Wednesday, March 24, 2010

[RED DEMOCRATICA] Coments.: Celibato y pederastia . /La Europa que el mundo necesita (I) Tiempos de luz y oscuridad Contra los tópicos y la incertidumbre.

 

Celibato y pederastia

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Escrito por Jos� Carlos Garc�a Fajardo ��
19/03/10
Ante los esc�ndalos por abusos sexuales a menores, por cl�rigos cat�licos que salen a la luz, se plantea el tema del celibato obligatorio.
Jos� Carlos Garc�a Fajardo .Profesor Em�rito  de  la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Director CCS.No existe relaci�n de causa a efecto determinante en todos los casos, pero s� en muchos c�libes que optaron por ese refugio al no saber controlar su homosexualidad, preferencia por adolescentes (efebofilia, le llama la Curia Vaticana), para vivir con responsabilidad sus tendencias y opciones afectivas.
Se escondieron en una perenne minor�a de edad, del regazo de la madre al de la comunidad eclesi�stica.
En parte proviene del terror imbuido en sus mentes por una moral que nada tiene que ver con la persona y el mensaje de Jes�s. En relaci�n con los pasajes dedicados a la justicia, al amor, al desapego de los bienes, a la comprensi�n y acogida del otro en una sana libertad, en los Evangelios no se encuentran las fijaciones sobre el sexo y la genitalidad que dominan las pr�dicas de Obispos y sacerdotes. De tanto sublimar, a muchos se les volvi� corrosivo. Jes�s aborda el tema como uno m�s dentro de la naturaleza del ser humano, en las ant�podas de los escribas y fariseos hip�critas y de los sacerdotes, sepulcros blanqueados por fuera pero llenos de inmundicia por dentro.
Esta obsesi�n les lleva a pretender un absoluto derecho a la educaci�n y aborrecen el leg�timo derecho de la sociedad laica y del Estado aconfesional a la formaci�n de los ciudadanos, a salvo de ideolog�as perniciosas, fan�ticas y totalitarias. Desde muchas religiones a fascismos, nazismos, comunismos sovi�ticos y ahora de la prepotencia inhumana de un capitalismo feroz y alienante. Y a pontificar sobre la familia, procreaci�n y educaci�n de los hijos, uso del preservativo, masturbaci�n, divorcio, interrupci�n del embarazo no deseado, relaciones prematrimoniales y los distintos modelos de familia por personas que han reprimido su sexualidad para mantener el poder sobre las mentes y la codicia de los bienes.
La Iglesia se vali� de esas personalidades inmaduras emocionalmente como ej�rcito gratuito para controlar la educaci�n de ni�os y j�venes, la manipulaci�n en los confesionarios, y les garantiz� dos de sus obsesiones, comer y codiciaMuchos de ellos de voz atiplada, melifluos, blandos y gordezuelos con maneras peculiares. Imposible imaginarlos casados y padres de familia, luego el celibato no es causa de �la soledad y carencia de afectos� como dice el cl�rigo Aguirre, �ltimo esc�ndalo de perversi�n y pederastia. El celibato, en esos casos, no es renuncia sino refugio de una sexualidad mal asumida y peor integrada. La Iglesia se vali� de esas personalidades inmaduras emocionalmente como ej�rcito gratuito para controlar la educaci�n de ni�os y j�venes, la manipulaci�n en los confesionarios, y les garantiz� dos de sus obsesiones, comer y codicia. Viv�an juntos, en un mundo segregado en el que las mujeres no ten�an cabida. El celibato fue escudo y consuelo.
Distinto es el caso de hombres con personalidad masculina pero a quienes se transform� el mundo de libertad, amor y generosidad con un artificio de dogmas y normas que hac�an imposible la expansi�n en personalidades estructuradas en libertad y responsabilidad. Igual sucede con muchos j�venes captados por institutos seculares y en los que �pensar con libertad� es pecado llev�ndose la obediencia y la despersonalizaci�n a extremos aberrantes. En estos casos, la derogaci�n de un antinatural celibato, impuesto por los eunucos de la corte, facilitar�a amar a una mujer y formar una familia para ser dignos de que el obispo les impusiera sus manos como exige Pablo a Timoteo �porque, quien no sabe gobernar su casa �c�mo va a administrar la iglesia?
Las inclinaciones y opciones sexuales no tienen por qu� ser �curadas�, sino educadas e integradas en una sociedad plural y de derechos en la que toda violaci�n contra la libertad del otro debe ser controlada por la Ley y juzgada por el derecho. M�xime cuando se trata de delitos contra ni�os y adolescentes. Entre adultos son libres de actuar y de ser felices con libertad y responsabilidad.
La fragilidad permanecer�, al igual que en todos los dem�s, y para ello est�n una educaci�n sana y una conducta responsable. En todas las manifestaciones de la vida se encuentran dificultades y el arte de vivir est� en saber manejarlas como un auriga adiestrado. Δ

