ELECCIONES-VENEZUELA Avance opositor Análisis de Humberto Márquez CARACAS, 24 nov (IPS) - Fue una victoria de sabor agridulce para los seguidores del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en las elecciones locales del domingo, porque, si bien lograron 17 de las 22 gobernaciones en juego, la oposición conquistó las principales plazas desde el punto de vista político, económico y poblacional. La oposición mantuvo las dos gobernaciones que había ganado hace cuatro años, obtuvo otras tres de gran vitalidad y además se hizo de alcaldías emblemáticas, como la mayor de Caracas, el populoso municipio de Petare, al este de la capital y que ha sido bastión chavista, y la municipalidad de Maracaibo, segunda ciudad del país.
Chávez, quien condujo personalmente la campaña en las regiones críticas, cambió el tono confrontacional tras conocerse los resultados: "Yo, como jefe de Estado, les felicito, les reconozco su triunfo y espero que ellos reconozcan al jefe de gobierno, a la Constitución y al pueblo", declaró.
También los dirigentes opositores electos ofrecieron colaboración al gobierno nacional y todos los actores del proceso, comenzando por la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, se regocijaron por la elevada asistencia a las urnas, al llegar a casi 66 por ciento de los habilitados para votar, una tasa de participación inusual en consultas estaduales y municipales.
En parte se debió a que Chávez convirtió esta vuelta a las urnas, prácticamente un rito anual en Venezuela, en una suerte de nuevo plebiscito sobre su liderazgo, con resultados semejantes a los conseguidos a lo largo de la década: el país permanece políticamente partido en dos pedazos, con ligera mayoría del chavismo en los promedios.
"Hay un equilibrio de fuerzas favorable al chavismo pero con una oposición que se recupera de sus errores de comienzos de década, consolida bastiones, mayoritariamente los urbanos donde se extiende la clase media, y gana otros", dijo a IPS el sociólogo Leopoldo Puchi, dirigente del centroizquierdista Movimiento al Socialismo.
Este lunes aún se demoraba la suma de los totales y la entrega de resultados por parte del poder electoral.
RESULTADOS
Luis León, director de la firma encuestadora Datanálisis, comentó a IPS que "los símbolos conquistados por la oposición fueron mejores de lo que pudo esperarse, porque ganó en la capital y en estados que representan el corazón económico y político del país".
La oposición retuvo las gobernaciones de Zulia y Nueva Esparta. El primero, en el recodo noroeste fronterizo con Colombia, es el estado más poblado y rico del país, con su producción de petróleo y alimentos, y exhibe una fuerte cultura local.
Su gobernador, Manuel Rosales, a quien Chávez amenazó con enviar a la cárcel acusándolo de dilapidar dineros públicos, compitió con el mandatario en la carrera presidencial de 2003 y en la víspera fue elegido alcalde de Maracaibo, la capital regional, mientras su pupilo Pablo Pérez era ungido para reemplazarlo en la conducción del estado.
Nueva Esparta, emplazamiento turístico que reúne a Margarita y otras islas del Caribe, se mantiene como un sólido bastión opositor.
La oposición también ganó el estado de Carabobo, el mayor asiento de industrias manufactureras, al oeste de Caracas, y Táchira, en los Andes del sudoeste fronterizo con Colombia y, como el Zulia, una zona que cultiva cierto regionalismo.
El quinto estado es Miranda, segundo en cantidad de habitantes de Venezuela y que comprende la parte este de Caracas y una de ciudades-dormitorio, turismo y agricultura. Y además se hizo con la alcaldía mayor de Caracas, que comprende algunos municipios de Miranda y el Distrito Capital, donde vive 60 por ciento de los capitalinos.
Un resultado doloroso para el chavismo fue perder Petare, donde vive casi un tercio de los caraqueños, la mayoría en unas 1.000 barriadas pobres amontonadas en sus colinas y que muchas veces apoyó al presidente, pero esta vez entregó la alcaldía al joven opositor Carlos Ocariz, vencedor de Jesse Chacón, del círculo de colaboradores inmediatos de Chávez.
Dirigentes políticos como Puchi y analistas como Oscar Schémel, de la encuestadora Hinterlaces, consideraron que en los casos de Petare, Miranda y otros funcionó una especie de voto castigo contra figuras percibidas como ineficaces o alejadas del sentimiento popular.
Los seguidores del oficialismo se impusieron en algunas provincias andinas, varias del corredor industrial y agrícola del norte del país, el oriente petrolero, el sudeste minero y asiento de industrias básicas, y en las llanuras centrales y sudoccidentales bañadas por ríos tributarios del Orinoco.
Un logro de los seguidores de Chávez fue vencer a disidentes del gobernante Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV), que disputaron sin éxito media docena de estados, en algunos casos impulsados por los partidos Comunista y Patria Para Todos, a su vez expulsados por el mandatario de la alianza oficialista.
