NOV
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Estimados amigos,
Estamos enviado este comunicado de apoyo a nuestro ex director y amigo de la REvista La OTRA MIRADA, Nicolás Lynch, para quien desee adherirse les agradecemos nos envíen su nombre y DNI al correo: infodiario@otramirada.pe
Gracias.
"Convertir la historia en histeria", por Gustavo Gorriti en Caretas.
"Carta de Adolfo Pérez Esquivel" Premio Nobel de la Paz
Respaldo a Nicolás Lynch Nicolás Lynch es un hombre honorable, un político valiente de ideas claras y un intelectual coherente y honesto que ha luchado incansablemente por la democracia y la justicia social en el Perú. Desde hace 40 años combate de manera pública y frontal, en las aulas universitarias y las tribunas periodística y política, la violencia y el totalitarismo de grupos como Sendero Luminoso, por lo que ha sido en múltiples oportunidades blanco de alevosos ataques. Pero no solo eso, es un peruano profundamente interesado en mejorar la educación y para ello, como Ministro de un gobierno democrático, pugnó por lanzar reformas fundamentales. En los últimos años los peruanos hemos sido testigos del desproporcionado poder que han alcanzado algunos grupos mediáticos. Ellos no se contentan con representar una voz u opinión, esencial en la democracia, sino que actúan como megáfono frente a la opinión pública, lo que genera inevitablemente manipulación y abuso. Esto debe ser corregido, sin mengua de la libertad de información y opinión. Los abajo firmantes rechazamos tajantemente la burda maniobra con la que se pretende descalificar a un político intachable, cuyos últimos afanes como Embajador del Perú han estado volcados a mejorar la relación con Argentina e involucrar a nuestro país en la unión sudamericana, ideal que viene desde nuestros fundadores republicanos. Lima, noviembre de 2012.
Carta de renuncia de Nicolas Lynch Gamero al cargo de Embajador de Argentina
Señor Presidente: Le escribo para presentarle mi renuncia al cargo de embajador extraordinario y plenipotenciario del Perú en la República Argentina al que me nombrara en agosto del 2011. El deterioro en las condiciones de ejercicio del cargo podría afectar la política exterior del Perú, cosa que es preciso evitar. De igual forma, deseo manifestarle lo siguiente: Siento repulsión por la campaña mediática de los últimos días contra mi persona y creo que ella se debe a la firmeza con que he llevado adelante las políticas que usted y el Señor Canciller Rafael Roncagliolo me encargaron cuando partí a la Argentina en setiembre del 2011. El pretexto para esta ofensiva no tiene asidero: una supuesta simpatía de mi persona por Sendero Luminoso o su fachada el Movadef, por haber recibido una carta de ese grupo para el gobierno peruano en la embajada del Perú en Buenos Aires, hecho que ocurrió el 17 de enero de 2012, hace casi diez meses y que fue inmediatamente informado a la Cancillería Peruana. Por lo demás, para nadie en su sano juicio recibir una carta es estar de acuerdo con su contenido. ¿Quién y cómo es el que recién se da cuenta de estos hechos? Es público y notorio el combate que he desarrollado contra el totalitarismo y el terrorismo en los últimos cuarenta años, tanto desde las aulas de San Marcos y en el curso de mi militancia política, como en decenas de artículos periodísticos y varios libros. Soy un convencido de que hay que desterrar esa lacra de nuestra sociedad, pero también que en ese proceso juega un rol fundamental el combate político e ideológico, prácticamente abandonado en la actualidad Me hiere, Señor Presidente, que se haya dicho también en los últimos días, refiriéndose negativamente a palabras mías, que las embajadas peruanas en el exterior no son las casas de todos los peruanos, como si un peruano por ser delincuente o terrorista dejara de ser peruano. · Acaso nuestros cónsules no visitan a los peruanos presos y condenados alrededor del mundo? · Acaso el Presidente del Perú no lo es de todos los peruanos, incluso de los terroristas? Desafortunadamente se ha instalado en los últimos tiempos en el Perú un clima de intolerancia que rápidamente arma patrañas y establece cazas de brujas queriendo convertir a los adversarios en enemigos y por lo tanto en objetivos a destruir. Si esta situación se prolonga se convertirá en el despeñadero de la democracia. Es una lástima, por ello, que algunos medios de comunicación masiva hayan alcanzado poder de veto en la política exterior del Perú. Pero la razón de fondo que desemboca en estas calumnias a mi persona es la oposición de grupos de diverso origen a las relaciones estrechas con la República Argentina y al impulso que su gobierno le da a UNASUR. Hay poderosos intereses, que no son precisamente los de las mayorías populares, los que juegan sus cartas en esta oposición. La irresponsabilidad, sin embargo, es mayúscula. La Argentina es nuestro aliado histórico y estratégico, nuestra amistad ya tuvo varios bautismos de fuego, como en las pampas de la Quinua y en las aguas del Atlántico Sur; afectarla sería suicida para las relaciones internacionales del Perú, en especial en Sudamérica. Cuestión similar sucede con UNASUR. En el actual mundo en crisis no hay otra forma de lograr "un lugar bajo el sol" que con un bloque regional que desarrollepresencia política y económica. UNASUR es por ello nuestro futuro en la región, que debemos aspirar se convierta en la conducción política de la integración sudamericana. No podemos cambiar este futuro por las ilusiones de siempre que desde Colón vienen a ofrecernos visitantes diversos. Me voy, Señor Presidente, con la satisfacción del deber cumplido, con la bandera de la patria y las mías propias en alto y como hombre de izquierda que jamás cambiará sus convicciones por un plato de lentejas, por más que quieran asustarlo. Reciba un fuerte abrazo, mi agradecimiento por la tarea encomendada y la mejor de las suertes para lo que le queda del gobierno.
Nicolás Lynch Gamero
"Convertir la historia en histeria", columna de Gustavo Gorriti en Caretas.
"En ningún otro régimen se dialogó y negoció tanto con la dirigencia senderista, especialmente con Abimael Guzmán como durante el fujimorato", escribe el periodista director de IDL Reporteros.
