Monday, April 16, 2012

[RED DEMOCRATICA] Coments.: YPF-Repsol y la guerra de los tahures..

 

YPF-Repsol y la guerra de los tahúres. Carlos Abel Suárez · María Julia Bertomeu · G. Buster · Antoni Domènech · ·
YPF-Repsol y la guerra de los tahúres
Carlos Abel Suárez · María Julia Bertomeu · G. Buster · Antoni Domènech · ·
16/04/12


El fracaso y las contradicciones de la estrategia empresarial de "argentinización" de YPF, que hacen que Repsol no sea capaz de asumir financieramente la puesta en explotación de las reservas de hidrocarburos de la zona de Vaca Muerta, plantean en toda su crudeza las exigencias del autoabastecimiento energético sostenible de Argentina. En un ambiente determinado por la creciente competencia en el mercado global de gas y petróleo, por los límites empresariales de Repsol y por la política de nacionalización parcial emprendida por el gobierno argentino de Cristina Fernández, el gobierno español de Mariano Rajoy amaga con un rumbo diplomático de choque. Testimonium paupertatis donde los haya de la "marca España", el choque no puede menos que afectar al conjunto de las inversiones españolas en América Latina y retroalimentar el hundimiento de la confianza de los "mercados" en un Reino de España intervenido de facto por la UE, en plena crisis de su deuda soberana.
Un poco de historia: YPF y el sueño de un desarrollismo endógeno argentino
YPF fue para los argentinos algo más que la principal empresa nacional y un símbolo de soberanía en materia de explotación de hidrocarburos. Como bien señaló Gustavo Callejas (ex secretario de Combustibles y animador junto a Fernando "Pino" Solanas y Félix Herrero del Grupo Moreno que dio una batalla consecuente contra las privatizaciones), la renta petrolera permitió en Argentina crear, desde 1934 hasta 1989, toda la infraestructura viaria nacional y provincial, construir la red troncal y expandir las redes domiciliarias de gas. Esos fondos fueron también determinantes para la construcción de todas las represas hidroeléctricas, aportaron a las cajas de previsión y financiaron a otras empresas del Estado. YPF creó pueblos, escuelas técnicas, redes de comunicación. Hasta su privatización, se contabilizaban reservas de gas para 36 años y de petróleo, para 23 años. Pero desde 1989 no se construyó un solo gasoducto o poliducto destinado al mercado interno. Ahora nadie sabe con certeza cuáles son las reservas argentinas de petróleo y de gas. Durante el gobierno de Menem, se construyeron gasoductos para exportar gas a Chile, un gran negocio para las transnacionales, mientras el 40 por ciento de los hogares argentinos carecían de él.
En esa historia tan intensa de YPF, y todo lo que ha significado para la política energética del país, no estuvieron ausentes los intentos de vaciamiento o liquidación, que finalmente tuvieron éxito en los años ´90.
El mismísimo general Perón, en su segundo mandato y frente a las dificultades que se advertían en la economía mundial tras el fin de la guerra de Corea, apuntó a un acuerdo con una de las Siete Hermanas, a la que ofreció un contrato de explotación de los yacimientos de la Patagonia, considerada ya entonces la región más prometedora en cuanto a reservas estimadas. Pese disponer de una mayoría absoluta en el Congreso, una parte de los diputados peronistas enfrentó a su jefe, una confrontación que fue finalmente interrumpida por el golpe de 1955 que derrocó a Perón.
Luego vino Arturo Frondizi, que había transitado toda su vida política agitando la defensa del petróleo como una herramienta estratégica para el desarrollo nacional, pero que al llegar al gobierno en 1958 dio un giro de 180 grados, haciendo todo lo contrario de lo prometido en campaña. Para imponer su plan de concesiones, tuvo que derrotar una huelga general de los trabajadores petroleros, movilizándolos con el Ejército, y aplicando el Plan Conintes (Conmoción Interna del Estado). La Federación de los petroleros, dirigida entonces por combativos dirigentes como Marcelo Alvarado y Ricardo Frigerio (nada que ver con Rogelio Frigerio, ideólogo y uno de los hombres más cercanos a Frondizi), pudo sostener la huelga en algunas zonas, aun desde la clandestinidad o movilizados militarmente. Entre los trabajadores petroleros se recordaba por décadas la hazaña de la destilería de Luján de Cuyo, que estuvo paralizada más de un mes después de que el movimiento a escala nacional hubiera sido derrotado. Ni los técnicos italianos, que la habían construido y puesto en marcha -y a los que trajeron para quebrar la huelga-, pudieron vencer la resistencia y sabotaje de los trabajadores y poner en funcionamiento la planta.
Finalmente, los contratos de Frondizi fueron anulados por Arturo Illia, en un nuevo intento de restablecer el carácter estratégico de YPF en el sector energético, lo que duró hasta el golpe militar de Juan Carlos Onganía (1966). En el breve período de Cámpora-Perón de 1973-1974, con José Gelbard al frente de la Economía, otra vez se intentó corregir el rumbo. Durante la Dictadura Militar de 1976-1983, YPF fue un botín de guerra codiciado por los mandos castrenses y sus socios empresarios y tecnócratas, como plataforma de grandes operaciones financieras y negociados. La patria contratista, que había nacido con Onganía en 1966, vivía con la dictadura de Videla su momento de gloria. Entre las operaciones financieras se computaron el apalancamiento de préstamos para la compra de armamentos y otros mercadeos conexos, que dejaban grandes comisiones, de las que participaban eufóricos los nuevos ricos de la "patria contratista".
Vaciamiento y privatización irregular de YPF
Como una muestra de las grandes paradojas de la historia política argentina, fue un abogado peronista riojano, un personaje distinguido en ese tiempo por su facha Siglo XIX -cara chiquita entre el paréntesis de la melena y unas enormes patillas- quien denunció en 1982, ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Criminal y Correccional Nº 3, de la Capital Federal (Expediente 41.545), el endeudamiento fraudulento y vaciamiento de YPF cometido por el régimen militar ya agonizante.
Pero esa no sería la última de las paradojas, casi una comedia de enredos, si no fuese por la tragedia que siempre acompañó a esas prácticas políticas. Precisamente es el mismo Menem quien, al asumir el gobierno en 1989, renuncia al discurso de campaña, en una versión aumentada y corregida de la voltereta de Frondizi, para asumir plenamente la política económica neoliberal. Esta vez, la hiperinflación, el contexto internacional y el pasado todavía latente del terrorismo de Estado, contribuyeron a que se lograra destruir todo plan energético nacional. Sin embargo, esos vientos, con toda su fuerza, no eran suficientemente destructivos por sí solos. Había que quebrar a los trabajadores de las empresas públicas de energía y de servicios públicos.
