Familiares y amigos despiden a Huber Matos en su funeral en Costa Rica
San José, 8 mar (EFE).- Familiares y amigos del histórico comandante de la revolución cubana Huber Matos dieron el último adiós a sus restos en un emotivo funeral celebrado en Costa Rica, país que en 1957 le acogió como exiliado.
Con cánticos y música de los nietos de Matos, así como con discursos e historias relatadas por amigos y familiares, se desarrolló el funeral en el Cementerio General de San José, ante un reducido grupo de personas.
Huber Matos hijo declaró a Efe que cuando vivió en Costa Rica a su padre le gustaba visitar ese cementerio, pues le atraían las flores, lo artístico de las tumbas y el ambiente tranquilo que allí se respiraba.
"Mi padre quiso a Costa Rica como a una segunda patria y le encantaba el amor que el pueblo tiene por la educación, y además este país salvó la revolución cubana con su apoyo", expresó el hijo del excomandante.
Explicó que de Costa Rica salió un avión con 14 toneladas de armas para la revolución con el apoyo del entonces presidente costarricense, José Figueres Ferrer.
Huber Matos, el único de los comandantes históricos de la revolución cubana exiliado y que se atrevió a enfrentarse al líder histórico, Fidel Castro, murió el pasado 27 de febrero en un hospital de Miami, a los 95 años, con el sueño incumplido de ver una Cuba libre.
Matos, quien combatió contra el general Fulgencio Batista, fue uno de los líderes más carismáticos de la guerrilla revolucionaria, al lado de Fidel Castro, hasta que sus divergencias ideológicas con la política de este precipitaron su detención y posterior condena.
"Mi padre nunca va a descansar en paz porque allá arriba seguirá luchando por la libertad de Cuba", afirmó Huber hijo.
Afirmó que el partido Cuba Independiente y Democrática "está más fuerte que nunca", pese a la muerte del excomandante y fundador, y que en los últimos meses mantuvo contacto con líderes de la oposición de Venezuela como María Corina Machado.
El nieto de Matos, Andrés, calificó a su abuelo como un "hombre luchador" al que espera parecerse en un futuro
En la ceremonia, otro nieto del excomandante, también llamado Huber, leyó una carta escrita por su abuelo antes de morir, en la que insta a los venezolanos a seguir manifestándose y califica como un "fraude" el socialismo del siglo XXI, modelo que impulsa el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
La familia asegura que la voluntad de Matos era ser enterrado en Costa Rica, desde donde partió hacia Sierra Maestra para unirse a la guerrilla.
Marcelo Navarro
Carta de renuncia de Huber Matos a Fidel Castro
Camagüey, octubre 19 de 1959
Dr. Fidel Castro Ruz Primer ministro
La Habana
Compañero Fidel:
En el día de hoy he enviado al jefe del Estado Mayor, por conducto reglamentario, un radiograma interesando mi licenciamiento del Ejército Rebelde. Por estar seguro que este asunto será elevado a ti para su solución y por estimar que es mi deber informarte de las razones que he tenido para soli citar mi baja del ejército, paso a exponerte las siguientes conclusiones:
Primera: no deseo convertirme en obstáculo de la Revolución y creo que teniendo que escoger entre adaptarme o arrinconarme para no hacer daño, lo honrado y lo revolucionario es irse.
Segunda: por un elemental pudor debo renunciar a toda responsabilidad dentro de las filas de la Revolución, después de conocer algunos comentarios tuyos de la conversación que tuviste con los compañeros Agramonte y Fernández Vila. Coordinadores Provinciales de Camagüey y La Habana, respectivamente: si bien en esta conversación no mencionaste mi nombre, me tuviste presente. Creo igualmente que después de la sustitución de Duque y de otros cambios más, todo el que haya tenido la franqueza de hablar contigo del problema comunista debe irse antes de que lo quiten.
Tercera: sólo concibo el triunfo de la Revolución contando con un pueblo unido, dispuesto a soportar los mayores sacrificios … porque vienen mil dificultades económicas y políticas …, y ese pueblo unido y combativo no se logra ni se sostiene si no es a base de un programa que satisfaga parejamente sus intereses y sentimientos, y de una dirigencia que capte la problemática cubana en su justa dimensión y no como cuestión de tendencia ni lucha de grupos.
Si se quiere que la Revolución triunfe, dígase adónde vamos y cómo vamos, óiganse menos los chismes y las intrigas, y no se tache de reaccionario ni de conjurado al que con criterio honrado plantee estas cosas. Por otro lado, recurrir a la insinuación para dejar en entredicho a figuras limpias y desinteresadas que no aparecieron en escena el primero de enero, sino que estuvieron presentes en la hora del sacrificio y están responsabilizados en esta obra por puro idealismo, es además de una deslealtad, una injusticia, y es bueno recordar que los grandes hombres comienzan a declinar cuando dejan de ser justos .
Quiero aclararte que nada de esto lleva el propósito de herirte, ni de herir a otras personas: digo lo que siento y lo que pienso con el derecho que me asiste en mi condición de cubano sacrificado por una Cuba mejor. Porque aunque tú silencies mi nombre cuando hablas de los que han luchado y luchan junto a ti, lo cierto es que he hecho por Cuba todo lo que he podido ahora y siempre. Yo no organicé la expedición de Cieneguilla, que fue tan útil en la resistencia de la ofensiva de primavera para que tú me lo agradecieras, sino por defender los derechos de mi pueblo, y estoy muy contento de haber cumplido la misión que me encomendaste al frente de una de las columnas del Ejército Rebelde que más combates libró. Como estoy muy contento de haber organizado una provincia tal como me mandaste.
Creo que he trabajado bastante y esto me satisface porque independientemente del respeto conquistado en los que me han visto de cerca, los hombres que saben dedicar su esfuerzo en la consecución del bien colectivo, disfrutan de la fatiga que proporciona el estar consagrado al servicio del interés común. Y esta obra que he enumerado no es mía en particular, sino producto del esfuerzo de unos cuantos que, como yo, han sabido cumplir con su deber. Pues bien, si después de todo esto se me tiene por un ambicioso o se insinúa que estoy conspirando, hay razones para irse, si no para lamentarse de no haber sido uno de los tantos compañeros que cayeron en el esfuerzo.
También quiero que entiendas que esta determinación, por meditada, es irrevocable, por lo que te pido no como el comandante Huber Matos, sino sencillamente como uno cualquiera de tus compañeros de la Sierra -¿te acuerdas? De los que salían dispuestos a morir cumpliendo tus órdenes-, que accedas a mi solicitud cuanto antes, permitiéndome regresar a mi casa en condición de civil sin que mis hijos tengan que enterarse después, en la calle, que su padre es un desertor o un traidor.
Deseándote todo género de éxitos para ti en tus proyectos y afanes revolucionarios, y para la patria -agonía y deber de todos- queda como siempre tu compañero,
Huber Matos
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