En su habitual columna aparecida en la revista Caretas, el periodista Gustavo Gorriti comenta la abrupta salida del ahora ex embajador peruano en Argentina, Nicolás Lynch. A continuación compartimos la columna, cortesía de este semanario que sale a la venta todos los jueves. "Convertir la historia en histeria" Por: Gustavo Gorriti en Caretas. Entre las muchas frases brillantes de Georges Clemenceau una de las más repetidas es aquella de que la guerra es un asunto demasiado grave como para ser dejado en manos de militares. Lo que no he encontrado es frase alguna de Clemenceau sobre cómo lidiar con las gravedades de la guerra frente a civiles (o retirados) obtusos o histéricos o deshonestos, o todo lo anterior a la vez. Durante los últimos días hubo un linchamiento tardío de Nicolás Lynch (pienso que el apellido no tiene porqué configurar el destino) por haber recibido a gente del Movadef en la embajada de Perú en Argentina. Ahora la ofensiva se extiende al canciller Roncagliolo, quien tendrá que explicar ante gente como Aguinaga o Chávez (Martha), porqué no linchó a Lynch apenas supo de la reunión en la embajada peruana. Lo que la cacofónica melodía de todos esos ladridos, aullidos y cacareos pareciera insinuar es que lo que sucedió en enero en la embajada peruana en Argentina fue una derrota importante en la lucha contra Sendero Luminoso, comparable como contraste con las víctimas de un francotirador en Mazángaro; o con una emboscada de 'Alipio'. Eso no es solo más estúpido de lo que suena sino, sobre todo, de una deshonestidad intelectual profunda, que nada tiene que ver con la conducción de las operaciones contraSendero Luminoso en el VRAE y sí mucho con una presión al gobierno para negociar mejor el indulto a Alberto Fujimori. Lo interesante es que junto con la comparsa de geishas que fueron parte del gobierno mafioso de Fujimori-Montesinos, ladra también un perro de chacra, a quien uno hubiera imaginado ladrándole a esa comparsa, no con ella. Frente al linchamiento de Lynch, diré lo siguiente: sin conocer todo el detalle y el contexto, creo que fue un error del ex embajador recibir a la delegación del Movadef. No porque no se deba hablar con ellos (regresaré sobre el tema dentro de unos párrafos), sino por las limitaciones y exigencias de su cargo. Fue un error que probablemente ameritaba una llamada de atención e instrucciones precisas sobre qué hacer y qué no hacer en esos casos. Pero, ¿exigirle la renuncia, botarlo? Es una tonta exageración, producto del susto de burócratas tembleques. Yo no me considero amigo de Nicolás Lynch. Lo conozco y he tenido con él una relación cordial en las no muchas ocasiones que hemos coincidido; pero, como es natural, sé de su trayectoria. Y uno puede de repente reclamarle algunas cosas a Lynch. Pero, ¿ser prosenderista, simpatizante de ellos o blandengue con fanáticos? Francamente, ninguna limitación intelectual justifica sostener ese estúpido despropósito. En la carta abierta que publicó su ex esposa Corinne Schmidt en IDL-Reporteros este lunes 5 (http://idl-reporteros.pe/2012/11/05/carta-de-ex-esposa-de-nicolas-lynch-...), esta dice lo que hay que decir con noble y precisa elocuencia. Lynch estuvo entre quienes se enfrentaron directamente a los senderistas cuando se necesitaba agallas para hacerlo. Pero si de hablar y negociar se trata, la desvergonzada estridencia fujimorista levanta tanto los decibeles porque quiere, precisamente, ocultar o buscar que se olvide quiénes fueron los que negociaron, hablaron y concedieron a Sendero Luminoso cuando la violencia todavía desgarraba todo el país. Fueron ellos, los fujimoristas, los montesinistas, que entonces usufructuaban rutinariamente del poder del engaño. En ningún otro régimen se dialogó y negoció tanto con la dirigencia senderista, especialmente con Abimael Guzmán como durante el fujimorato. En ningún otro régimen se utilizó en forma la plena discrecionalidad del único poder estatal que había: el de Fujimori/Montesinos, para cambiar condiciones de reclusión, otorgar facilidades de todo orden, promover reuniones de la dirigencia senderista llevando a los presos de un lugar a otro de la nación; en ningún otro momento se utilizó tanto los recursos de la empatía (la ya conocida música de Sinatra, la torta de chocolate, los paseos en lancha, libros, revistas, llamadas de larga distancia internacional) para negociar primero los llamados 'acuerdos paz', que derivaron hacia fines de la década en la posición senderista hasta ahora mantenida de 'resolver los problemas derivados de la guerra'. Uno de los resultados de eso fue el cambio en la facción senderista que siguió a Guzmán, de la acción clandestina a la de la política semi abierta o del todo abierta a través de los llamados 'organismos generados' como el Movadef. Fueron, precisamente, esas reuniones sucesivas propiciadas y hechas posibles por el entonces Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), cuyos dos más importantes inquilinos, aquellos de idénticas corbatas, eran Fujimori y Montesinos (uno vivía en un ala y el otro en la opuesta), las que derivaron en la disposición senderista a cambiar la clandestinidad por la acción política mediante, entre otros, el Movadef. Entonces, los chillidos de ahora, por parte de quienes fueron diligentes subordinados de Montesinos y Fujimori, ¿a qué obedecen? ¿a lograr que se olvide sus propias obras, su condición de padrinos distantes del Movadef? ¿a lograr que los asustadizos en los gobiernos democráticos imposten la voz y el pensamiento para no demostrar una supuesta debilidad? (Ya se sabe lo patéticamente tonto y, por eso, peligroso que puede ser un liberal asustado). Puestas las cosas en su sitio, creo que se puede pasar a discutir el tema de fondo. ¿Estuvo bien negociar con Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre en los 90 o en la década pasada? Es necesario primero separar el principio de la circunstancia. La circunstancia fue que ni Montesinos ni Fujimori tuvieron como objetivo central y fundamental utilizar la negociación para buscar una pacificación comprehensiva sino buscaron utilizarla para fortalecer su régimen y, dentro de ello, la importancia personal de, sobre todo, Montesinos. Pero, desde el punto de vista del principio, un Estado hace bien si utiliza una posición de ventaja para lograr la rendición de los jefes de una organización insurgente o, por lo menos, el cese o la disminución radical de la violencia. Si mediante mecanismos de negociación a través del control penitenciario – acompañados por diálogo, debate y concesiones que no pongan en peligro la posición de dominio lograda–, se puede conseguir que colapsen los niveles de violencia, que se salve vidas y que quienes estaban hasta ayer o anteayer abocados a consagrar cada minuto de sus vidas a la lucha violenta, depongan las armas, declaren el fin de la guerra y se dispongan a pasar a la paz, ¿es eso bueno, o no? Por supuesto que lo es. Se trata de estrategias que deben ser cuidadosamente controladas para no perder la ventaja en la negociación, pero ningún contrainsurgente o gobernante sensato desestimará las posibilidades de terminar de ganar pacíficamente la decisiva ventaja que se logró mediante la aplicación inteligente de la contrainsurgencia. El hecho es que, al margen de la circunstancia de dictadura y corrupción de los 90, el llevar a Abimael Guzmán y a Elena Iparraguirre a declarar su decisión de negociar, desde la derrota, acuerdos de paz, tuvo un efecto potentísimo sobre Sendero. Su profeta, el que había predicado como ley inalterable la prioridad absoluta de la violencia en la demolición social, ahora renunciaba a ella y convencía a gran parte de sus seguidores, a hacerlo. Ese fue un terremoto intelectual y espiritual en Sendero cuyas consecuencias continúan hasta hoy. Cismas profundos, odios irreconciliables y el paso de la certidumbre a la duda. Fue un sismo dirigido, cuya fuerza se dejó escapar, pero cuyo proceso continúa, como veremos la próxima semana.