Se concibió para ello una estrategia muy eficaz, tejida de complicidades y maniobras. Uno de los instrumentos fue el programa de propiedad participada (PPP), por el que los trabajadores supuestamente se quedaban con el 10 por ciento de las acciones: unas acciones que, en realidad, iban a manejar los dirigentes sindicales corruptos en cumplida connivencia con los empresarios, los bancos y el ministerio de Economía dirigido por Domingo Cavallo. Otro de los medios fue el reparto de las satrapías entre los gobernadores de las provincias petroleras, virtuales señores feudales con una participación decisiva en el negocio petrolero. El "chamullo" técnico, por usar lenguaje tanguero, fue que el petróleo y el gas ya no eran más recursos naturales estratégicos, sino que, a causa de la "globalización", del "fin de los Estados-nación (sic)", etc., etc., eran bienes transables, commodities, con un comportamiento en el mercado igual que el maíz, el café, la soja, el azúcar, etc. Un concepto que no resistió la menor prueba, ya que apenas se dio vuelta la página, continuaron por doquiera las guerras geopolíticas por el dominio de las regiones ricas en hidrocarburos.
Consumada la privatización, la nómina de personal de YPF pasó de 37.000 a 5.500 trabajadores. Numerosas actividades fueron o tercerizadas o desguazadas. Entre ellas, la poderosa flota petrolera de la empresa estatal. Varias de esas naves fueron vendidas, entre los amigos, sin registros contables; y a muchas, se las puede hoy ver abandonadas en cementerios flotantes sobre el río Paraná. Con todo descaro, algunas de las empresas contratistas que manejan resortes fundamentales de la operatoria de YPF figuran con domicilio legal en la sede de la Federación del SUPE, el mismo edificio que en 1958 ocupaban aquellos luchadores infatigables –tan penetrados de consciencia de clase— elegidos por el voto libre de sus afiliados y que murieron casi en la pobreza.
Todo este proceso de privatización de YPF estuvo viciado de ilegalidad desde su origen. Entre las numerosas denuncias formuladas en los tribunales, con el patrocinio del ex juez Salvador María Lozada, Pino Solanas presentó en su momento un recurso de inconstitucionalidad muy bien fundamentado. La respuesta fue un atentado: nueve balazos en una plaza de estacionamiento; varios tiros que, afortunadamente, sólo encontraron sus piernas, ya fuese por milagro o porque en realidad quienes dispararon eran sicarios profesionales que sólo tenían ordenes de intimidar.
Dada la muchedumbre de antecedentes irregulares de la privatización de YPF y del gas (hasta el punto de que se llamó a la bancada parlamentaria a un diputado "trucho", a fin alcanzar el número necesario de votos), resulta ahora cuando menos jocoso escuchar las apelaciones a la "seguridad jurídica". Entre otras aberraciones legales o procedimentales, YPF fue vendida sin tasación previa, según prescribía la Ley de Reforma del Estado diseñada a propósito por el "genio" jurídico de las privatizaciones, Roberto Dromi, ahora rehabilitado como asesor del ministro de Planificación, Julio de Vido, y –¡oh ironía de las ironías!— posible director técnico de la ahora pretendida renacionalización.
La gestión de REPSOL
Al asumir la presidencia Néstor Kirchner, en 2003, la relación con Repsol pasaba por buenos momentos. Como gobernador de una provincia petrolera, Kirchner había tenido un protagonismo relevante en el proceso de privatización del petróleo y del gas y luego en la negociación y la venta del paquete a Repsol. Así pues, las relaciones con los directivos de la empresa española iban por buen camino.
Sin embargo, tras el colapso del régimen de convertibilidad, la pesificación y el default (suspensión de pagos), el campo de las negociaciones con las empresas privatizadas o de servicios públicos concesionados estaba minado. En noviembre de 2003, nuestro amigo Rubén Lo Vuolo, advertía:
"Es indispensable realizar una estricta auditoría sobre las reservas comprobadas, tanto en el campo del petróleo como del gas, y establecer restricciones a la relación entre las exportaciones y las reservas. La prioridad es el normal abastecimiento del mercado interno a precios que sustenten las necesidades de la matriz insumo-producto local. Esto obliga a revisar criterios de libre exportación de petróleo, gas natural y derivados, como así también las exigencias en materia de explotación. Antes de exportar, las empresas deberían mostrar evidencias ciertas con respecto a un horizonte de duración de las reservas comprobadas que no sea inferior a los 10-15 años, como así también sería necesario establecer que las empresas productoras de gas y petróleo destinen un porcentaje de sus inversiones a actividades de exploración, con independencia de la duración de las reservas comprobadas de sus yacimientos". (1)
Nada de eso se hizo. Las petroleras siguieron funcionando como en los años 90. Y cuando se impusieron restricciones a la liquidación en el país de las divisas por exportaciones, las petroleras y las mineras fueron exceptuadas. Los gobernadores, a su vez, otorgaron escandalosas prórrogas para la explotación de importantes yacimientos, anticipándose 20 años algunas a la fecha de su vencimiento, cuando la ley establece que, para renovar una concesión, se tiene que evaluar la conducta y desempeño de la empresa en las últimas décadas. Un verdadero grotesco. Quien sabe algo de los negocios financieros, puede imaginar fácilmente las consecuencias que trae en los mercados de valores el hecho de que a una petrolera se le renueve la concesión de un área productiva por 20 años.
Desinversión o vaciamiento de YPF
Las compañías mineras y petroleras han gozado de privilegios especiales, no sólo por el diseño y estructura de las privatizaciones, acordes con el modelo "neocon" de los años 90, sino porque el marco regulatorio es absolutamente permisivo. Por ejemplo, aun en los casos comprobados de daño al medio ambiente, las concesionarias no han tenido siquiera que pagar el valor de la reparación del año ocasionado. Tampoco se ha planteado la obligación legal de reformular la operatoria para evitar futuros accidentes. Simplemente, cuando han sido sancionadas, las compañías extractoras se han limitado al pago de una multa, que es siempre infinitamente más barato que un procedimiento ambientalmente sustentable.
Tanto Alfonso Cortina como Antonio Brufau, principales directivos de Repsol desde la compra de YPF, han estado al corriente de estas historias. No podían ignorar que más temprano que tarde, por la forma de conducir el negocio, iban a un choque de trenes con el gobierno argentino, más allá de las voluntades individuales.