Seg�n el Vaticano, han investigado a 3.000 curas acusados de pederastia entre 2001 y 2009, pero s�lo se ha condenado a 300 . En EEUU, 4.392 curas cat�licos fueron acusados de pederastia entre 1950 y 2002. 384 fueron condenados, aunque la mayor�a, 3.300 p�rrocos, ya hab�an muerto. 10.667 v�ctimas han presentado denuncias, en 2004. Irlanda ocult� los casos de curas pederastas durante d�cadas. 14.500 ni�os sufrieron abusos. Ya han dimitido 7 obispos por ocultar delitos conocidos y se pide la dimisi�n de otros seis m�s.
En Holanda, hay 350 denuncias por abusos sexuales en internados. En 20 di�cesis alemanas hay cientos de denuncias por abusos en colegios cat�licos. Llega el turno a Italia y Espa�a, donde s�lo tres sacerdotes han sido culpados.
El Cardenal vaticano, Tarcisio Bertone, utiliz� la iron�a para rechazar los ataques: "La Iglesia cuenta con la confianza de sus fieles, y aunque alguno intenta minar esa confianza tenemos una ayuda que viene de arriba".
Con esta actitud y con miles de millones invertidos en comprar silencios y pagar condenas, no va a ser f�cil que afronten una realidad que les ha explotado �mientras ellos discut�an los encajes para las ropas lit�rgicas�. Como en el S�nodo de Mosc� mientras la Revoluci�n tomaba los palacios de invierno
J.C. GARCIA FAJARDO. Profesor Em�rito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
Director del CCS

La Europa que el mundo necesita (I)