Carta de Adolfo Pérez Esquivel Premio Nobel de la Paz Buenos Aires, 5 de noviembre del 2012 Al Pueblo hermano del Perú Reciban el fraterno saludo de Paz y Bien La presente carta abierta tiene por objeto aclarar hechos que preocupan al gobierno del Perú y tuvieron repercusión en los medios periodísticos, señalando que apoyamos la amnistía a integrantes de Sendero Luminoso, lo cual nos sorprende, y preocupa. Siempre hemos defendido los derechos humanos y derechos de los pueblos desde su integridad, rechazando todo tipo de terrorismo, provenga de quien provenga, como también el terrorismo de Estado que tanto daño hicieron en el continente. Es cierto que en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), recibimos a una delegación que se presentó como refugiados peruanos, apareciendo luego como integrantes del Movadef, quienes se reunieron con diversos organismos de derechos humanos y sociales en la Argentina. Ellos pidieron por la situación de los presos políticos y el sistema penitenciario peruano. Pero, en ningún momento se refirieron a Abimael Guzmán, ni a integrantes de Sendero Luminoso.Queremos dejar en claro que durante la reunión, se habló de solicitar al gobierno peruano el cumplimiento de las garantías estipuladas por los instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos, así como la aplicación del Derecho Humanitario, siendo esto responsabilidad del Estado. Es desde el estado de derecho que actuamos, considerando fundamental el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la vigencia de los DD.HH. Al Servicio Paz y justicia se acercan diariamente organizaciones y personas de diversos continentes que, por diversos motivos, buscan apoyo solidario, explicando la situación que viven en sus países y las problemáticas, ya sean educativas, conflictos, violaciones de los DDHH. etc., lo que no significa que estemos de acuerdo con todos los que llegan. En este caso concreto, pidieron el apoyo sobre la situación de los presos políticos y ese fue el motivo de la reunión. Reconocemos que basándonos en sus explicaciones y contactos en el país, no lo evaluamos correctamente. Dejamos en claro que, bajo ningún concepto apoyamos a Sendero Luminoso, a su ideología, metodología y uso de la violencia. Acompañamos a los pueblos de nuestro continente, en la construcción democrática y fortalecimiento de las instituciones y la vigencia de los DDHH, tratando de aportar en la búsqueda de posibles soluciones. Nuestra misión es solidaria y en hermandad con los pueblos. Y siempre hemos asumido la resolución de los conflictos por medios no violentos, desde nuestra identidad. Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora son un ejemplo de resistencia y dignidad, a través de largos años de lucha en defensa de los derechos humanos, buscando Memoria, Verdad y Justicia, sin claudicaciones, con su acción coherente entre el decir y el hacer y en sus aportes permanentes a la construcción democrática. Es doloroso y preocupante que algunos medios de comunicación pretendan descalificarlas. El Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) como organización latinoamericana, con más de 40 años de trabajo en el continente, incluso en el Perú con el Padre Netalí Lisetta y la Hermana Amparo, y comunidades indígenas, siempre asumió su responsabilidad junto a los más necesitados en la defensa de los derechos de la persona y los pueblos, con los que nos sentimos hermanados y a los que acompañamos. Señalamos que cualquier resolución que se adopte, en cuanto a otorgar o no una amnistía, es una decisión política y humanitaria que corresponde al Estado peruano.El día 6 de noviembre a las 12 horas, nos hemos reunido en la Embajada del Perú, en Buenos Aires, con la Ministra, Encargada de Negocios, Sra. Lilian Ballón de Amezaga y el Consejero Sr. Roland Denegri, conjuntamente con las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas y Mirta Baravalle y quien suscribe, a fin de explicar nuestra posición frente a los hechos y reiterándoles todo el apoyo y solidaridad con el pueblo peruano.. Les enviamos nuestro fraterno abrazo de Paz y Bien.- Adolfo Pérez Esquivel Premio Nobel de la Paz Posted 2 hours ago by La Diaspora Peruana
Estimados amigos,
Estamos enviado este comunicado de apoyo a nuestro ex director y amigo de la REvista La OTRA MIRADA, Nicolás Lynch, para quien desee adherirse les agradecemos nos envíen su nombre y DNI al correo: infodiario@otramirada.pe
Gracias.
"Convertir la historia en histeria", por Gustavo Gorriti en Caretas.
"Carta de Adolfo Pérez Esquivel" Premio Nobel de la Paz
Respaldo a Nicolás Lynch
Nicolás Lynch es un hombre honorable, un político valiente de ideas claras y un intelectual coherente y honesto que ha luchado incansablemente por la democracia y la justicia social en el Perú. Desde hace 40 años combate de manera pública y frontal, en las aulas universitarias y las tribunas periodística y política, la violencia y el totalitarismo de grupos como Sendero Luminoso, por lo que ha sido en múltiples oportunidades blanco de alevosos ataques. Pero no solo eso, es un peruano profundamente interesado en mejorar la educación y para ello, como Ministro de un gobierno democrático, pugnó por lanzar reformas fundamentales.
En los últimos años los peruanos hemos sido testigos del desproporcionado poder que han alcanzado algunos grupos mediáticos. Ellos no se contentan con representar una voz u opinión, esencial en la democracia, sino que actúan como megáfono frente a la opinión pública, lo que genera inevitablemente manipulación y abuso. Esto debe ser corregido, sin mengua de la libertad de información y opinión.
Los abajo firmantes rechazamos tajantemente la burda maniobra con la que se pretende descalificar a un político intachable, cuyos últimos afanes como Embajador del Perú han estado volcados a mejorar la relación con Argentina e involucrar a nuestro país en la unión sudamericana, ideal que viene desde nuestros fundadores republicanos.
Lima, noviembre de 2012.
Carta de renuncia de Nicolas Lynch Gamero al cargo de Embajador de Argentina
Señor Presidente:
Le escribo para presentarle mi renuncia al cargo de embajador extraordinario y plenipotenciario del Perú en la República Argentina al que me nombrara en agosto del 2011. El deterioro en las condiciones de ejercicio del cargo podría afectar la política exterior del Perú, cosa que es preciso evitar.