El crecimiento sostenido de la economía argentina de los últimos años, con el correspondiente incremento del parque automotor, disparó la demanda de combustibles y gas (fuel, gas y gasoil para la industria y el agro), factor al que han de agregarse los coletazos de la crisis mundial, que han tenido gran impacto en la cuenta de los hidrocarburos. En un curioso negocio publicitado como el "proceso de argentinización" de YPF, Repsol había aceptado la venta del 25,4% de las acciones, por un valor de 1.304 millones de dólares, al Grupo Petersen del banquero argentino Eskenazi, un antiguo conocido de Néstor Kirchner totalmente extraño al negocio petrolero. Repsol sacó a sus principales hombres de Buenos Aires, y cedió de inmediato la dirección de la empresa a los nuevos socios. Unos socios que, conforme a la ingeniería financiera aprobada por Repsol y el gobierno argentino, ponían un dólar al contado y cancelarían su deuda con los mismos beneficios o utilidades generados por la compañía en el futuro.
O sea –y es crucial entender bien este punto—, que para recuperar el crédito lo antes posible, era fundamental aumentar los beneficios y disminuir la inversión, pero en un contexto totalmente diferente y adverso. Lo cierto es que, dada la moratoria hasta 2013 acordada a los créditos a Eskenazi, Repsol no ha recibido aún ni intereses ni principal, estando, en cambio, obligada a recomprar ese paquete de acciones de YPF (25,46%) a 34 dólares la acción, si pierde el control mayoritario de la compañía argentina –en el mercado bursátil cotizaban el 13 de abril a 21,95 dólares— o disminuyen los beneficios o utilidades repartidos.
Este proceso esta muy bien descrito en un reciente trabajo del colectivo argentino Economistas de Izquierda (EDI):
"Repsol se apoderó de YPF cuando el barril que actualmente ronda los 100 dólares sólo costaba 20 y dedicó su gestión a vaciar los pozos ya descubiertos. Giró sistemáticamente utilidades al exterior e invirtió en otras regiones (EEUU, Brasil, México, Caribe, África). Argentina figuró siempre como la principal fuente de ingresos de la compañía y la renta del subsuelo nacional fue destinada a abrir negocios en otras latitudes.
En sus propios balances se informa que esos lucros surgieron del vaciamiento de los pozos ya existentes. Esa extracción aseguró un altísimo nivel de rentabilidad. Sólo en el período 2008-2010 la empresa obtuvo beneficios netos por 13.380 millones de pesos y distribuyó el 90 % de esas ganancias.
"Un fraude complementario fue perpetrado por los capitalistas argentinos aliados del gobierno (familia Eskenazi). Ingresaron a la compañía adquiriendo el 25 % de las acciones, con fondos surgidos de la distribución de las utilidades. No pusieron un solo peso y financiaron su compra con créditos solventados en el vaciamiento de la empresa.
"El gobierno participó directamente de esta operación. Destrabó obstáculos legales y sancionó ajustes de precios en los surtidores. Supuso que esta "argentinización" permitiría recuperar el control sobre un sector devastado por las privatizaciones. Pero el remedio fue peor que la enfermedad, puesto que los empresarios nacionales acentuaron el parasitismo de los ibéricos.
En los últimos meses este desastre comenzó a repercutir sobre la economía y obligó al gobierno a presionar por un incremento del abastecimiento. El oficialismo se enojó con sus viejos socios, quitó subsidios a las empresas (programas petróleo, refino y gas plus), denunció sobreprecios en el gasoil, cuestionó prácticas monopólicas (vender más caro a los transportistas que en los surtidores) y obligó a liquidar las divisas de exportación. Además, votó en el directorio de YPF contra el reparto de dividendos, amenazó con introducir fuertes regulaciones y desplegó una retórica muy beligerante ("no podemos volver a la época del Virreinato")". (2)
El desencadenante de la crisis y el juego del gallina
En diciembre de 2010, la compañía Ryder Scott certificó la existencia de reservas de gas y petróleo no convencionales equivalentes a 22.807 millones de barriles en la zona de Vaca Muerta, entre las provincias de Neuquén y Mendoza. Su explotación convertiría a la Argentina en autosuficiente y triplicaría las reservas conocidas del país. YPF, que produce el 39% del petróleo y el 28% del gas argentinos, ve con esta certificación de su concesión de Vaca Muerta aumentar su valor bursátil y su importancia estratégica.
Al mismo tiempo, huelga decirlo, pone directamente en cuestión las fórmulas y expectativas que estaban detrás de la "argentinizacion de YPF" en un mercado global de fuerte competencia por las reservas de hidrocarburos, exacerbada por la irrupción de las compañías petroleras chinas. La puesta en explotación de Vacas Muertas exige una inversión en los próximos años de 25.000 millones de dólares, mientras que el plan inversor comprometido por Brufau en carta a la Presidenta Cristina Fernandez es de 3.416 millones de dólares en 2012, después de 3.029 millones en 2011. La reinversión de beneficios de YPF esta limitada por el acuerdo con el Grupo Petersen, que establece que se repartirá en un 90% para asegurar el pago de los créditos otorgados por Repsol para la compra de su paquete de acciones de YPF. Las cifras, simplemente, no cuadran, si la prioridad del gobierno argentino es el aumento de la producción y la autosuficiencia energética, independientemente de las comisiones implícitas en el proceso de nacionalización para controlar el 51% de las acciones de YPF (3).
Es evidente que a partir de enero de 2012 las autoridades argentinas han puesto en marcha su estrategia. La propiedad de las reservas es legalmente de los gobiernos provinciales, seis de los cuales han comenzado a retirar las licencias de explotación en zonas bajo su jurisdicción, acompañando este acto administrativo con las oportunas movilizaciones populares. El efecto inmediato ha sido una caída del valor bursátil de las acciones de YPF en más de un 30%, y sigue cayendo… Según el borrador del proyecto de nacionalización filtrado por el periódico Clarín, el gobierno argentino se haría con el 50,01% de las acciones de YPF con la compra del 25,46% de la familia Eskenazi y el 24,55% de Repsol, de un paquete mayoritario actual del 57,43% de la empresa española. A pesar de que cualquier adquisición por encima del 15% obliga a una OPA global sobre el conjunto de YPF, la estrategia del gobierno argentino es dejar de lado el 17% en manos de inversores institucionales, en una buena parte de EE UU, que sin duda encontrarían compradores interesados en el mercado, tal vez chinos.
