de Barcelona, publicó en el 2000 una antología de su poesía, y la editorial Trafo, de Berlín, editó dos antologías suyas en el 2007, una en español, La ciudad delirante, y otra bilingüe: Stadt mi Fieber.

El acto mefistofélico de Gómez y de Común Presencia es un ejemplo para todos los escritores del país, porque es el grito literario de un intelectual sólido del siglo XX colombiano. La literatura es vida y ejercerla es un asunto independiente del éxito, la fama, el ruido, la vanidad y las prebendas oficiales en vida. Su gesto es emancipador y nos anima a todos a seguir escribiendo novelas y libros improbables y a publicarlos contra viento y marea.

 

 

Entre materia y premura de Enrique Rodríguez Pérez

 

 

Del libro Entre materia y premura (Madrid: Lord Byron Editores, 2013) del ensayista y poeta boyacense Enrique Rodríguez Pérez, presentado la semana pasada en España, publicamos el siguiente texto.

 

 

TEMIBLE MAGIA DE LO CORPÓREO

 

Pensar es un hábito

De lo imaginario.

Persigue el firmamento sin firmamento.

Respira y hace mutismo.

 

El cuerpo fijo

Encarcela las uñas.

 

Pregunta a la ambigüedad de la vigilia

Por lo visible,

Temible magia de lo corpóreo.

 

En qué región del primer paso

Deja una tempestad de madrugadas.

 

Enrique Rodríguez Pérez, Boyacá, Colombia, 1964. Profesor del Departamento de Literatura de la Universidad Nacional de Colombia. Ha publicado los libros de poesía: Historia del Agua (1987) Inconsistencia de la mirada (2003) Porque la levedad se fue muriendo (2008), En el trance de una ida (2010), Entre materia y premura (Madrid: Lord Byron Editores, 2013). Editor y compilador de libro Conjuro Capital- Poetas Bogotanos (2009) y de La palabra que se entreteje en el tiempo (2009). Trabaja en proyectos de Formación Docente en diversas regiones de Colombia desde el Instituto de Investigación en Educación de la Universidad Nacional de Bogotá. Actualmente cursa estudios de doctorado en la Universidad François Rabelais, de Tours, Francia.

 

 

Antología de poesía Nariñense-Carchense

 

 

 

Por Carlos Bastidas Padilla

 

Este libro es como una crónica del corazón de aquende y allende el Carchi; de gentes de frontera que se han alzado en versos pretendiendo abrir con la palabra, antes que el cauce del río que las separa, la esperanza que verdea en la parte del cielo debajo del cual, "la tierra no puede ser mezquina", como decía Juan Montalvo, al referirse a Ipiales, a donde la dictadura teocrática de García Moreno lo llevó a vivir cinco años desterrado. De aquí para allá y de allá para acá iban los herejes, los desterrados por librepensadores, las preclaras conciencias, también como estos poetas, alzados en palabras, alzados en luces, en sueños de libertad y en ansias de morir por ideales de Paz, Justicia y Libertad, ¿y por qué más tienen que morir los hombres? Quizá también por el arte y la belleza, "por pulir un verso", tal vez, como decía Valencia. Todos estos poetas traducen lo que sus pueblos, en su largo itinerario histórico, han ido depurando en sentimientos, en una especie de magia poética que es capaz de ir alumbrando en metáforas las mismas cosas que la naturaleza vigorosa ha ido creando para que el mundo sea este raudal de vida que persiste, mientras arde, en la eternidad del Fénix.

 

Ecuador es este joven con melena

que lleva un huracán en cada brazo

que baila en un volcán con risa cósmica

que lanza en el jaguar sus rebeliones

que se toma el planeta cuerpo a cuerpo

 

Canta uno de allá en un poema de este libro; uno que baila en un volcán con riza cósmica, y que viene de visita conjuntando nuestras voces para el canto general de América.

 

La poesía es mi respiración y aliento;

Ella me consuela y me proyecta,

Me salva de la muerte y del olvido,

Me hace cantar si estoy en el abismo,

Me da descanso en la mitad del viaje.