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Escrito por Federico Mayor Zaragoza ��
19/03/10
Europa no puede seguir siendo un espacio sumiso y atemorizado. Para un nuevo 'comienzo' urgen importantes cambios. Esta es la Europa que el mundo necesita de forma apremiante.
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  • La Europa faro y vig�a, del pluralismo, de la multilateralidad, de la libertad, de la justicia social, de la solidaridad. La Europa que, sin cortapisas, reconoce y promueve la igual dignidad de todos los seres humanos, como tan claramente se establece en la Constituci�n de la UNESCO y en la Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos. La Europa de ciudadanos �libres y responsables�, gracias a los principios democr�ticos que observan sin excepci�n sus dirigentes, para alcanzar la emancipaci�n que le permitiera ser punto de referencia de todas las naciones. La Europa satisfecha de su diversidad cultural, su gran riqueza, unida por el ejercicio de unos �valores universales�, su fuerza indomable.
  • La Europa de �los pueblos� como se establece en la Carta de las Naciones Unidas podr�a, de este modo, �evitar el horror de la guerra a las generaciones venideras�. Y sabr�a construir puentes de di�logo y conciliaci�n para transitar desde una cultura de imposici�n y violencia a una cultura de encuentro, alianza y paz. La Europa que ser�a capaz de liderar la urgente conversi�n de una econom�a basada en la guerra y la especulaci�n a una econom�a de desarrollo global sostenible. La Europa capaz de variar de rumbo a trav�s de la educaci�n, la ciencia, la cultura y la comunicaci�n, consciente de que no existe nada fatal e irremediable en la medida de que sus habitantes sean capaces de participar y expresarse libremente; de evitar su uniformizaci�n y gregarizaci�n; liberarse del miedo y la sumisi�n que los mantiene silenciosos y apocados; de rebelarse contra un sistema que ha conducido, en lugar de a la reducci�n de los desgarros en el tejido social, a un gasto militar diario de 3.000 millones de d�lares al tiempo que mueren de hambre m�s de 60.000 personas, la mayor�a de ellas ni�os de 0 a 5 a�os.
  • La Europa que, pac�ficamente pero con gran firmeza, resuelve, en estos albores de siglo y de milenio, superar la inercia de siglos de poderes autoritarios propios de una sociedad masculina en la que prima la fuerza sobre la palabra; en la que la mujer no participa en la toma de decisiones, o lo hace en una proporci�n que, todav�a no llega hoy al 10%; una sociedad que se ha dejado influir de tal forma por el gigantesco poder medi�tico, omn�modo y omnipresente, que ha permitido sin rechistar que la cooperaci�n internacional se tornara en explotaci�n y Una Europa que sepa desligarse de tantas ataduras y adherencias que los pocos han ido imponiendo secularmente a los muchos, a los casi todos, a los que han pretendido �secuestrarles el pensamiento�, reducirlos a vasallos. empobrecimiento de pa�ses con grandes recursos naturales; que ha tolerado el reiterado incumplimiento de las promesas de ayuda al desarrollo que formulaban los pa�ses m�s pr�speros; que ha permitido la degradaci�n del medio ambiente, hasta llegar a un punto en el que es preciso tomar conciencia y actuar sin dilaciones, todos unidos, sin excepci�n, para dejar de agredir a la Madre Tierra y poder transmitir a las nuevas generaciones el legado medioambiental que merecen.
  • La Europa, en fin, dispuesta a ponerse al frente de las grandes transformaciones que deben realizarse para lograr que cada ser humano, �nico y dotado de la desmesura creadora, pueda, con su comportamiento cotidiano, abandonar decididamente los caminos de la confrontaci�n -�si quieres la paz, prepara la guerra�- y tejer, con las hebras multicolores de todas la razas, g�nero, ideolog�as y creencias, la urdimbre compacta y fuerte que permita iniciar �el nuevo comienzo� al que nos convoca la Carta de La Tierra.
  • La Europa que sepa desligarse de tantas ataduras y adherencias que los pocos han ido imponiendo secularmente a los muchos, a los casi todos, a los que han pretendido �secuestrarles el pensamiento�, reducirlos a vasallos. La Europa que se revuelva contra los grupos plutocr�ticos (G-7, G-8, G-20�) y refuerce la autoridad de las Naciones Unidas, para que sean todos los pueblos los que tomen en sus manos las riendas del destino com�n. La Europa que recuerde que, en palabras del Presidente Kennedy, �ning�n desaf�o se halla fuera del alcance de la facultad creadora que distingue a la especie humana�.
  • Como Jos� �ngel Valente, escribo hoy �desde un naufragio. / �Escribo sobre el tiempo presente. / �Escribo sobre la latitud del dolor, / sobre lo que hemos destruido / ante todo en nosotros� / �Escribo desde la noche, desde la infinita progresi�n de la sombra, / desde el clamor del hambre y del trasmundo, / �desde la mano que se cierra opaca, / desde el genocidio, / desde los ni�os infinitamente muertos, / desde el �rbol herido en sus ra�ces� / Pero escribo tambi�n desde la vida, / desde su grito poderoso, / desde la historia. / ...Desde la muchedumbre que padece� / Escribo, hermano m�o de un tiempo venidero�.
  • Es �sta, la Europa de la cultura, la Europa de la creatividad la que est� llamada a tener un papel esencial en la reconducci�n de la trayectoria del conjunto del planeta, tarea irrenunciable. Los ciudadanos, por fin capaces de participaci�n no presencial �gracias a la moderna tecnolog�a de la comunicaci�n� elegir�n y �regular�n� a sus representantes en los gobiernos, confiri�ndoles la autoestima e impulso necesarios para los cambios radicales que s�lo la �solidaridad intelectual y moral� de la humanidad podr� llevar a efecto. Δ

Federico Mayor Zaragoza. Presidente de la Fundaci�n Cultura de Paz.