Las idas y venidas de los negociadores españoles durante estas semanas, incluyendo los infructuosos viajes a Buenos Aires del ministro de industria Soria y del presidente de Repsol, Brufau –recibidos por los ministros argentinos de economía, Hérnan Lorenzino, y de planificación, Julio de Vido, pero no por la Presidenta Cristina Fernandez—, operan en un cronograma que se asemeja a lo que en teoría matemática de juegos se llama el "juego del gallina": un juego en el que ambos jugadores pueden destruirse, y gana, si alguno finalmente lo hace, el más temerario y con menor aversión al riesgo. En efecto: en 90 días, los gobiernos provinciales argentinos deberán asumir los sueldos de las plantillas y las perdidas de las regalías de YPF en sus magros presupuestos; mientras, el precio de las acciones de Repsol -no ya las de YPF- han cedido un 26% de su valor (de 23,73% a 17,47% euros) ante la perspectiva de la nacionalización de YPF, frente a una caída media de la bolsa de Madrid del 15%.
La convocatoria, la semana pasada, de una reunión de la Presidenta Cristina Fernández con los presidentes de los gobiernos provinciales petroleros despertó todas las alarmas en el Reino de España, mientras circulaban por los bufetes de abogados especializados hasta cuatro borradores distintos del proyecto de nacionalización de YPF. Desde Varsovia, adonde acompañaba a Mariano Rajoy, el ministro de industria Soria, hizo una advertencia, más sombría aún que puerilmente solemne, "ante los gestos de hostilidad", amenazando al gobierno argentino con "serias consecuencias". El secretario de Estado para Europa, Méndez de Vigo, auguró que Argentina se convertiría en un "apestado internacional". Al día siguiente, tras recibir al embajador argentino en Madrid, el ministro de exteriores García Margallo elevó ante las cámaras el tono de la amenaza, dedo en ristre, tronando todo tipo de represalias (4).
El juego del gallina continúa: la diplomacia de la "marca España", en acción
La crisis de YPF-Repsol pilla a la diplomacia española con el pie cambiado y sumida en sus contradicciones, tras la formación del conservador gobierno Rajoy en diciembre de 2011.
Las empresas españolas son el primer inversor extranjero en la República Argentina (23.000 millones de dólares) y suponen cerca de un 15% del PIB argentino. Al mismo tiempo, empero –y con mayor motivo, en la situación de crisis en España—, una parte importante de sus beneficios, del valor de sus acciones en bolsa y su misma naturaleza de empresas transnacionales depende de sus inversiones en América Latina, que a comienzos de este siglo superaban ya los 90.000 millones de dólares. Actualmente, las suyas suponen dos tercios de toda la inversión directa española en el exterior (5).
La reacción del gobierno Rajoy –en mitad de una semana entre negra y esperpéntica, en la que el diferencial de la deuda española superaba los 410 puntos y la bolsa se hundía por debajo de los 7.300 puntos, con los "mercados" rechazando los presupuestos y recortes del plan de ajuste, una delegación de la Comisión europea inspeccionando sus cuentas en Madrid y el Rey de España borboneando furtivamente en Bostuana— ha seguido en el tono de "enviar una señal de confianza a los mercados". Probablemente, con el mismo éxito para la "marca España" que el cosechado en lo tocante a la economía nacional.
La "señal" lanzada con la imperita cadena de destempladas amenazas de bajísima credibilidad, buscando más o menos erráticamente la alianza con México (que participa a través de Pemex como socio minoritario en Repsol) como presidente de turno del G-20, con la Comisión europea, con Colombia (como anfitriona estos días de la Cumbre de las Américas de Cartagena), o con los EE UU, muestra hasta qué punto la diplomacia española, tras el giro expresamente neoconservador de su política exterior, ha quedado aislada en América Latina. Una América Latina que se recupera de las "décadas perdidas" neoliberales, en las que las empresas transnacionales españolas hicieron su agosto en procesos de privatización más que dudosos, por decir lo menos. En ese proceso privatizador terminaron precisamente por constituirse como empresas transnacionales, y hoy tienen que competir no sólo con otras transnacionales de EE UU y Europa, sino de Brasil y China. Y tienen, además, que lidiar con los legítimos procesos de renacionalización y recuperación de soberanía iniciados por los gobiernos de los países del ALBA y, ahora, por el kichnerismo argentino. Y lo cierto es que, en esta situación de creciente competencia en un mercado globalizado, las empresas españolas, ni por su capacidad económica ni por el apoyo político con que cuentan, se hallan en las mejores condiciones competitivas.
Pero todo es susceptible de empeorar, y los elementales errores de estrategia diplomática son desde luego un factor de empeoramiento. El conflicto por el 24,55% de las acciones en juego de Repsol en YPF puede acabar afectando no solo al conjunto de la inversión española en Argentina, sino también en toda America Latina. El síndrome de la "seguridad jurídica" de la derecha española surge directamente de su experiencia traumática de la crisis argentina de 2001, cuando frente a la intervención de la banca española en Argentina, Aznar solo pudo recurrir a la presión de EE UU, ante la incapacidad de reacción de la UE: eso, y no otra cosa, es lo que propició el giro "atlantista" que desembocó en la foto de las Azores, la participación en la Guerra de Irak y la manifiesta displicencia hacia el núcleo de la "vieja Europa". Pues bien; esa interpretación aznariana de la defensa de los intereses de la "marca España" y de las empresas trasnacionales españolas en America Latina constituye ahora el núcleo de la nueva política exterior conservadora española, siempre bajo presión del propio Aznar y de su ideológicamente venenosa fundación FAES. De lo que se trataría, en substancia, es de una confrontación ideológica "sin complejos" con el "populismo", y a favor de la "libertad de mercado" y de la "democracia liberal" (6).
Más consciente de la tensión estructural subyacente en las inversiones españolas en América Latina, la diplomacia del anterior gobierno del PSOE buscó una estrategia de "acompañamiento" y adaptación a la nueva situación política surgida en la última década, multiplicando alianzas asimétricas con los países de la zona, apalancando políticamente las inversiones en una estrategia multilateral iberoamericana y gestionando los conflictos inevitables con una mayor presión hacia las empresas españolas para que cumpliesen con su "responsabilidad social corporativa", reinvirtiendo en la zona. Una estrategia que, al menos, y justo es decirlo, evitó en su día choques abiertos de Repsol con Ecuador, Bolivia y Venezuela.
Lo que, por el momento, parece primar ahora es la botaratada, y una escalada de amenazas que no puede sino alimentar la consabida espiral de endurecimiento de posiciones, en la República Argentina no menos que en el Reino de España. Ni que decir tiene que, en un marco de creciente debilidad del peso político español en la UE, la contaminación por "inseguridad jurídica" de las inversiones españolas en América Latina a causa de una mala gestión diplomática de la crisis de YPF-Repsol agravaría la crisis de confianza de la UE en el gobierno Rajoy, para no hablar de los dichosos "mercados".