De igual forma, deseo manifestarle lo siguiente: Siento repulsión por la campaña mediática de los últimos días contra mi persona y creo que ella se debe a la firmeza con que he llevado adelante las políticas que usted y el Señor Canciller Rafael Roncagliolo me encargaron cuando partí a la Argentina en setiembre del 2011. El pretexto para esta ofensiva no tiene asidero: una supuesta simpatía de mi persona por Sendero Luminoso o su fachada el Movadef, por haber recibido una carta de ese grupo para el gobierno peruano en la embajada del Perú en Buenos Aires, hecho que ocurrió el 17 de enero de 2012, hace casi diez meses y que fue inmediatamente informado a la Cancillería Peruana. Por lo demás, para nadie en su sano juicio recibir una carta es estar de acuerdo con su contenido. ¿Quién y cómo es el que recién se da cuenta de estos hechos?
Es público y notorio el combate que he desarrollado contra el totalitarismo y el terrorismo en los últimos cuarenta años, tanto desde las aulas de San Marcos y en el curso de mi militancia política, como en decenas de artículos periodísticos y varios libros. Soy un convencido de que hay que desterrar esa lacra de nuestra sociedad, pero también que en ese proceso juega un rol fundamental el combate político e ideológico, prácticamente abandonado en la actualidad
Me hiere, Señor Presidente, que se haya dicho también en los últimos días, refiriéndose negativamente a palabras mías, que las embajadas peruanas en el exterior no son las casas de todos los peruanos, como si un peruano por ser delincuente o terrorista dejara de ser peruano.
· Acaso nuestros cónsules no visitan a los peruanos presos y condenados alrededor del mundo?
· Acaso el Presidente del Perú no lo es de todos los peruanos, incluso de los terroristas? Desafortunadamente se ha instalado en los últimos tiempos en el Perú un clima de intolerancia que rápidamente arma patrañas y establece cazas de brujas queriendo convertir a los adversarios en enemigos y por lo tanto en objetivos a destruir. Si esta situación se prolonga se convertirá en el despeñadero de la democracia. Es una lástima, por ello, que algunos medios de comunicación masiva hayan alcanzado poder de veto en la política exterior del Perú.
Pero la razón de fondo que desemboca en estas calumnias a mi persona es la oposición de grupos de diverso origen a las relaciones estrechas con la República Argentina y al impulso que su gobierno le da a UNASUR. Hay poderosos intereses, que no son precisamente los de las mayorías populares, los que juegan sus cartas en esta oposición. La irresponsabilidad, sin embargo, es mayúscula. La Argentina es nuestro aliado histórico y estratégico, nuestra amistad ya tuvo varios bautismos de fuego, como en las pampas de la Quinua y en las aguas del Atlántico Sur; afectarla sería suicida para las relaciones internacionales del Perú, en especial en Sudamérica. Cuestión similar sucede con UNASUR. En el actual mundo en crisis no hay otra forma de lograr "un lugar bajo el sol" que con un bloque regional que desarrollepresencia política y económica. UNASUR es por ello nuestro futuro en la región, que debemos aspirar se convierta en la conducción política de la integración sudamericana. No podemos cambiar este futuro por las ilusiones de siempre que desde Colón vienen a ofrecernos visitantes diversos.
Me voy, Señor Presidente, con la satisfacción del deber cumplido, con la bandera de la patria y las mías propias en alto y como hombre de izquierda que jamás cambiará sus convicciones por un plato de lentejas, por más que quieran asustarlo.
Reciba un fuerte abrazo, mi agradecimiento por la tarea encomendada y la mejor de las suertes para lo que le queda del gobierno.
Nicolás Lynch Gamero
"Convertir la historia en histeria", columna de Gustavo Gorriti en Caretas.
"En ningún otro régimen se dialogó y negoció tanto con la dirigencia senderista, especialmente con Abimael Guzmán como durante el fujimorato", escribe el periodista director de IDL Reporteros.
En su habitual columna aparecida en la revista Caretas, el periodista Gustavo Gorriti comenta la abrupta salida del ahora ex embajador peruano en Argentina, Nicolás Lynch. A continuación compartimos la columna, cortesía de este semanario que sale a la venta todos los jueves.
"Convertir la historia en histeria"
Por: Gustavo Gorriti en Caretas.
Entre las muchas frases brillantes de Georges Clemenceau una de las más repetidas es aquella de que la guerra es un asunto demasiado grave como para ser dejado en manos de militares. Lo que no he encontrado es frase alguna de Clemenceau sobre cómo lidiar con las gravedades de la guerra frente a civiles (o retirados) obtusos o histéricos o deshonestos, o todo lo anterior a la vez.
Durante los últimos días hubo un linchamiento tardío de Nicolás Lynch (pienso que el apellido no tiene porqué configurar el destino) por haber recibido a gente del Movadef en la embajada de Perú en Argentina.
Ahora la ofensiva se extiende al canciller Roncagliolo, quien tendrá que explicar ante gente como Aguinaga o Chávez (Martha), porqué no linchó a Lynch apenas supo de la reunión en la embajada peruana.
Lo que la cacofónica melodía de todos esos ladridos, aullidos y cacareos pareciera insinuar es que lo que sucedió en enero en la embajada peruana en Argentina fue una derrota importante en la lucha contra Sendero Luminoso, comparable como contraste con las víctimas de un francotirador en Mazángaro; o con una emboscada de 'Alipio'.
Eso no es solo más estúpido de lo que suena sino, sobre todo, de una deshonestidad intelectual profunda, que nada tiene que ver con la conducción de las operaciones contraSendero Luminoso en el VRAE y sí mucho con una presión al gobierno para negociar mejor el indulto a Alberto Fujimori.
Lo interesante es que junto con la comparsa de geishas que fueron parte del gobierno mafioso de Fujimori-Montesinos, ladra también un perro de chacra, a quien uno hubiera imaginado ladrándole a esa comparsa, no con ella.
Frente al linchamiento de Lynch, diré lo siguiente: sin conocer todo el detalle y el contexto, creo que fue un error del ex embajador recibir a la delegación del Movadef. No porque no se deba hablar con ellos (regresaré sobre el tema dentro de unos párrafos), sino por las limitaciones y exigencias de su cargo. Fue un error que probablemente ameritaba una llamada de atención e instrucciones precisas sobre qué hacer y qué no hacer en esos casos. Pero, ¿exigirle la renuncia, botarlo? Es una tonta exageración, producto del susto de burócratas tembleques.