Tiempos de luz y oscuridad

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Escrito por Fusi�n ��
17/03/10
Vivimos tiempos determinantes. Son tiempos que cierran el pasado, que nos muestran claramente las consecuencias de los errores cometidos por la humanidad y que nos obligan a replantearnos el presente para que podamos tener un futuro.
Son tiempos para reflexionar desde la serenidad, para observar y para saber tomar las decisiones correctas.
El planeta entero est� condicionado por el cambio, nada se libra del reajuste, nadie quedar� al margen del movimiento renovador y transformador. Pero para comprender en toda su magnitud, o al menos aproximarse a esa comprensi�n, debemos utilizar todo el saber contenido en la humanidad, en su pasado, en sus civilizaciones, en sus religiones y tambi�n en la misma naturaleza y sus peri�dicas transformaciones.
Nunca como ahora, la naturaleza y el ser humano estuvieron tan vinculados en las causas y en los efectos de los acontecimientos. La capacidad destructiva del hombre es muy grande, pero parece que hemos olvidado que el potencial destructivo de la naturaleza es muy superior, y si ambas fuerzas se suman las consecuencias pueden ser definitivas.
El hombre ha evolucionado mucho tecnol�gicamente, pero poco o muy poco espiritualmente. Y el problema est� en que la lectura y comprensi�n de los acontecimientos presentes y futuros, pasa por la uni�n de la ciencia y de la espiritualidad. Y hasta ahora siempre ha ido cada una por su parte y muchas veces en guerra abierta y declarada entre ellas.
Las religiones temen que los argumentos de la ciencia pongan en peligro su poder y su dominio sobre las masas. La ciencia considera que las religiones no tienen nada que aportar al conocimiento cient�fico, pero ese es un error que est� basado m�s en la actitud de los l�deres religiosos que en la esencia y los or�genes mismos de las religiones.
Lo que hoy en d�a est� sucediendo en el planeta, a todos los niveles, y lo que suceder� en el futuro pr�ximo, est� recogido en muchos libros de car�cter espiritual, incluida la Biblia, y vinculados a civilizaciones y pueblos ya desaparecidos.
Si alguien quiere tomarse la paciente tarea de unificar todo lo escrito y anunciado desde tiempos remot�simos, se encontrar� con que todas las l�neas confluyen en estos tiempos cruciales que vivimos.
Estamos inmersos en el final de un gran ciclo de tiempo y en el principio de otro muy diferente. Cuando eso ocurre, en un per�odo muy corto de tiempo, en unos a�os, coincide lo viejo y lo nuevo, lo que muere y lo que nace, el pasado y el futuro, la destrucci�n y la creaci�n, el temor y la esperanza, la luz y la oscuridad.
Lo que ocurre es que cada uno lo vivir� seg�n sea la base interna que haya construido, seg�n sea su apertura mental y seg�n sea el conocimiento que posea sobre lo escrito, sobre lo anunciado.
Porque todo, absolutamente todo, ha sido ya anunciado. Hace mucho tiempo. Por muchos conductos y por muchas y diferentes l�neas de pensamiento o de fuentes ligadas a lo espiritual.
Ser�a conveniente matizar aqu� que en el pasado, y cuanto m�s viajemos al pasado m�s real es, ciencia y religi�n iban de la mano hasta el punto de que pr�cticamente eran lo mismo. Entonces no se pod�a concebir una espiritualidad que no tuviera una base cient�fica y viceversa.
Luego, en tiempos m�s recientes, vino el divorcio y el consiguiente enfrentamiento, b�sicamente por el ansia de poder de los l�deres espirituales.
Pero las claves del presente y del futuro, escritas cuando todos eran uno, contienen el secreto de los acontecimientos, el porqu� y el para qu� de los profundos cambios que va a vivir el planeta y, con �l, la humanidad.
Ahora mismo, son ya muchos los cient�ficos que miran hacia el antiguo Egipto, hacia los mayas, que rebuscan en la Biblia, que analizan a fondo libros sagrados antiqu�simos pertenecientes a culturas de las que no queda ya rastro. Y en ellos encuentran que nos ha tocado vivir en el tiempo anunciado, o que as� lo hemos escogido, y que en un gran porcentaje, la fuente de todos los cambios hay que buscarla en el sol, en lo que ya experimenta y en lo que va a experimentar en los pr�ximos a�os.
El resto tiene que ver con la ignorancia de una humanidad que en vez de recoger los avisos y prepararse para el gran cambio, ha preferido cultivar el individualismo, el ego�smo y aferrarse a un absurdo, limitado y cegador poder que tiene los d�as contados. El hombre es una part�cula invisible, un grano de arena en la inmensidad de las fuerzas que se mueven en el sol, nuestra fuente de vida, y en la misma Tierra, nuestro veh�culo c�smico. Cualquier actitud arrogante, prepotente y desafiante, que son por cierto las que m�s abundan, no s�lo no cuentan sino que inspiran l�stima. La humildad, virtud esencial en la vida, pr�cticamente est� desechada en la especie humana.
Las consecuencias del gran cambio, en una humanidad que ha perdido el norte de su existencia, sencillamente van a ser brutales. Pero nadie podr� decir que no hemos sido avisados y que no hemos tenido tiempo para prepararnos.
La luz y la oscuridad ser�n las que delimiten los espacios y marquen o separen el pasado del futuro. La luz traer� visi�n, la oscuridad ceguera.
Quien vea y comprenda sentir� paz en su interior. Quien no, sentir� miedo y una terrible soledad. Nadie elige a nadie, es cada uno el que define su posici�n.
Ya est� sucediendo. Lo anunciado ya est� en marcha. Lo escrito se est� cumpliendo.
El Sol, nuestra estrella de la vida, marca las pautas.
Suyo es el poder de dar o quitar la vida. Suyo es el poder del gran cambio. Δ