Los cinco estados cuyos gobernadores, elegidos en alianzas respaldadas por Chávez en 2004, se apartaron del campo oficialista en los últimos 18 meses, fueron recuperados por seguidores del presidente, con excepción de Carabobo, obtenido por el representante de una suerte de dinastía política opositora, Henrique Salas Feo. MAPA PLURAL
Las gobernaciones estaduales conquistadas, así como las alcaldías de varias ciudades importantes y decenas de pequeñas ofrecen un mapa político más plural de Venezuela y oportunidades para construir nuevos liderazgos.
La oposición "vuelve a estar dentro del aparato del Estado", señaló a IPS el sociólogo Tulio Hernández, en alusión a que los partidos contrarios a Chávez se retiraron de la contienda para las elecciones parlamentarias de 2005 y, como resultado, los 167 escaños de la unicameral Asamblea Nacional legislativa fueron ocupados por seguidores del presidente.
Desde las posiciones conquistadas, según Hernández, "los opositores tienen oportunidad de hacer buenas gestiones de gobierno regional y local, que los afiancen como opción y les permitan consolidar un liderazgo y un proyecto alternativo".
Los opositores gobernarán en espacios donde vive el 45 por ciento de los más de 26 millones de venezolanos y se genera un 70 por ciento del producto interno bruto del país.
León consideró que, con el nuevo panorama, "Chávez deberá encarar fórmulas de negociación en regiones clave y no podrá cumplir las amenazas proferidas durante la campaña", como enviar a la cárcel a los opositores, diseñar planes militares de contingencia o negarles la transferencia de recursos prevista en la legislación.
¿Y AHORA QUÉ?
Primero, Chávez deberá examinar los números de esta elección con un lápiz muy fino para establecer si le conviene, cuándo y de qué manera, promover una enmienda a la Constitución que posibilite su reelección indefinida, una vez que su actual sexenio termine en enero de 2013.
Una reforma constitucional que propuso en ese sentido e incluyó otros cambios en el Estado, de tinte socialista, fue negada hace un año por 51 por ciento de sufragantes.
Sus opositores tampoco saborean una victoria numéricamente consistente como para aventurarse a proponer un referendo que recorte el mandato presidencial de Chávez o la convocatoria de una nueva Asamblea Constituyente, y seguramente deberán esperar hasta las elecciones parlamentarias de 2010 para lograr nuevos avances.
La derrota en la Gran Caracas, Carabobo y Zulia de figuras del entorno de Chávez, de proyección mediática o por quienes el presidente apostó con fuerza, puede conducir a una recomposición de fuerzas dentro del PSUV.
Una incógnita es si Chávez leerá en los resultados un nuevo mandato para "profundizar la revolución", como hizo cuando fue reelegido en 2006 con 61 por ciento de votos e incluso después del revés de su propuesta de reforma constitucional hace un año.
El panorama será más complejo en 2009, porque los ingresos petroleros previsiblemente serán mucho menores que en 2007 y 2008, debido a la caída de los precios internacionales de ese recurso y a la contracción de la economía global.
(FIN/2008) ------------------------- VENEZUELA Ajustada prueba electoral para Chávez y oposición Por Humberto Márquez CARACAS, 24 sep (IPS) - La oposición parece aproximarse a una victoria relativa en las elecciones a la unicameral Asamblea legislativa este domingo en Venezuela, aunque el partido del presidente Hugo Chávez muy probablemente consiga la mayoría o incluso dos tercios de las bancas. Unos 17 millones de electores están convocados para elegir a 165 diputados en el parlamento, donde en 2005 las fuerzas del gobierno ganaron todos los curules, tras el retiro de la oposición, al alegar parcialidad del poder electoral.
Ocho empresas encuestadoras, algunas dirigidas por figuras del oficialismo y otras por consultores de empresarios privados y políticos de oposición, coinciden en que pocos puntos porcentuales separan la votación estimada para los bloques confrontados.
"El escenario más probable es de 52,6 por ciento para el oficialismo y 47,4 por ciento para el resto, con margen de error de dos puntos", dijo a corresponsales extranjeros Jesse Chacón, director de la encuestadora GIS XXI, establecida por ex ministros del actual gobierno, tras completar sus estudios hace una semana.
Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, estimó que el gobierno puede obtener 52 por ciento de votos versus 48 por ciento de los opositores, "aunque cualquier cosa puede pasar". En tanto, firmas como Hinterlaces, Consultores XXI y Seijas creen posible una muy ligera ventaja opositora.