Yo no me considero amigo de Nicolás Lynch. Lo conozco y he tenido con él una relación cordial en las no muchas ocasiones que hemos coincidido; pero, como es natural, sé de su trayectoria. Y uno puede de repente reclamarle algunas cosas a Lynch. Pero, ¿ser prosenderista, simpatizante de ellos o blandengue con fanáticos? Francamente, ninguna limitación intelectual justifica sostener ese estúpido despropósito. En la carta abierta que publicó su ex esposa Corinne Schmidt en IDL-Reporteros este lunes 5 (http://idl-reporteros.pe/2012/11/05/carta-de-ex-esposa-de-nicolas-lynch-...), esta dice lo que hay que decir con noble y precisa elocuencia. Lynch estuvo entre quienes se enfrentaron directamente a los senderistas cuando se necesitaba agallas para hacerlo.
Pero si de hablar y negociar se trata, la desvergonzada estridencia fujimorista levanta tanto los decibeles porque quiere, precisamente, ocultar o buscar que se olvide quiénes fueron los que negociaron, hablaron y concedieron a Sendero Luminoso cuando la violencia todavía desgarraba todo el país. Fueron ellos, los fujimoristas, los montesinistas, que entonces usufructuaban rutinariamente del poder del engaño.
En ningún otro régimen se dialogó y negoció tanto con la dirigencia senderista, especialmente con Abimael Guzmán como durante el fujimorato. En ningún otro régimen se utilizó en forma la plena discrecionalidad del único poder estatal que había: el de Fujimori/Montesinos, para cambiar condiciones de reclusión, otorgar facilidades de todo orden, promover reuniones de la dirigencia senderista llevando a los presos de un lugar a otro de la nación; en ningún otro momento se utilizó tanto los recursos de la empatía (la ya conocida música de Sinatra, la torta de chocolate, los paseos en lancha, libros, revistas, llamadas de larga distancia internacional) para negociar primero los llamados 'acuerdos paz', que derivaron hacia fines de la década en la posición senderista hasta ahora mantenida de 'resolver los problemas derivados de la guerra'.
Uno de los resultados de eso fue el cambio en la facción senderista que siguió a Guzmán, de la acción clandestina a la de la política semi abierta o del todo abierta a través de los llamados 'organismos generados' como el Movadef.
Fueron, precisamente, esas reuniones sucesivas propiciadas y hechas posibles por el entonces Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), cuyos dos más importantes inquilinos, aquellos de idénticas corbatas, eran Fujimori y Montesinos (uno vivía en un ala y el otro en la opuesta), las que derivaron en la disposición senderista a cambiar la clandestinidad por la acción política mediante, entre otros, el Movadef.
Entonces, los chillidos de ahora, por parte de quienes fueron diligentes subordinados de Montesinos y Fujimori, ¿a qué obedecen? ¿a lograr que se olvide sus propias obras, su condición de padrinos distantes del Movadef? ¿a lograr que los asustadizos en los gobiernos democráticos imposten la voz y el pensamiento para no demostrar una supuesta debilidad? (Ya se sabe lo patéticamente tonto y, por eso, peligroso que puede ser un liberal asustado).
Puestas las cosas en su sitio, creo que se puede pasar a discutir el tema de fondo.
¿Estuvo bien negociar con Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre en los 90 o en la década pasada?
Es necesario primero separar el principio de la circunstancia.
La circunstancia fue que ni Montesinos ni Fujimori tuvieron como objetivo central y fundamental utilizar la negociación para buscar una pacificación comprehensiva sino buscaron utilizarla para fortalecer su régimen y, dentro de ello, la importancia personal de, sobre todo, Montesinos.
Pero, desde el punto de vista del principio, un Estado hace bien si utiliza una posición de ventaja para lograr la rendición de los jefes de una organización insurgente o, por lo menos, el cese o la disminución radical de la violencia.
Si mediante mecanismos de negociación a través del control penitenciario – acompañados por diálogo, debate y concesiones que no pongan en peligro la posición de dominio lograda–, se puede conseguir que colapsen los niveles de violencia, que se salve vidas y que quienes estaban hasta ayer o anteayer abocados a consagrar cada minuto de sus vidas a la lucha violenta, depongan las armas, declaren el fin de la guerra y se dispongan a pasar a la paz, ¿es eso bueno, o no?
Por supuesto que lo es. Se trata de estrategias que deben ser cuidadosamente controladas para no perder la ventaja en la negociación, pero ningún contrainsurgente o gobernante sensato desestimará las posibilidades de terminar de ganar pacíficamente la decisiva ventaja que se logró mediante la aplicación inteligente de la contrainsurgencia.
El hecho es que, al margen de la circunstancia de dictadura y corrupción de los 90, el llevar a Abimael Guzmán y a Elena Iparraguirre a declarar su decisión de negociar, desde la derrota, acuerdos de paz, tuvo un efecto potentísimo sobre Sendero. Su profeta, el que había predicado como ley inalterable la prioridad absoluta de la violencia en la demolición social, ahora renunciaba a ella y convencía a gran parte de sus seguidores, a hacerlo.
Ese fue un terremoto intelectual y espiritual en Sendero cuyas consecuencias continúan hasta hoy. Cismas profundos, odios irreconciliables y el paso de la certidumbre a la duda. Fue un sismo dirigido, cuya fuerza se dejó escapar, pero cuyo proceso continúa, como veremos la próxima semana.
Carta de Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Buenos Aires, 5 de noviembre del 2012
Al Pueblo hermano del Perú
Reciban el fraterno saludo de Paz y Bien
La presente carta abierta tiene por objeto aclarar hechos que preocupan al gobierno del Perú y tuvieron repercusión en los medios periodísticos, señalando que apoyamos la amnistía a integrantes de Sendero Luminoso, lo cual nos sorprende, y preocupa. Siempre hemos defendido los derechos humanos y derechos de los pueblos desde su integridad, rechazando todo tipo de terrorismo, provenga de quien provenga, como también el terrorismo de Estado que tanto daño hicieron en el continente.
Es cierto que en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), recibimos a una delegación que se presentó como refugiados peruanos, apareciendo luego como integrantes del Movadef, quienes se reunieron con diversos organismos de derechos humanos y sociales en la Argentina. Ellos pidieron por la situación de los presos políticos y el sistema penitenciario peruano. Pero, en ningún momento se refirieron a Abimael Guzmán, ni a integrantes de Sendero Luminoso.
Queremos dejar en claro que durante la reunión, se habló de solicitar al gobierno peruano el cumplimiento de las garantías estipuladas por los instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos, así como la aplicación del Derecho Humanitario, siendo esto responsabilidad del Estado. Es desde el estado de derecho que actuamos, considerando fundamental el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la vigencia de los DD.HH.
Al Servicio Paz y justicia se acercan diariamente organizaciones y personas de diversos continentes que, por diversos motivos, buscan apoyo solidario, explicando la situación que viven en sus países y las problemáticas, ya sean educativas, conflictos, violaciones de los DDHH. etc., lo que no significa que estemos de acuerdo con todos los que llegan.