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escrito por Raul Feliciano Sanchez, marzo 21, 2010
Este Editorial es una obra maestra. Una belleza. Con el debido respeto, �Felicitaciones!http://revistafusion.com/201003171460/Editorial/Editorial/tiempos-de-luz-y-oscuridad.htm#

  • escrito por XORELLA CASTRO, marzo 22, 2010
HOLA! Acabo de leer el articulo de "Tiempos de l�z y oscuridad".Me ha hecho reflexionar profundamente en cuestiones que siempre llevo dentro pero no sabria expresarlas tan clamente.Esta siendo para mi una rafaza de l�cidez necesaria en este mundo como bien dices en transformaci�n. Y suscribo la frase; "de que nadie elige a nadie, es cada uno el que define su posici�n.Por eso paso a preg�ntarme �donde quiero estar,o tener mi cabeza? Cada dia lo tengo m�s claro, apartarme de los caminos trillados, y los caminos faciles.E ir girando la vista hacia mi interior que cada dia necesito,m�s y alimentarme m�s y mejor.Pu�s me doy cuenta de todos los retos que implica el estar viva,ser humilde como una aptitud en estos momentos para sobrevivir ante tanta soberbia y prepotencias varias. Porque tambien es verdar que una siente m�s paz interior y m�s comprensi�n en la medida que suelto todo el lastre posible. El que pueda ponerme por a�adidura y el que me quiere a�adir esta sociedad de consumo de quita-pon.Os mando mis felicitacinones m�s sinceras por este. y por todos los editoriales. Y ale, a seguir con esa salud mental y espiritual que tanto necesitamos.


