El 1 de enero de 2010 Hezbolá y su socio (el gobierno de Irán) podrían tener un asiento en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y con ello, disponer del acceso a toda información confidencial que los miembros del Consejo manejan en privado. En octubre pasado, la Asamblea General de las Naciones Unidas votó abrumadoramente para que el Líbano represente el nuevo bloque de Asia como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por un término de 2 años, la visita del presidente libanés Michel Sleiman a Washington días pasados confirmo esta realidad, según declaraciones de la delegación libanesa e informes de allegados al Presidente Barak Obama, Líbano tendría su asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU. A través de un documento consensuado por todas las partes libanesas, al que solo se han opuesto el partido Kataeb (Falangista) y el Owet Lubnaniyye (Fuerzas Libanesas), el gobierno del Líbano respaldó días pasados la demanda de Hezbolá de mantener su enorme arsenal de armas. Al hacerlo, el gobierno libanés pretende mantener su tambaleante "gobierno de unidad" en el que Hezbolá, un grupo designado y calificado como terrorista por el Departamento de Estado de los EE.UU., tiene dos ministerios. Nadie, en Occidente y lo que se conoce como el mundo libre, ha manifestado preocupación alguna por esta posibilidad concreta de que un representante del Ministerio de Relaciones Exteriores libanés se sentará en el Consejo de Seguridad, parece ser que nadie recuerda o hacen caso omiso de la Resolución 1559 del Consejo de Seguridad que desde septiembre de 2004 exige el desarme de las milicias libanesas y no libanesas dentro del Líbano, incluida desde luego Hezbolá. Los Republicanos apuntan al peligro de la influencia iraní, financistas de Hezbolá en Líbano, como un motivo de preocupación para la aceptación del Líbano en el Consejo de Seguridad, sin embargo entre los Demócratas y desde la misma Casa Blanca hay silencio sobre el tema. Dada la nueva estructura del gobierno libanés, que ahora incluye a Hezbolá, es evidente que la organización tendrá "un brazo y un ojo en el interior del Consejo de Seguridad." La aceptación de Hezbolá de integrarse al gobierno de unidad nacional se produjo luego de meses de complicadas negociaciones y con la promesa de que no será desarmada, como también de concederle el poder de veto. Mientras tanto las repetidas llamadas de funcionarios de la Administración estadounidense al Ministerio de Relaciones Exteriores del Líbano continúan sin ser respondidas desde Beirut y el embajador del Líbano ante la ONU, Nawaf Salam, efectúa declaraciones en varios medios de prensa estadounidenses donde manifiesta que Líbano trabajara por un mundo más justo y un sistema internacional democrático desde su asiento en el Consejo de Seguridad a partir del mes de enero. Al tiempo, el portavoz de Hezbolá, Ibrahim Moussawi, declaro a Fox News que no tenía ningún comentario sobre las nuevas actividades y responsabilidades de la organización dentro del Consejo de Seguridad y negó que su organización estuviera obligada por las resoluciones 1559 y 1701 del CSONU que ordena el desarme de la milicia, Moussawi declaro a Fox News que "la organización no es una milicia" y aconsejo a los periodistas americanos que leyeran el documento del gobierno libanés que autoriza a Hezbolá el control total de sus armas. Lo que aprecia como verdaderamente incomprensible por parte de aquellos que integran Naciones Unidas, es que estos sujetos no tienen mínima idea de la política libanesa y hacen la vista gorda de forma delincuencial para no confrontar con el régimen iraní. Solo con observar quien es el verdadero poder que esta más allá del grupo que controla el Ministerio de Relaciones Exteriores del Líbano: es decir el movimiento chiíta Amal, socio de Hezbola y una de las células de la resistencia chiíta pro-siria e irania cualquier estudiante de primer año de ciencia política sabrá leer el resultado de lo que vendrá. El partido Amal (Esperanza) liderado por Nabih Berri, actual vocero del parlamento libanés y uno de los tantos despiadados señores de la guerra civil que se enriqueció con el trafico de hatchis desde el valle del Bekka y con el contrabando de diamantes desde África, está estrechamente aliado con Hezbolá, con Siria e Irán. Este movimiento es el que ahora tiene influencia sobre la política exterior del Líbano, que a su vez, da la influencia a Hezbolá sobre lo que pasa en lugares como el sur del Líbano "supuestamente" bajo el control de las tropas FINUL las Naciones Unidas. Las consecuencias de la incorporación del Líbano como miembro del Consejo de Seguridad de la ONU a partir de enero próximo tendrán un enorme impacto negativo no solo para la administración Obama, sino para la comunidad internacional toda, y ello principalmente en dos áreas ultra sensibles, en primer lugar: "abrirá las puertas a la presencia de Irán dentro del Consejo", en un segundo aspecto: "será mucho más difícil (si no imposible para el Consejo) lograr desarmar a Hezbolá" y por ultimo, pero no menos importante: "cualquier intento de sanciones a Irán será bloqueado". La pregunta que deberíamos formularnos es: ¿Estamos llegando al final del camino en los dislates y la cobardía de una institución supranacional que ha perdido su esencia, su razón y sus responsabilidades en la preservación de la paz y la libertad del Mundo Libre? Pues, ante esta realidad que Naciones Unidas se empeña en ignorar: No le quepa la menor duda que así es. |
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