En este caso concreto, pidieron el apoyo sobre la situación de los presos políticos y ese fue el motivo de la reunión. Reconocemos que basándonos en sus explicaciones y contactos en el país, no lo evaluamos correctamente. Dejamos en claro que, bajo ningún concepto apoyamos a Sendero Luminoso, a su ideología, metodología y uso de la violencia.
Acompañamos a los pueblos de nuestro continente, en la construcción democrática y fortalecimiento de las instituciones y la vigencia de los DDHH, tratando de aportar en la búsqueda de posibles soluciones. Nuestra misión es solidaria y en hermandad con los pueblos. Y siempre hemos asumido la resolución de los conflictos por medios no violentos, desde nuestra identidad.
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora son un ejemplo de resistencia y dignidad, a través de largos años de lucha en defensa de los derechos humanos, buscando Memoria, Verdad y Justicia, sin claudicaciones, con su acción coherente entre el decir y el hacer y en sus aportes permanentes a la construcción democrática. Es doloroso y preocupante que algunos medios de comunicación pretendan descalificarlas.
El Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) como organización latinoamericana, con más de 40 años de trabajo en el continente, incluso en el Perú con el Padre Netalí Lisetta y la Hermana Amparo, y comunidades indígenas, siempre asumió su responsabilidad junto a los más necesitados en la defensa de los derechos de la persona y los pueblos, con los que nos sentimos hermanados y a los que acompañamos.
Señalamos que cualquier resolución que se adopte, en cuanto a otorgar o no una amnistía, es una decisión política y humanitaria que corresponde al Estado peruano.
El día 6 de noviembre a las 12 horas, nos hemos reunido en la Embajada del Perú, en Buenos Aires, con la Ministra, Encargada de Negocios, Sra. Lilian Ballón de Amezaga y el Consejero Sr. Roland Denegri, conjuntamente con las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas y Mirta Baravalle y quien suscribe, a fin de explicar nuestra posición frente a los hechos y reiterándoles todo el apoyo y solidaridad con el pueblo peruano..
Les enviamos nuestro fraterno abrazo de Paz y Bien.-
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Estimados amigos,
Estamos enviado este comunicado de apoyo a nuestro ex director y amigo de la REvista La OTRA MIRADA, Nicolás Lynch, para quien desee adherirse les agradecemos nos envíen su nombre y DNI al correo: infodiario@otramirada.pe
Gracias.
"Convertir la historia en histeria", por Gustavo Gorriti en Caretas.
"Carta de Adolfo Pérez Esquivel" Premio Nobel de la Paz
Respaldo a Nicolás Lynch
Nicolás Lynch es un hombre honorable, un político valiente de ideas claras y un intelectual coherente y honesto que ha luchado incansablemente por la democracia y la justicia social en el Perú. Desde hace 40 años combate de manera pública y frontal, en las aulas universitarias y las tribunas periodística y política, la violencia y el totalitarismo de grupos como Sendero Luminoso, por lo que ha sido en múltiples oportunidades blanco de alevosos ataques. Pero no solo eso, es un peruano profundamente interesado en mejorar la educación y para ello, como Ministro de un gobierno democrático, pugnó por lanzar reformas fundamentales.
En los últimos años los peruanos hemos sido testigos del desproporcionado poder que han alcanzado algunos grupos mediáticos. Ellos no se contentan con representar una voz u opinión, esencial en la democracia, sino que actúan como megáfono frente a la opinión pública, lo que genera inevitablemente manipulación y abuso. Esto debe ser corregido, sin mengua de la libertad de información y opinión.
Los abajo firmantes rechazamos tajantemente la burda maniobra con la que se pretende descalificar a un político intachable, cuyos últimos afanes como Embajador del Perú han estado volcados a mejorar la relación con Argentina e involucrar a nuestro país en la unión sudamericana, ideal que viene desde nuestros fundadores republicanos.
Lima, noviembre de 2012.
Carta de renuncia de Nicolas Lynch Gamero al cargo de Embajador de Argentina
Señor Presidente:
Le escribo para presentarle mi renuncia al cargo de embajador extraordinario y plenipotenciario del Perú en la República Argentina al que me nombrara en agosto del 2011. El deterioro en las condiciones de ejercicio del cargo podría afectar la política exterior del Perú, cosa que es preciso evitar.
De igual forma, deseo manifestarle lo siguiente: Siento repulsión por la campaña mediática de los últimos días contra mi persona y creo que ella se debe a la firmeza con que he llevado adelante las políticas que usted y el Señor Canciller Rafael Roncagliolo me encargaron cuando partí a la Argentina en setiembre del 2011. El pretexto para esta ofensiva no tiene asidero: una supuesta simpatía de mi persona por Sendero Luminoso o su fachada el Movadef, por haber recibido una carta de ese grupo para el gobierno peruano en la embajada del Perú en Buenos Aires, hecho que ocurrió el 17 de enero de 2012, hace casi diez meses y que fue inmediatamente informado a la Cancillería Peruana. Por lo demás, para nadie en su sano juicio recibir una carta es estar de acuerdo con su contenido. ¿Quién y cómo es el que recién se da cuenta de estos hechos?
Es público y notorio el combate que he desarrollado contra el totalitarismo y el terrorismo en los últimos cuarenta años, tanto desde las aulas de San Marcos y en el curso de mi militancia política, como en decenas de artículos periodísticos y varios libros. Soy un convencido de que hay que desterrar esa lacra de nuestra sociedad, pero también que en ese proceso juega un rol fundamental el combate político e ideológico, prácticamente abandonado en la actualidad
Me hiere, Señor Presidente, que se haya dicho también en los últimos días, refiriéndose negativamente a palabras mías, que las embajadas peruanas en el exterior no son las casas de todos los peruanos, como si un peruano por ser delincuente o terrorista dejara de ser peruano.
· Acaso nuestros cónsules no visitan a los peruanos presos y condenados alrededor del mundo?
· Acaso el Presidente del Perú no lo es de todos los peruanos, incluso de los terroristas? Desafortunadamente se ha instalado en los últimos tiempos en el Perú un clima de intolerancia que rápidamente arma patrañas y establece cazas de brujas queriendo convertir a los adversarios en enemigos y por lo tanto en objetivos a destruir. Si esta situación se prolonga se convertirá en el despeñadero de la democracia. Es una lástima, por ello, que algunos medios de comunicación masiva hayan alcanzado poder de veto en la política exterior del Perú.