Chávez ordenó a sus partidarios "demoler a la oposición", pues "si llegasen a ganar la Asamblea comenzaría a desmoronarse la revolución y después vendrían por mí", y claramente planteó la jornada de este 26 de septiembre como el paso previo para ser reelegido en diciembre de 2012, cuando habrá completado 14 años en la Presidencia.
Los sondeos se muestran esquivos a conceder al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) una mayoría de 60 por ciento o más, como las alcanzadas por Chávez en el pasado.
Por ello, el presidente y su partido se han trazado como objetivo ganar dos tercios de la Asamblea, aunque lo consigan con apenas poco más de 50 por ciento de los votos.
De su lado, la oposición podría reivindicar como un triunfo político su regreso al parlamento y un avance neto en números absolutos de votos, que muestre un país electoralmente partido casi por la mitad, para así alimentar la esperanza de disputar con éxito la Presidencia dentro de dos años.
"La diferencia entre la bancada opositora que se elegirá y la del pasado es que antes alimentó la estrategia de desalojar del poder a Chávez de cualquier forma, y ahora se inscribe en un proceso de defensa de la Constitución para revertir la ruina del país", dijo a IPS el opositor Teodoro Petkoff, antiguo líder del socialismo tradicional.
La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) aglutina a 20 partidos y otros grupo tradicionales y de creación reciente, que van de la izquierda a la derecha, y está fortalecida ante signos de desgaste del gobierno por problemas como la desbordada inseguridad ciudadana, la inflación y la deficiencia de los servicios públicos.
"El resultado de la elección debe estar en un rango entre nuestro plan, que es ganar la Asamblea pues podemos obtener entre 80 y 90 diputados, y el del oficialismo, que es ganar los dos tercios de asientos", dijo a IPS el coordinador de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, un socialcristiano independiente.
Según su tesis, "la competencia ha sido desigual, porque el gobierno ha tenido un superávit de recursos y déficit de escrúpulos, pero confiamos en que la participación derrote la manipulación y permita conquistar una asamblea equilibrada".
Los sondeos pronostican una participación inusualmente alta para este tipo de comicios, de más de 65 e incluso de más de 70 por ciento del electorado.
En parte se debe a que Chávez y el PSUV le han dado a estos comicios casi un carácter de plebiscito sobre el presidente, cuya imagen domina la propaganda y las movilizaciones por sobre la de los candidatos.
Pero la posibilidad de que la oposición gane la Asamblea aparece cuesta arriba, no sólo por el arrastre de la figura de Chávez y la maquinaria del PSUV, sino por el complicado sistema electoral del que surgirá el nuevo parlamento.
Tres puestos de los 165 diputados están reservados a indígenas elegidos en las regiones de frontera, 110 se eligen en 87 circuitos de forma nominal y 52 en listas de dos o tres diputados por los 23 estados y el Distrito Capital, la mitad oeste de Caracas.
El Consejo Nacional Electoral, de cuyos cinco directores cuatro respaldan al gobierno, modificó hace meses un tercio de los circuitos de un modo que la oposición ha criticado porque concentra los votos en los bastiones del gobierno mientras que los dispersa en las zonas donde sus adversarios dominan.
Expertos electorales como Eduardo Semtei y Carlos Genatios explicaron además la sobrerrepresentación de los estados más rurales y menos habitados, bastiones del PSUV, en detrimento de los más urbanos y poblados, donde es fuerte la oposición.
También indican que el nuevo mapa electoral contradice expresamente normas de la Constitución Bolivariana de1999 que imponen la proporcionalidad para la elección de poderes colegiados.
La población de Venezuela se estima en 28,9 millones de habitantes, unos 162.000 por diputado, pero en algunos estados un parlamentario representará a 40.000 habitantes y en otro a más de 400.000, es decir, en unas zonas hay que cautivar a unos 25.000 electores y en otras a unos 250.000.
La combinación del trazado de los circuitos y la sobrerrepresentación de ciertos estados permite proyectar que el PSUV, con 53 por ciento de los votos, alcance dos tercios de la Asamblea, en tanto que la oposición, con igual porcentaje, quede en minoría.
La mayoría calificada tiene más que un valor simbólico porque es necesaria para derogar leyes con carácter orgánico, que se han vuelto un instrumento común de Chávez para avanzar en su propuesta de radicalización socialista.
Además de la MUD, el izquierdista partido Patria Para Todos (PPT), un aliado que abandonó a Chávez este año, se presenta como tercera opción y debería obtener escaños en tres de las 24 entidades del país.
"Habrá más votos no chavistas que diputados de esas tendencias, pero lo fundamental es la pluralidad y la diversidad, porque no se trata ahora de sacar a Chávez del poder sino de crear una nueva plataforma de reflexión política. A Chávez lo podríamos sacar en 2012", comentó a IPS el secretario general del PPT, José Albornoz.(FIN/2010) |
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