 

Confiesa otro de acá; uno que ha tenido que asumir todos los sueños; y qué más han de tener que asumir estos poetas que han venido al encuentro de otras voces pletóricas de ideas y obstinadas en crear imágenes entre sombras, opacidades y luces; que son artífices de una escritura en movimiento para enlazar una nación con otra para que haya un alba más allá de la retórica legal de las repúblicas que no quieren ver que en la celestial música de las ideas está su génesis y su final. Y si es preciso ir más lejos, ahí está el poema con el peso de la tradición y la modernidad, con el peso estético de la palabra en ascuas de creación. Aquí está este universo verbal ocupando el mismo espacio de los sueños y el mismo espacio de la palabra por encima de la verbosa y enchapada palabrería de las aduanas. Es esta antología un punto de partida, la llave de cristal para abrir el paisaje inmenso de dos pueblos que no tienen otra virtud que la de soñar con ser naciones en donde florezca el arte con sus leyes propias que habrán de ser la fuente de una nueva estética, que más allá de las trincheras de piedras al otro lado de los puentes, ha de ser trinchera de palabras. "Trinchera de ideas valen más que trincheras de piedras", dijo el apóstol de la libertad de Cuba, José Martí.

Paso, pues, a la poesía, y usted, poeta,

 

Sea siempre bienvenido

Aquí habita la palabra

quite las escaleras y suba por los libros.

 

Autores de los dos países antologados: Adriana Enríquez Belalcázar, Alejandro García Gómez, Arturo Bolaños Martínez, Arturo Prado Lima, Atahualpa Martínez Rosero, Augusto Rincón Castro, Carlos Palma Urbano, Carlos Pozo Romo, Carlos Vásquez–Zawadzki, Edison Guerrón Raza, Edgar Bastidas Urresty, Fabián Núñez Baquero, Félix Yépez Pazos, Flor María Cadena, Gloria Santacruz de Pozo, H. Kamilo Muñoz Chaves, Henry A. Manrique B., Humberto Napoleón Varela Robalino, Javier Rodrizales, Jaime Rodríguez Pantoja, J. Mauricio Chaves-Bustos, Jorge Ramiro Almeida Revelo, John Jairo Rodríguez Saavedra, Jonathan Alexander España, José Alberto Bolaños Palacios, John Willmer Rodríguez M, Julio César Chamorro Rosero, Julio César Goyes Narváez, Juan Carlos Romo, Juan Revelo Revelo, Luis Armando Botina Castro, Luis Enrique Fierro, Luís Ramón López Mora, Lydia Inés Muñoz Cordero, María Isola Salazar Betancourt, Mario Enrique Eraso B, Mario Rodríguez Saavedra, Martha Lucia Londoño Martínez, Mireya Ortega Enriquez, Myriam Jiménez Quenguan, Nadia Maritza Villarreal Carvajal, Neli Córdova Neli, Osvaldo Granda Paz, Piedad Figueroa, Ramiro Acosta Cerón, Sonia Elena Martínez Rosero, Sonia Montenegro, Wilfrido Acosta Yépez. Portada: Guillermo Bustos Castro.

 

 

Por un Arrayán

 

 

Palabras leídas por Arturo Bolaños Martínez en el acto de presentación del Libro Arrayan  del autor Julio Cesar Goyes Narváez, en la Pinacoteca Departamental de Nariño.

 

La multiplicidad de imágenes del presente y el pasado, la evocación del caballo que salta el o Güaytara y el colibrí que chupa las flores de la niñez, nos proponen otra obra de este escritor, ahora pájaro en vuelo mitad carne trémula, mitad relámpago.

Lo encontramos con la sencillez sonreída y el vigor de lo verídico en versos vívidos con asombro, como hermoso niño andino. En Julio César Goyes escribir no es un revestimiento poético de formas, argucias o genialidades verbales. Él es ese colibrí que dibuja con la punta de su pico las palabras a punto de convertirse en poemas.

El resto es el aleteo.

 

 

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CARTAS DE LOS LECTORES

 

LA MISERIA DE LA ESTANDARIZACIÓN. Desde hace unas semanas, me llega nuevamente  "Confabulación" y acabo de leer el excelente artículo de Márquez Cristo sobre la estandarización, que evidencia una información objetiva muy seria, muy poco común en nuestros poetas e intelectuales. Todo lo que dice es verdad; solamente anotaría lo siguiente: por una explicable reacción contra el inmenso poder de los medios oficiales del sistema y para hacerles contrapeso, se acentúa exclusivamente los aspectos negativos y no se menciona a valiosos y eficaces sectores de la oposición al sistema imperante que, con nueve países latinoamericanos a la cabeza, están construyendo un mundo diferente y más humano, aunque su labor no tiene sino 14 años escasos y sembrados de dificultades. En nuestro país  también los hay, aunque cercados y amenazados (y habría que empezar por incluir a Con-Fabulación). En todo caso, mis congratulaciones por la valiosa labor de concientización que ustedes realizan. Eduardo Gómez, escritor colombiano