Pero la razón de fondo que desemboca en estas calumnias a mi persona es la oposición de grupos de diverso origen a las relaciones estrechas con la República Argentina y al impulso que su gobierno le da a UNASUR. Hay poderosos intereses, que no son precisamente los de las mayorías populares, los que juegan sus cartas en esta oposición. La irresponsabilidad, sin embargo, es mayúscula. La Argentina es nuestro aliado histórico y estratégico, nuestra amistad ya tuvo varios bautismos de fuego, como en las pampas de la Quinua y en las aguas del Atlántico Sur; afectarla sería suicida para las relaciones internacionales del Perú, en especial en Sudamérica. Cuestión similar sucede con UNASUR. En el actual mundo en crisis no hay otra forma de lograr "un lugar bajo el sol" que con un bloque regional que desarrollepresencia política y económica. UNASUR es por ello nuestro futuro en la región, que debemos aspirar se convierta en la conducción política de la integración sudamericana. No podemos cambiar este futuro por las ilusiones de siempre que desde Colón vienen a ofrecernos visitantes diversos.
Me voy, Señor Presidente, con la satisfacción del deber cumplido, con la bandera de la patria y las mías propias en alto y como hombre de izquierda que jamás cambiará sus convicciones por un plato de lentejas, por más que quieran asustarlo.
Reciba un fuerte abrazo, mi agradecimiento por la tarea encomendada y la mejor de las suertes para lo que le queda del gobierno.
Nicolás Lynch Gamero
"Convertir la historia en histeria", columna de Gustavo Gorriti en Caretas.
"En ningún otro régimen se dialogó y negoció tanto con la dirigencia senderista, especialmente con Abimael Guzmán como durante el fujimorato", escribe el periodista director de IDL Reporteros.
En su habitual columna aparecida en la revista Caretas, el periodista Gustavo Gorriti comenta la abrupta salida del ahora ex embajador peruano en Argentina, Nicolás Lynch. A continuación compartimos la columna, cortesía de este semanario que sale a la venta todos los jueves.
"Convertir la historia en histeria"
Por: Gustavo Gorriti en Caretas.
Entre las muchas frases brillantes de Georges Clemenceau una de las más repetidas es aquella de que la guerra es un asunto demasiado grave como para ser dejado en manos de militares. Lo que no he encontrado es frase alguna de Clemenceau sobre cómo lidiar con las gravedades de la guerra frente a civiles (o retirados) obtusos o histéricos o deshonestos, o todo lo anterior a la vez.
Durante los últimos días hubo un linchamiento tardío de Nicolás Lynch (pienso que el apellido no tiene porqué configurar el destino) por haber recibido a gente del Movadef en la embajada de Perú en Argentina.
Ahora la ofensiva se extiende al canciller Roncagliolo, quien tendrá que explicar ante gente como Aguinaga o Chávez (Martha), porqué no linchó a Lynch apenas supo de la reunión en la embajada peruana.
Lo que la cacofónica melodía de todos esos ladridos, aullidos y cacareos pareciera insinuar es que lo que sucedió en enero en la embajada peruana en Argentina fue una derrota importante en la lucha contra Sendero Luminoso, comparable como contraste con las víctimas de un francotirador en Mazángaro; o con una emboscada de 'Alipio'.
Eso no es solo más estúpido de lo que suena sino, sobre todo, de una deshonestidad intelectual profunda, que nada tiene que ver con la conducción de las operaciones contraSendero Luminoso en el VRAE y sí mucho con una presión al gobierno para negociar mejor el indulto a Alberto Fujimori.
Lo interesante es que junto con la comparsa de geishas que fueron parte del gobierno mafioso de Fujimori-Montesinos, ladra también un perro de chacra, a quien uno hubiera imaginado ladrándole a esa comparsa, no con ella.
Frente al linchamiento de Lynch, diré lo siguiente: sin conocer todo el detalle y el contexto, creo que fue un error del ex embajador recibir a la delegación del Movadef. No porque no se deba hablar con ellos (regresaré sobre el tema dentro de unos párrafos), sino por las limitaciones y exigencias de su cargo. Fue un error que probablemente ameritaba una llamada de atención e instrucciones precisas sobre qué hacer y qué no hacer en esos casos. Pero, ¿exigirle la renuncia, botarlo? Es una tonta exageración, producto del susto de burócratas tembleques.
Yo no me considero amigo de Nicolás Lynch. Lo conozco y he tenido con él una relación cordial en las no muchas ocasiones que hemos coincidido; pero, como es natural, sé de su trayectoria. Y uno puede de repente reclamarle algunas cosas a Lynch. Pero, ¿ser prosenderista, simpatizante de ellos o blandengue con fanáticos? Francamente, ninguna limitación intelectual justifica sostener ese estúpido despropósito. En la carta abierta que publicó su ex esposa Corinne Schmidt en IDL-Reporteros este lunes 5 (http://idl-reporteros.pe/2012/11/05/carta-de-ex-esposa-de-nicolas-lynch-...), esta dice lo que hay que decir con noble y precisa elocuencia. Lynch estuvo entre quienes se enfrentaron directamente a los senderistas cuando se necesitaba agallas para hacerlo.
Pero si de hablar y negociar se trata, la desvergonzada estridencia fujimorista levanta tanto los decibeles porque quiere, precisamente, ocultar o buscar que se olvide quiénes fueron los que negociaron, hablaron y concedieron a Sendero Luminoso cuando la violencia todavía desgarraba todo el país. Fueron ellos, los fujimoristas, los montesinistas, que entonces usufructuaban rutinariamente del poder del engaño.
En ningún otro régimen se dialogó y negoció tanto con la dirigencia senderista, especialmente con Abimael Guzmán como durante el fujimorato. En ningún otro régimen se utilizó en forma la plena discrecionalidad del único poder estatal que había: el de Fujimori/Montesinos, para cambiar condiciones de reclusión, otorgar facilidades de todo orden, promover reuniones de la dirigencia senderista llevando a los presos de un lugar a otro de la nación; en ningún otro momento se utilizó tanto los recursos de la empatía (la ya conocida música de Sinatra, la torta de chocolate, los paseos en lancha, libros, revistas, llamadas de larga distancia internacional) para negociar primero los llamados 'acuerdos paz', que derivaron hacia fines de la década en la posición senderista hasta ahora mantenida de 'resolver los problemas derivados de la guerra'.
Uno de los resultados de eso fue el cambio en la facción senderista que siguió a Guzmán, de la acción clandestina a la de la política semi abierta o del todo abierta a través de los llamados 'organismos generados' como el Movadef.
Fueron, precisamente, esas reuniones sucesivas propiciadas y hechas posibles por el entonces Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), cuyos dos más importantes inquilinos, aquellos de idénticas corbatas, eran Fujimori y Montesinos (uno vivía en un ala y el otro en la opuesta), las que derivaron en la disposición senderista a cambiar la clandestinidad por la acción política mediante, entre otros, el Movadef.