NOTAS: (1) Lo Vuolo, R. (2003): Estrategia económica para la Argentina, Buenos Aires, Siglo XXI-Ciepp. (2) Claudio Katz, Eduardo Lucita, Jorge Marchini et al.(marzo 2012): Afloran los límites del modelo, Buenos Aires. Economistas de Izquierda (EDI) (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=147522). (3) Por supuesto, no faltan teorías conspirativas de todo tipo en la prensa española para explicar la posición argentina. Valga señalar una, que recoge el nuevo espíritu de "lucha de clases" de la derecha española, aparecida en el periódico digital El Confidencial: (http://www.elconfidencial.com/opinion/mientras-tanto/2012/04/15/la-pasionaria-argentina-y-su-cachorro-marxista-9047/). (4) http://www.cincodias.com/economia/videos/margallo-confia-dialogo-solucionar-conflicto-argentina/20120413cdscdseco_1/ (5) Ver Alfredo Arahuetes, "Las inversiones directas españolas en America Latina en el periodo 2001-2010", Anuario Iberoamericano 2011, (http://www.anuarioiberoamericano.es/pdf/2011/analisis/6_alfredo_arahuetes.pdf). 6) FAES, America Latina: una agenda de Libertad 2012, (http://www.fundacionfaes.org/record_file/filename/3304/AMERICA_LATINA_WEB.pdf) presentada recientemente, con un publico de opositores cubanos y venezolanos, en el mismo escenario en el que se quiere celebrar en octubre de este año la Cumbre Iberoamericana, dedicada a las Cortes de Cadiz de 1812.
María Julia Bertomeu (Buenos Aires), Carlos Abel Suárez (Buenos Aires) y Gustavo Búster (Madrid) son miembros del Comité de Redacción de SinPermiso. Antoni Domènech (Barcelona) es el editor general.
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www.sinpermiso.info, 15 abril 2012
 
 
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Hacerse con sus fondos, aterrorizar a los profesores y enviar a los niños a otra parte. Como destruir el sistema educativo . Elizabeth Walters · · · · ·
Hacerse con sus fondos, aterrorizar a los profesores y enviar a los niños a otra parte. Como destruir el sistema educativo
Elizabeth Walters · · · · ·
15/04/12


Las respuestas a esta pregunta – y las perspectivas respecto a la calidad actual de la educación pública en Estados Unidos- son tan variadas e individualizadas como los 55 millones de estudiantes de la escuela pública de este país. Recientemente los legisladores de Luisiana, así como los de muchos otros estados, han intentado mejorar el clima educativo de su estado. Tienen buenas razones para hacerlo – la Fundación Annie E. Casey sitúa sistemáticamente a Luisiana en 49º lugar (gracias Mississippi) en su evaluación del proyecto Kids COUNT [los niños cuentan] que sirven para evaluar la calidad de vida de los niños en cada estado y que se basan en medidas que comprenden índices de educación.
Como profesora de una escuela pública de Luisiana pienso que hay muchas formas de mejorar las escuelas públicas aquí y he oído expresar los mimos sentimientos a mis colegas durante un rally en el exterior del Capitolio en Baton Rouge durante el debate legislativo la semana pasada (4 Abril). Es obvio que una de las mejores maneras de mejorar la educación pública sería asignar más recursos a las escuelas públicas – para mejorar la tecnología, para expandir las oportunidades profesionales y de desarrollo de los profesores, para comprar libros de texto modernos y todo tipo de material asociado a una buena educación. Quizá una de las mejore maneras de mejorar la educación pública sería flexibilizar la relación que ciñe la evaluación escolar del estudiante a la preparación de test y en su lugar permitir a los profesores instruir a los estudiantes en el tipo de unidades basadas en proyectos, tal como preconiza la investigación pedagógica, así como en la habilidad para el pensamiento crítico que no puede medirse rellenando cuadros – el tipo de libertad académica que se ensalza en las "charter schools" (escuelas subvencionadas) pero que se restringe en las escuelas públicas tradicionales.
Quizás lo más importante y una de las mejores formas de mejorar la educación pública sería poner remedio a los factores que están más allá del control de los profesores y que afectan a las aptitudes de los estudiantes para aprender. Son algunos de los mismos factores que llevan al angustioso ranking del Kids COUNT - desempleo, pobreza, violencia, tasas de criminalidad, inestabilidad familiar, hambre infantil, acceso al sistema sanitario.
No, no y no, según los políticos. Al fin y al cabo ¿qué saben de educación los profesores? Los profesores de la escuela pública son, según la mayoría de los miembros del Senado que testificaron, parte del problema, no la solución, por la tanto es mejor seguir las recomendaciones de los no-educadores para mejorar las escuelas. La filosofía de la legislación aprobada la semana pasada es un eco de las filosofías pro escuela privada o subvencionada de figuras distintivamente no locales, tan diversas como la de la ex responsable, y anti-sindicatos, del Departamento de Educación de Washington D.C. Michelle Rhee (cuyo antiguo distrito está actualmente metido en un escándalo de estafa), los megaricos y todopoderosos republicanos los Hermanos Koch, y más significativamente, El American Legislative Exchange Council. (ALEC, un centro de pensamiento conservador que ensalza la ausencia de gobierno y el libre mercado, organiza grandes mítines en los que distribuye a los políticos leyes ficticias que pueden personalizar y adaptar en sus respectivos Estados; su influencia es clara en algunas de las leyes de enseñanza de Luisiana). Se ha propuesto una legislación parecida en otros Estados a través del país, en especial en legislaturas que, como Luisiana, son ampliamente republicanas, por lo que profesores y demás interesados en la educación pública harían bien en prestar atención a lo que está sucediendo aquí. Según los expertos de Baton Rouge nuestras mejores esperanzas de mejora se basan en los siguientes principios:
- Las escuelas subvencionadas son siempre mejores que las escuelas públicas tradicionales, digan lo que digan los datos.
- Las escuelas subvencionadas, que reciben fondos públicos pero que generalmente gozan de libertad académica, son alabadas como un medio de soslayar las sofocantes regulaciones burocráticas que pueden obstaculizar a las escuelas públicas tradicionales. El por qué a otras escuelas públicas no se les permite escapar del laberinto reglamentario nunca ha estado claro y la nueva legislación no hace nada para aclarar la situación mientras que otorga a las subvencionadas algunos de los fondos que se habían reservado para las escuelas públicas.