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MONOCULTIVO. Soy agrónomo y poeta, o mejor, poeta y agrónomo pues es más importante lo primero, más alto, y el artículo de Con-fabulación sobre la estandarización del mundo denuncia la cultura del monocultivo. No solo de Portugal están desapareciendo numerosas especies vegetales, en Colombia pasa lo mismo, siempre debemos cultivar lo más productivo en detrimento de la calidad y del ecosistema. El caso de la naranja Tangelo, impulsada porque produce más jugo, es generalizado. Y como borracho me preocupa lo del tequila extraído de un agave transgénico, que allí se menciona. También creo que lo más grave es querer homogeneizar el mundo en todos los aspectos: las ideologías, las costumbres. ¿Dónde queda la diferencia? Ese periódico virtual es el medio que identifica a una generación de intelectuales colombianos. Ahora podemos decir: A todos nos interesa saber lo que pasa en El Tiempo y lo que pasa en Con-Fabulación. Armando Riascos, Tunja.

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LEANDRO DÍAZ. Hermosa la entrevista a Leandro Díaz realizada por Tatis Guerra. Creo que este periodista radicado en Cartagena, hizo un gran retrato del compositor vallenato. Luis Fernando López

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LOS POEMAS DE ROA. El poeta Juan Pablo Roa, se ha convertido en una de las voces más interesantes de la poesía colombiana, escribiendo y editando desde su exilio voluntario en Europa. Me gustaron mucho sus poemas, sin duda "todo hijo es un hijo pródigo". Ligia González. 

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LAS RUINAS DEL SENTIMIENTO. El lúcido ensayo de Gonzalo Márquez, actualiza la denuncia que hicieron en su momento Hölderlin y Nietzsche. Esos "despojos de sensibilidad aniquilada" en donde moran las "ruinas del sentimiento" que en su Hiperión señala el poeta en contra de su ruinosa época, delatan esa miseria espiritual propia de la aplastante "masificación" del "éxito" embrutecedor de la sociedad de mercado. Nietzsche entabló igualmente una lucha despiadada en contra de la "estandarización" propias del cristianismo y el mercantilismo burocrático, como "moral-de-rebaño". Con razón en defensa de la "sin-razón", Foucault en Historia de la locura, sentenció que la época que había condenado como locos a Nietzsche, Hölderlin y Artaud, comparecería ante la monstruosa obra de éstos genios. Igualmente, recuerdo cómo un filósofo contemporáneo, Herbert Marcuse, en su ensayo "El hombre unidimensional", visualizó la miseria actual que estamos viviendo: totalitarismo de mercado y oscurantismo tecnológico con la consecuente muerte espiritual de la "individualidad": el aplanamiento del individuo en el "conformismo provechoso". "Pensar cómo se piensa" y "desear como se desea", es también una de las denuncias que hace Heidegger en su libro "El ser y el tiempo" en la distinción entre "vida impropia o inauténtica" y vida "propia o auténtica". Para Heidegger ésta última es la trascendencia finita de cara a la muerte y la nada. La existencia auténtica es la emergencia de la angustia de ser "libertad-para-la-muerte".  En ese mismo sentido, Eric Fromm, en su ensayo El miedo a la libertad, anticipó tan pavoroso fenómeno. Pero como dicha "tragedia" no es sentida ni visualizada por nadie en virtud de su "conformismo provechoso", tendremos que asumir el siguiente enunciado doblemente trágico: lo horroroso del mal es que es invisible. ¿A quién se le puede arrebatar la ceguera que contiene su felicidad idiota? Juan Carlos Arboleda, cantautor colombiano

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EL VUELO DE EVO. Me parece asombroso que Portugal, España, Francia e Italia no hayan dejado pasar por su espacio aéreo a Evo Morales, y no porque el mediocre espionaje de la Comunidad Europea pensaba que allí iba el agente de inteligencia Snowden, sino porque estos países estén tan arrodillados a los gringos. Manuel Antonio Ardila.

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LA MEDIOCRIDAD PLANETARIA. Soberbio texto el de Gonzalo Márquez. Realmente estamos ante la cultura de la mediocridad, que ha tocado lo que era intocable: el Arte. Jairo Pinto. Artista plástico, Bucaramanga

 

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