Contra los t�picos y la incertidumbre

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Escrito por David Rodr�guez Seoane ��
19/03/10
Los j�venes de hoy viven en un mundo con pocas certezas y demasiados titubeos. Es necesario un cambio de paradigma y ellos son los encargados de hacerlo realidad.
Los j�venes siempre llevan la responsabilidad de cambiar el mundo. Pero antes de acometer esta noble misi�n tienen que enfrentarse tambi�n con el destierro de todos esos t�picos que los tildan de conservadores, pasivos e insolentes. Mientras, la realidad dice que nunca en la historia hubo j�venes tan preparados y viajados como los de nuestros d�as.
Muchos de los estereotipos que recaen sobre ellos no representan a la mayor�a. Por lo general, los sondeos coinciden en que los j�venes del siglo XXI son individualistas pero solidarios, sobre todo con las causas referidas al respeto de los derechos humanos a nivel global. Participan en pol�tica pero la hacen de otro modo. Son menos los que se enrolan en organizaciones sindicales o partidos pol�ticos, quiz�s por que son instituciones de un siglo que ya no es el suyo. Pero contribuyen con su voto en las urnas e interaccionan a trav�s de blogs y redes sociales, los nuevos espacios de encuentro de la juventud.
Es cierto que para ellos las condiciones siempre fueron dif�ciles, pero ahora el horizonte se ha hecho todav�a m�s incierto. La incertidumbre es una de las sensaciones m�s habituales que tienen que sobrellevar aquellos Se trata de una revoluci�n pac�fica en la que los cambios ya no se realizan con estr�pito, pancartas y altavoces sino de manera tranquila y a trav�s del dialogo e interacci�n a escala planetaria. que est�n entre los 18 y los 30 a�os. La falta de oportunidades laborales y la precariedad de los contratos que se les ofrecen hacen que muchos no vean con claridad su futuro. �Estudiamos a ciegas, no sabemos si lo que hacemos no servir� de algo, no tenemos ni idea de lo que va a pasar�, asegura Itziar Fuente, estudiante de biolog�a en la Universidad de Oviedo.
En Espa�a, la tasa de paro juvenil rebasa el 40% y es la mayor de toda la Uni�n Europea. A este dato, muy elevado en casi cualquier pa�s y m�s ahora con la crisis todav�a presente, hay que sumar los altos �ndices de temporalidad en el empleo, los salarios bajos, las hipotecas inalcanzables y por tanto la dificultad que conlleva establecerse de manera independiente. Son las consecuencias derivadas de la falta de garant�as y de estabilidad con la que tienen que convivir.
A�n as�, no se puede decir que les falte formaci�n o que rechacen el trabajo. La paradoja que subraya el publicista y escritor Joaqu�n Llorente resume una situaci�n que afecta a millones de j�venes en todo el mundo. �Justo cuando hay un stock de cerebros como nunca ha existido, se cierran las posibilidades de prosperar con los viejos esquemas�, se�ala el que fuera asesor de los pol�ticos espa�oles Jordi Pujol y Felipe Gonz�lez.
Esta situaci�n implica un cambio de paradigma. El mundo tal y como lo hab�amos concebido ya no puede girar desde la perspectiva del �tener�. Llorente plantea la importancia del �ser� para unos j�venes m�s abiertos y menos dogm�ticos. �Ahora a�n est�n perplejos al descubrir la mentira, pero van a construir un mundo que a los mayores nos costar� entender. Pero ser� mejor. Sin duda�, concluye.
Pese a todo, la iGeneraci�n, como se conoce tambi�n a los �nativos digitales�, disponen del medio necesario para cambiar la sociedad: la tecnolog�a. Mediante su conocimiento de la inform�tica y de las inmensas posibilidades que ofrece Internet est�n tejiendo un mundo nuevo y diferente en el que los adultos ya no son los �nicos capaces de ense�ar y de mostrar caminos. Se trata de una revoluci�n pac�fica en la que los cambios ya no se realizan con estr�pito, pancartas y altavoces sino de manera tranquila y a trav�s del dialogo e interacci�n a escala planetaria. Ahora, los problemas y las inquietudes de un joven asi�tico se comparten con las necesidades y preguntas de uno europeo o latinoamericano.
Los j�venes son los verdaderos navegantes de la sociedad l�quida de la que habl� el soci�logo Zygmunt Bauman. Y en ellos recae la oportunidad de marcar el rumbo que llevar� la sociedad a unos u otros puertos. Existen riesgos y lo saben, pero tienen la capacidad de lograr cambios necesarios. Esc�pticos con las grandes verdades del siglo pasado: una religi�n, una �nica orientaci�n sexual o pol�tica� Pero, comprometidos, comprensivos y sobre todo dispuestos a capitanear la gran empresa de sus vidas por muchos t�picos, expectativas fallidas e inseguridades que hayan de sortear en el camino. Δ