En realidad, el éxito de las subvencionadas no está ni mucho menos demostrado. Según un estudio de la Universidad de Stanford estudiar en una escuela subvencionada es un indicador "negativo y significativo" de los pobres resultados en lectura y matemáticas de los estudiantes pobres de Luisiana. Las escuelas subvencionadas de Nueva Orleans, una ciudad que se ha convertido en modelo de incubadora de subvencionadas a partir de los años del huracán Katrina, están en el punto de mira por no aceptar y no prestar la debida atención a los estudiantes con necesidades especiales. Hace cuatro años una de las nuevas subvencionadas más alabadas de New Orleans era la Sojourner Truth Academy, una escuela basada en los ideales hermanos de justicia social y éxito académico, que fue fundada por Channa Cook, una joven y optimista educadora de California que fue alabada, entre otros, por NPR y The Christian Science Monitor. Por lo que se ve la alabanza fue algo prematura. En Noviembre, el consejo de administración de la escuela anunció que, debido a los bajos resultados de los test cerraría al final de este año y, la semana pasada, el Times-Picayune informó de que se estaban cuestionando las prácticas contables de la escuela. Cook se marchó el pasado verano, no permaneciendo ni siquiera lo suficiente para ver a los primeros (y únicos) graduados de su escuela terminar sus estudios secundarios.
Algunos de los más cínicos de las escuelas subvencionadas, en el rally del Capitolio eran un grupo de estudiantes de escuelas públicas de Nueva Orleans. Su escuela, la John McDonogh High School pasa a ser una subvencionada el año que viene.
"Nos prometieron que la mitad de nuestros profesores regresarían el año que viene, pero solo tomaron a tres de ellos", dice Erick Dillard, el presidente del órgano estudiantil. "Estamos tratando de luchar por nuestros profesores".
Los estudiantes organizaron un encuentro, después del cual los directores de la subvencionada se reunieron con ellos solos, cerrando la sala a la facultad, dijo Dillard. Los estudiantes dijeron en el mitin que los directores les habían dicho que la escuela tendría muchos más recursos como subvencionada, incluyendo iPads para los estudiantes.
"Parecía un soborno", dijo Dillard.
"Tecnología de fantasía", dijo Qwame Robertson, un estudiante de un curso superior.
Steve Barr, el nuevo director de la escuela, que rompió recientemente con la red nacional de subvencionadas, fundada por él, dijo a un periodista de Times-Picayune que para el próximo año está fichando profesores de New York y Washington, no profesores locales. También opinó que e el principal problema de la John McDonogh es que los estudiantes están aburridos –a pesar del hecho de que la reputación de la escuela todavía sufre por haber sido el escenario de un tiroteo en 2003, o de que en Enero fue arrestado en la escuela un adolescente acusado de asesinar a un buen samaritano que trataba de detener a un ladrón de coches.
Dillard no estuvo de acuerdo en que él o sus compañeros de clase estén aburridos o en que los profesores no sean suficientemente buenos.
"Creo que la razón por la que las subvencionadas van tan bien es que las subvencionadas finalmente dan a las mal financiadas escuelas públicas las cosas que necesitaban, como nueva tecnología y libros de texto nuevos", dijo.
- De hecho, las escuelas subvencionadas son tan buenas que no necesitan la supervisión del Estado – de nuevo, a pesar de lo que dicen los datos- y pueden recaudar dinero de sus organizaciones patronas.
A pesar de una auditoría estatal que encontró hace menos de un año que la supervisión de las escuelas subvencionadas era muy laxa, los legisladores han decidido que en vez de requerir a las subvencionadas que sean aprobadas directamente por el Estado o por consejos de administración locales, el Estado debe nominar a agencias locales y grupos sin fines de lucro como"autorizadores locales de subvencionadas". Los autorizadores locales deben comprometerse a aprobar y supervisar (aunque no pueden gestionarlas directamente) por lo menos cinco escuelas subvencionadas. Desgraciadamente para ellos, los consejos de administración de las subvencionadas pueden cargar a sus escuelas hasta un 2% de los 5.053 $ de asignación estatal por alumno anual- alrededor de 100 $ por niño por año, lo que, para un consejo de cinco escuelas subvencionadas con 500 estudiantes cada una, significa un cuarto de millón de dólares.
- Las escuelas privadas son siempre mejores que las públicas – no se necesita prueba.
Simplemente, es así ¿vale? Técnicamente no hay ninguna evidencia para esta afirmación, si por "evidencia" entendemos la incontrovertible "evidencia" de los resultados de los test estandarizados de los Estados que los políticos afirman que son esenciales para evaluar a las escuelas públicas y a los profesores de las escuelas públicas –siendo naturalmente los test de elección múltiple la mejor forma de evaluar los resultados de todos los estudiantes. Si las escuelas privadas aceptan estudiantes subvencionados (más información más abajo) deberán estar sujetas a algún tipo de responsabilidad estándar, pero la legislación es oscura en cuanto a los detalles. Por cierto, los profesores de las escuelas privadas no necesitan estar titulados. Pero ¡llevan unos uniformes tan bonitos! Además rezan todos los días. Simplemente debemos confiar en ellos ¿no?
- La forma de mejorar las escuelas públicas es darles menos dinero y dar más dinero a las escuelas subvencionadas y privadas.
Bajo la ley actual las subvencionadas están financiadas por el Departamento de Estado de Educación con fondos creados para este fin. De forma similar un programa piloto de subvención para niños en escuelas privadas en Nueva Orleans fue financiado con el fondo general del Estado. Retomando algunas partes de una ley ficticia de ALEC, la nueva legislación extiende el programa de subvenciones a todo el Estado para niños cuyas escuelas tienen la marca "F", "D" o "C" bajo el nuevo sistema estatal de clasificación por letras y declara que los estudiantes subvencionados o los que asisten a una escuela subvencionada, la asignación por alumno que normalmente corresponde a un/a alumno/a en su escuela pública local se retirará ahora de esta escuela y se dará directamente a la escuela a la que asiste el niño. Si tan solo ocho estudiantes dejan la escuela, llevándose consigo su asignación estatal por estudiante de 5.053 $, esta escuela pierde el equivalente del salario de un profesor de primer curso – un profesor que podría haber sido empleado para enseñar a otros 20 niños.
- Las escuelas privadas se merecen nuestros impuestos.
El nuevo programa de subvenciones utiliza los impuestos para pagar la enseñanza en escuelas privadas – escuelas que en Luisiana son generalmente religiosas. Las contribuciones serán seguramente bienvenidas en algunas escuelas parroquiales de Nueva Orleans, dado que la archidiócesis está alertando a los parroquianos sobre el alza en la enseñanza porque se está quedando corta de dinero. ¡Es un "todos ganan"!
- La mejor manera de hacer que los profesores mejoren es mantenerles constantemente con miedo a perder su trabajo.