Entonces, los chillidos de ahora, por parte de quienes fueron diligentes subordinados de Montesinos y Fujimori, ¿a qué obedecen? ¿a lograr que se olvide sus propias obras, su condición de padrinos distantes del Movadef? ¿a lograr que los asustadizos en los gobiernos democráticos imposten la voz y el pensamiento para no demostrar una supuesta debilidad? (Ya se sabe lo patéticamente tonto y, por eso, peligroso que puede ser un liberal asustado).
Puestas las cosas en su sitio, creo que se puede pasar a discutir el tema de fondo.
¿Estuvo bien negociar con Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre en los 90 o en la década pasada?
Es necesario primero separar el principio de la circunstancia.
La circunstancia fue que ni Montesinos ni Fujimori tuvieron como objetivo central y fundamental utilizar la negociación para buscar una pacificación comprehensiva sino buscaron utilizarla para fortalecer su régimen y, dentro de ello, la importancia personal de, sobre todo, Montesinos.
Pero, desde el punto de vista del principio, un Estado hace bien si utiliza una posición de ventaja para lograr la rendición de los jefes de una organización insurgente o, por lo menos, el cese o la disminución radical de la violencia.
Si mediante mecanismos de negociación a través del control penitenciario – acompañados por diálogo, debate y concesiones que no pongan en peligro la posición de dominio lograda–, se puede conseguir que colapsen los niveles de violencia, que se salve vidas y que quienes estaban hasta ayer o anteayer abocados a consagrar cada minuto de sus vidas a la lucha violenta, depongan las armas, declaren el fin de la guerra y se dispongan a pasar a la paz, ¿es eso bueno, o no?
Por supuesto que lo es. Se trata de estrategias que deben ser cuidadosamente controladas para no perder la ventaja en la negociación, pero ningún contrainsurgente o gobernante sensato desestimará las posibilidades de terminar de ganar pacíficamente la decisiva ventaja que se logró mediante la aplicación inteligente de la contrainsurgencia.
El hecho es que, al margen de la circunstancia de dictadura y corrupción de los 90, el llevar a Abimael Guzmán y a Elena Iparraguirre a declarar su decisión de negociar, desde la derrota, acuerdos de paz, tuvo un efecto potentísimo sobre Sendero. Su profeta, el que había predicado como ley inalterable la prioridad absoluta de la violencia en la demolición social, ahora renunciaba a ella y convencía a gran parte de sus seguidores, a hacerlo.
Ese fue un terremoto intelectual y espiritual en Sendero cuyas consecuencias continúan hasta hoy. Cismas profundos, odios irreconciliables y el paso de la certidumbre a la duda. Fue un sismo dirigido, cuya fuerza se dejó escapar, pero cuyo proceso continúa, como veremos la próxima semana.
Carta de Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
Buenos Aires, 5 de noviembre del 2012
Al Pueblo hermano del Perú
Reciban el fraterno saludo de Paz y Bien
La presente carta abierta tiene por objeto aclarar hechos que preocupan al gobierno del Perú y tuvieron repercusión en los medios periodísticos, señalando que apoyamos la amnistía a integrantes de Sendero Luminoso, lo cual nos sorprende, y preocupa. Siempre hemos defendido los derechos humanos y derechos de los pueblos desde su integridad, rechazando todo tipo de terrorismo, provenga de quien provenga, como también el terrorismo de Estado que tanto daño hicieron en el continente.
Es cierto que en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), recibimos a una delegación que se presentó como refugiados peruanos, apareciendo luego como integrantes del Movadef, quienes se reunieron con diversos organismos de derechos humanos y sociales en la Argentina. Ellos pidieron por la situación de los presos políticos y el sistema penitenciario peruano. Pero, en ningún momento se refirieron a Abimael Guzmán, ni a integrantes de Sendero Luminoso.
Queremos dejar en claro que durante la reunión, se habló de solicitar al gobierno peruano el cumplimiento de las garantías estipuladas por los instrumentos internacionales de protección de los derechos humanos, así como la aplicación del Derecho Humanitario, siendo esto responsabilidad del Estado. Es desde el estado de derecho que actuamos, considerando fundamental el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la vigencia de los DD.HH.
Al Servicio Paz y justicia se acercan diariamente organizaciones y personas de diversos continentes que, por diversos motivos, buscan apoyo solidario, explicando la situación que viven en sus países y las problemáticas, ya sean educativas, conflictos, violaciones de los DDHH. etc., lo que no significa que estemos de acuerdo con todos los que llegan.
En este caso concreto, pidieron el apoyo sobre la situación de los presos políticos y ese fue el motivo de la reunión. Reconocemos que basándonos en sus explicaciones y contactos en el país, no lo evaluamos correctamente. Dejamos en claro que, bajo ningún concepto apoyamos a Sendero Luminoso, a su ideología, metodología y uso de la violencia.
Acompañamos a los pueblos de nuestro continente, en la construcción democrática y fortalecimiento de las instituciones y la vigencia de los DDHH, tratando de aportar en la búsqueda de posibles soluciones. Nuestra misión es solidaria y en hermandad con los pueblos. Y siempre hemos asumido la resolución de los conflictos por medios no violentos, desde nuestra identidad.
Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora son un ejemplo de resistencia y dignidad, a través de largos años de lucha en defensa de los derechos humanos, buscando Memoria, Verdad y Justicia, sin claudicaciones, con su acción coherente entre el decir y el hacer y en sus aportes permanentes a la construcción democrática. Es doloroso y preocupante que algunos medios de comunicación pretendan descalificarlas.
El Servicio Paz y Justicia (SERPAJ) como organización latinoamericana, con más de 40 años de trabajo en el continente, incluso en el Perú con el Padre Netalí Lisetta y la Hermana Amparo, y comunidades indígenas, siempre asumió su responsabilidad junto a los más necesitados en la defensa de los derechos de la persona y los pueblos, con los que nos sentimos hermanados y a los que acompañamos.
Señalamos que cualquier resolución que se adopte, en cuanto a otorgar o no una amnistía, es una decisión política y humanitaria que corresponde al Estado peruano.
El día 6 de noviembre a las 12 horas, nos hemos reunido en la Embajada del Perú, en Buenos Aires, con la Ministra, Encargada de Negocios, Sra. Lilian Ballón de Amezaga y el Consejero Sr. Roland Denegri, conjuntamente con las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas y Mirta Baravalle y quien suscribe, a fin de explicar nuestra posición frente a los hechos y reiterándoles todo el apoyo y solidaridad con el pueblo peruano..
Les enviamos nuestro fraterno abrazo de Paz y Bien.-
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz
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