David Rodr�guez Seoane. Periodista . CCS

Algas que nutren

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Escrito por Juan Jim�nez Daroca ��
19/03/10
Los mares, acorralados por el hombre y generosos a la vez, parecen tener una respuesta flotando en sus aguas. Es necesario recogerla.
La comunidad cient�fica ha expresado su alarma por la sobreexplotaci�n pesquera. Los vertidos t�xicos y la extinci�n de especies marinas son temas que preocupan al hombre, responsable de la degradaci�n de la flora y fauna marina.
El mercado busca soluciones en el mismo lugar en el que se produce el impacto. El volumen de las inversiones de las grandes compa��as petroleras en el campo de la cr�a de algas marinas destinadas a producir biocombustibles crece de manera exponencial. De forma parad�jica, estas mismas empresas han provocado la contaminaci�n actual de los mares. Ahora, cuando las reservas de combustible f�sil est�n a punto de agotarse, vuelven la cara al oc�ano, dispuestas a continuar la explotaci�n. Buscan nuevos beneficios econ�micos a costa de establecer un nuevo monopolio en la explotaci�n de un recurso natural presente en todos los mares y al alcance de todos. Los gastos en investigaci�n biotecnol�gica, basada en las posibilidades ofrecidas por las maquinarias celulares de las algas, son elevados,El siglo XXI no ha desterrado a�n la grave realidad del hambre y las algas no van a solucionar el problema, pero se deber�a valorar el papel decisivo que pueden tener en la lucha contra la malnutrici�n. y las grandes transnacionales no est�n dispuestas a compartir su saber para un reparto m�s equitativo de las oportunidades de progreso. Perpet�an as� estructuras de poder que privan a los m�s desfavorecidos de nuevas oportunidades de desarrollo real.
La FAO se�alaba hace unos a�os las posibilidades de mejora econ�mica para los pa�ses empobrecidos con la acuicultura de las algas. Si se implementan programas de desarrollo adecuados, las econom�as locales de las zonas costeras m�s deprimidas pueden encontrar en ellas un recurso en el que apoyar su crecimiento. Para establecer empresas de recolecci�n y procesado de ciertas especies, como el alga kelp, no se precisa una elevada inversi�n inicial. Su utilizaci�n en la producci�n de piensos, fertilizantes y harinas de uso alimentario puede jugar un papel decisivo en la reactivaci�n de los flujos econ�micos a peque�a escala si se estimula a los peque�os empresarios y se les capacita t�cnicamente para trabajar en este campo.
El dato m�s relevante acerca de las algas es que se pueden comer. De las 25.000 especies de algas, 50 son aptas para el consumo. El ser humano las ha comido desde siempre: hay documentos que prueban su presencia en las mesas chinas del siglo VI a. C. Su aceptaci�n como ingrediente obedece a cuestiones culturales, pero no se deben de menospreciar sus cualidades nutritivas. Las algas son muy ricas en minerales y prote�nas. El siglo XXI no ha desterrado a�n la grave realidad del hambre y las algas no van a solucionar el problema, pero se deber�a valorar el papel decisivo que pueden tener en la lucha contra la malnutrici�n. Mujeres embarazadas y ni�os podr�an beneficiarse de esta nueva tecnolog�a.
Los organismos internacionales tienen la oportunidad de trabajar para hacer posible el acceso barato a este recurso si fomentan pol�ticas de I+D en el sector en pa�ses empobrecidos. Si instituciones como la FAO o la OMS menoscaban las posibilidades de las algas, ser�n las grandes compa��as las �nicas que se que sirvan de sus ricas propiedades. Los mares, acorralados por el hombre y generosos a la vez, parecen tener una respuesta flotando en sus aguas. Es necesario recogerla.
En los pa�ses occidentales, las algas se cultivan para satisfacer la industria alimentaria. Sus propiedades permiten la producci�n de cosm�ticos y f�rmacos; se emplean, entre otras aplicaciones, como suplementos diet�ticos y en la industria de las gomas industriales. Se investiga para optimizar la obtenci�n de biocombustibles mediante su procesado. Por su particular morfolog�a tienen la capacidad de tolerar la retenci�n de metales pesados, t�xicos, en su organismo. As� contribuyen a eliminarlos de las aguas. Expiran una gran cantidad de ox�geno, muy beneficiosa para la atm�sfera, y el aporte de insumos para su cr�a es m�nimo. Muchas ventajas que a�n no todos podemos disfrutar. Δ

Juan Jim�nez Daroca. Periodista. CCS

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