Una de las cosas que hace la legislación es eliminar la posibilidad de que los profesores puedan llegar a considerarse trabajadores permanentes. Los profesores deben conseguir la calificación de "muy eficientes"durante cinco de cada seis años. Si un profesor es alguna vez calificado de "ineficiente", el año siguiente debe mejorar y si no vuelve a obtener la calificación de "muy eficiente" está acabado/a. Los criterios para obtener la calificación de "muy eficiente" por el estado no se han dado a conocer aunque entrarán en vigor en Agosto; sabemos que estarán ligados a los resultados de los test normalizados de los estudiantes.
Puede que esta filosofía tenga mucho sentido para gente que nunca ha dado clases en una escuela pública, pero los profesores saben que hay tantos factores que afectan al éxito de los estudiantes que, a pesar de que obviamente todos los profesores se esfuerzan para ayudar a sus estudiantes a aprender, a veces sus resultados no llegan a los objetivos. Hace pocos años un estudiante de últimos curso con el que había estado trabajando durante dos años suspendió su examen final de graduación. Le pregunté que es lo que había fallado. Dijo: "Bien, me imaginé que no me saldría bien, por lo tanto decidí ni siquiera intentarlo". En teoría si este estudiante – que pasó el mismo examen en su siguiente intento y se graduó con un buen resultado académico hace un año, a pesar de sus intentos de abandono – hubiera fallado su test dentro de dos años , su mal día me habría costado el puesto.
- Todos los profesores han sido creados iguales, pero algunos son más iguales que otros.
Los sueldos de los profesores se calcularán a partir de ahora en base a una fórmula calculada localmente basada en los resultados de los test a estudiantes, la experiencia y la demanda existente del tema del profesor. Esto significa que, en teoría, los profesores en temas que tienden a atraer a gran número de aspirantes a educadores, como el mío, el inglés, pueden suponerse menos valiosos que otros más raros, como, por ejemplo, profesores de ciencias – y, en consecuencia se les puede pagar menos. Esto tiene sentido; los estudiantes tienen que poder realizar experimentos científicos, no leer teorías científicas o escribir informes de laboratorio ¿cierto?
- Cualquiera puede aterrizar en una clase y ser un buen profesor; no se necesita una formación especial.
Bajo la actual legislación estatal, todos los profesores de las escuelas públicas deben ser titulados o estar inscritos en un programa de postgrado y el 75% de los profesores de las escuelas subvencionadas deben ser titulados. La legislación aprobada la semana pasada elimina esta cuota para las escuelas subvencionadas; ahora los profesores potenciales de las escuelas subvencionadas únicamente necesitan tener un diploma para ser empleados. El clima general pro-subvencionadas reinante en el estado y la nueva "flexibilidad" en la titulación del personal de las subvencionadas parece implicar que los funcionarios del Estado piensan que la titulación en educación tiene poco valor, a pesar de no haberlo manifestado- por lo menos, de momento. Este giro de los acontecimientos no es del todo sorprendente en un Estado en que su principal autoridad educativa, el Superintendente John White, pasó no más de dos años como profesor de escuela y no tiene ningún título de profesor . (Lo mismo que Channa Cook, White cambia de trabajo rápidamente. Antes de ser nombrado superintendente estatal, fue el superintendente de la Recovery School District [1] de Nueva Orleans – durante siete meses)
Algunos profesores de escuelas públicas han propuesto que si los legisladores creen que la formación para educar es innecesaria pueden venir un día a substituirnos y experimentar la alegría de convertirse al instante en excelentes educadores. Extrañamente, que yo sepa ninguno de ellos ha aceptado nuestra oferta.
- En realidad los estudiantes no necesitan profesores en persona, los necesitan virtuales y éstos necesitan nuestros impuestos.
En una acción que seguramente será aplaudida por la ALEC, la legislación solo se refiere a "dispensadores de cursos", instructores para cursos on-line y virtuales. Estos dispensadores de cursos pueden ser profesores; también pueden comprender institutos y entidades de negocios. Utilizando las asignaciones con la fórmula de financiación que calcula la asignación por alumno a la escuela local de distrito, el Estado pagará a los dispensadores de cursos para educar no solamente a los estudiantes de las escuelas públicas sino también a los alumnos de las escuelas privadas y particulares (à la Rick Santorum). El Estado planea crear un catálogo de cursos de todas las clases ofrecidas por los dispensadores de cursos aprobados y todas las escuelas públicas deberán incluir estas listas de clases en sus propios catálogos de cursos. Los dispensadores de cursos recibirán 1/6 del 90% de la asignación por alumno del distrito, aproximadamente 758$, por estudiante y curso. A esta tasa, un dispensador de curso que llegara a tener 90 estudiantes a su cargo, que es casi el límite máximo para los profesores en escuelas con "block schedules" [2], podría llegar a ganar 68.000 $ por semestre, casi 30.000 $ más que el salario anual de un profesor principiante. Un dispensador de cursos que llegara a los 150 estudiantes, el equivalente del máximo en un instituto con un esquema tradicional, podría ganar casi 114.000 $.
- Sin embargo, los profesores presenciales deben ser responsables de los resultados de sus estudiantes en las clase on-line.
La legislación establece que, vía sus resultados escolares, las escuelas públicas de ladrillo y cemento se valorarán en base a los resultados de sus estudiantes en las clases virtuales – a pesar de que estas clases no las darán los educadores de la escuela y a pesar de que estos educadores pueden no ser ni siquiera titulados. Estas son malas noticias para las escuelas anfitrionas si consideramos que según un estudio de la Standford University los estudiantes de escuelas virtuales en Pennsylvania, uno de los primeros Estados que permitió la inscripción generalizada en ciberescuelas, obtuvieron resultados muy por debajo de los estudiantes de la escuela pública. Una escuela pública podría acabar siendo calificada como fracasada y ser sancionada si sus estudiantes no obtienen buenos resultados en clase administrada de forma privada dadas por gente sin credenciales educativas que ni siquiera se ha reunido jamás con sus alumnos.
- En las escuelas privadas se acepta a todos los niños – a menos que tengan necesidades educativas especiales.
La educación especial requiere dinero extra para personal extra, desarrollo profesional extra para el mismo, software extra y materiales extra. Los costes de la educación especial, junto al hecho de que los estudiantes que reciben servicios de educación especial suelen presentar diferencias en el aprendizaje solamente después de una lucha académica, son las principales razones por la que muchas escuelas privadas ofrecen servicios limitados de educación especial. Bajo la nueva legislación, el padre o el tutor de un niño con necesidades especiales que se inscribe en una escuela privada utilizando una beca tendrá que firmar un formulario de conformidad en que el niño recibirá solamente los servicios de educación especial ofrecidos por la escuela privada – que probablemente serán mucho menos comprehensivos que los servicios de educación especial en las escuelas públicas.
Puesto que las escuelas privadas que participan en el programa de ayudas están obligadas a aceptar a todos los candidatos con subvención, el rechazo de los servicios de educación especial podría convertirse en una estrategia de las escuelas privadas para excluir a los estudiantes con necesidades especiales sin quebrantar técnicamente la ley.
Algunas escuelas privadas ya utilizan el estatuto de educación especial como una razón para la exclusión de niños. El semestre pasado una estudiante de mi clase de postgrado de inglés, que era disléxica, escribió sobre su desencanto como alumna de octavo al no poder acceder a una de las escuelas católicas de Nueva Orleans. "No me quisieron debido a mis problemas de aprendizaje", dijo. Esta estudiante, una de las personas más decididas que jamás haya encontrado, se graduará con honores el próximo mes. Le dije que la escuela privada ciertamente había salido perdiendo al no admitirla – Pero que yo me sentía honrada de tenerla en mi clase.
- Todos los niños son admitidos en las escuelas subvencionadas – a menos que sean gays (o estudiantes del idioma inglés, o malos en deporte).
En 2011 Luisiana aprobó una ley que permitía a las corporaciones con ánimo de lucro ofrecer y gestionar escuelas subvencionadas; las corporaciones pueden controlar la mitad de los puestos de los consejos de administración de sus escuelas y la mitad de las inscripciones. Ahora los legisladores están utilizando las conexiones entre las empresas y las escuelas subvencionadas para intentar permitir la legalización de la discriminación. Las normas del Departamento de Educación establecen que "las escuelas subvencionadas no pueden discriminar en base a raza, color, nación de origen, religión, sexo, etnia, orientación sexual, discapacidad mental o física, edad, ascendencia, capacidad deportiva, necesidades especiales de suficiencia en lengua inglesa o en una lengua extranjera, o resultados académicos, en la admisión de estudiantes". La ley del Senado 217, que está en trámite, intenta restringir la cláusula antidiscriminación solamente a la raza, religión, ascendencia nacional, edad, sexo o discapacidad, las únicas categorías protegidas contra la discriminación por lo que respecta a los negocios en el Estado. En una audiencia del comité, que fue cubierta por un periodista del periódico El Abogado, de Baton Rouge, una mujer de Nueva Orleans dijo que no quería hacerse cargo de una escuela subvencionada porqué no podría rechazar a estudiantes por su orientación sexual.
Dado que se han publicado tasas de acoso para los estudiantes GLBTQ [3] de casi 9 de cada 10 y dado que hay estudios que han indicado que los adolescentes GLBTQ pueden ser cuatro veces más propensos a cometer suicidio que sus otros compañeros, utilizar un tipo de legislación como la ley 217 para excluirlos es no solo cruel – equivale a poner en peligro a los niños. El artículo de El Abogado también cita al líder del Forum de la Familia de Luisiana, un grupo que declara como misión promover "la fe, la libertad y la familia tradicional en el gran estado de Luisiana", diciendo que la legislación fue pensada para enviar un mensaje al Governador Bobby Jindal, un republicano conservador que aparece en un video de apoyo en el website del grupo. El secretario de prensa de Jindal , dice en un email al periodista autor del artículo, Mark Ballard: "no creemos en derechos o protecciones especiales".
La ley pasó por 5-1 votos y se espera que sea aprobada por ambas cámaras.
(Por cierto, todo esto es absolutamente legal- a menos que no lo sea)
Los autores de la House Bill 976 – la ley que trata de las subvenciones y escuelas subvencionadas – parecen estar preocupados por si estuvieran infringiendo la ley. Estaban lo suficientemente preocupados acerca de la constitucionalidad de ciertas disposiciones de la ley (quizás de todas ellas) como para incluir una cláusula al final de la ley estableciendo que si algún aspecto de la legislación resultara inconstitucional ello no significaba que toda la legislación lo fuera. Hummmm.
O sea que así es como se arreglan las escuelas públicas, por lo menos según los legisladores de Luisiana. Evidentemente, en tanto que profesora de la escuela pública yo soy parte del problema. Quizás no tendría más que irme a enseñar a una escuela privada o subvencionada. Entonces formaría parte instantáneamente de la solución ¿cierto? Seria automáticamente más inteligente, más dinámica, más entusiasta. Mis estudiantes aprenderían más automáticamente. Incluso podría tener un iPad. Quizás debería ser una "dispensadora de cursos" y así podría pasar todo el día sentada en mi sofá enseñando online. Podría doblar mi sueldo y nunca más tendría que escribir un informe disciplinario.
Excepto que no estoy dispuesta a abandonar y creo que mis colegas tampoco. Estoy orgullosa de ser una graduada de la escuela pública y de haber continuado triunfando en una prestigiosa universidad. Creo que la educación que puede recibirse en las escuelas públicas es el corazón del sueño americano. Creo que en vez de asfixiar a estas escuelas deberíamos trabajar para mejorarlas. Creo en las escuelas que abren sus puertas a todos los niños sin excepción. Creo que las escuelas que restringen la admisión a ciertos estudiantes, abiertamente o de forma encubierta, transmiten el mensaje de que algunas personas no son bienvenidas al mundo. No quiero vivir en un mundo como éste.
Además, honestamente, no creo que esté haciendo un trabajo tan malo. En conjunto mis estudiantes se están saliendo bien de mis cursos. Los que se han graduado están teniendo éxito en la universidad. Alan Rocha, un graduado del 2011 de la escuela donde enseño y actualmente estudiante de la Universidad de Nueva Orleans, asistió al rally. Después de un rato de observación se acercó al micrófono y pidió la palabra. Su mensaje fue el siguiente:
"Estoy aquí por mis profesores, que me dieron una educación que no cambio por ninguna escuela privada o subvencionada. Valoro la educación que me dieron. Estoy aquí por mi hermana que actualmente está en la escuela y no quiero ver arruinada su educación, ya que soy un orgulloso graduado de la escuela pública. No soy un fracasado. Mi hermana no es una fracasada. Mis profesores no son unos fracasados. No penséis en vuestra juventud como unos fracasos, porque no lo son."
"Es todo lo que tengo que decir".
Notas: [1] RSD: para la recuperación de escuelas poco eficientes. [2] Menos clases por día pero de mayor duración. [3] Gay, lesbian, bisexual, transgender, and questioning (GLBTQ)

Elizabeth Walters, graduada de la Central Columbia High School de Bloomsburg, PA, Smith College, y del programa de capacitación de profesores de la Universidad de Nueva Orleans, es periodista y profesora del Chalmette High School de St. Bernard Parish, LA.
Traducción para www.sinpermiso.info: Anna Maria Garriga
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Counterpunch.org, 11 de abril de 2012
 

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