La situaci�n de esclavitud se ha acentuado en este siglo XXI y es m�s insultante cuando las empresas que adquieren las bayas recolectadas, tienen los mayores m�rgenes de ganancia de la industria del alimento, y mientras el gobierno sueco se desentiende del problema trasladando la responsabilidad a las empresas que contratan trabajadores en el extranjero. A su vez, las empresas que comercializan las bayas se niegan a contratar trabajadores directamente, tercerizando esa labor. Sostienen que vigilan que los contratos cumplan con los convenios y leyes de Suecia, pero dejan toda la responsabilidad en las empresas que contratan personal.
En el verano sueco, en los meses de julio y agosto, unos 20.000 trabajadores extranjeros se ocupan de recoger las cosechas de bayas en los bosques de medio y norte del pa�s. Una cosecha silvestre, que nadie necesita plantar, cuidar o regar para que florezca. Este a�o, por lo menos 5 mil trabajadores provienen de Asia (la mayor�a de Tailandia), otros llegan de pa�ses de la Europa del este.
Suecia, al igual que en los dem�s pa�ses n�rdicos, el acceso a las tierras p�blicas es libre y cualquiera puede cosechar las bayas que fructifican en el verano. Y es tal la cantidad que se produce, que existe una industria millonaria en torno a la recolecci�n y producci�n de alimentos, mermeladas, salsas y jugos.
En el 2008 el gobierno conservador del primer ministro Fredrik Reinfeldt sancion� un reglamento para el trabajo de los recolectores extranjeros que, te�ricamente, les aseguraba un salario m�nimo, pero que en la pr�ctica abri� las puertas a las empresas intermediarias que contratan mano de obra en el extranjero, y que pueden establecerse sin pasar por ning�n control. El gobierno sueco se asegura que no interferir� en los contratos de trabajo firmados en el exterior, antes de llegar al pa�s.
La revuelta china
El 11 de agosto la polic�a sueca tuvo que intervenir para detener una marcha que estaban organizando unos 200 recolectores que hab�a sido reclutados en China, y que reclamaban que la empresa que los contrat� les devolviera sus pasajes de avi�n y sus pasaportes para retornar a sus pa�ses. Algunos trabajadores fueron m�s lejos y en su protesta detuvieron a 4 supervisores en una vivienda. La polic�a detuvo a cinco trabajadores y los acus� de secuestro y violencia.
Los 200 trabajadores chinos llegaron a Storuman, en V�sterbotten (al noroeste de Suecia), para recoger ar�ndanos y otras bayas. La empresa reclutadora de personal, mientras les mostraba hermosas postales de los bosques florecidos de Suecia en verano, les aseguraba que iban a cosechar ar�ndanos del tama�o de uvas y que con ello iban a ganar mucho dinero, ya que les ofrec�an pago por kilo cosechado.
Los trabajadores, muchos de ellos campesinos, vendieron sus propiedades, se empe�aron con pr�stamos para pagar el pasaje, obtener la visa y asegurar la manutenci�n durante los dos meses de trabajo.
Llegaron con la informaci�n de que el precio de las bayas, que ahora es de 12 coronas el kilo (poco m�s de un euro), era de entre tres y cuatro euros.
Despu�s de un mes de trabajo, los recolectores sacaron cuentas y comprendieron que si segu�an en el pa�s, iban a terminar m�s endeudados que cuando llegaron y decidieron exigir sus pasajes y pasaportes de vuelta, y el pago de salario completo.
En promedio, seg�n explicaron despu�s a la int�rprete de la oficina de Defensa del Pueblo (ombusdman) cada uno gast� unas 30.000 coronas (aproximadamente 3 mil euros) en pasajes y visa.
�Para ellos esa deuda es astron�mica. Se hab�an endeudado pensando que esta era una oportunidad para cambiar sus vidas. En la realidad, han quedado en la ruina por muchos a�os� coment� al diario Dagens Nyheter, Johanna Almstr�m, que ha trabajado como int�rprete en la comuna de Storuman durante el conflicto.
La empresa les exige ahora que para devolverles sus documentos, deben recoger 40 kilos de ar�ndanos al d�a, pero si quieren ganar dinero, tienen que recoger mucho m�s. Por lo ya trabajado les ofrece pagarles la mitad de las 30.000 coronas que gastaron.
�Han sido enga�ados sin duda �sostuvo Almstr�m-, se puede encontrar ar�ndanos, pero es imposible que tantas personas cosechen esa cantidad en un solo lugar�.
Tras la medida de fuerza se estableci� una negociaci�n en la sede comunal con la participaci�n de sindicatos suecos, los trabajadores, la Embajada de China y de las empresas que reclutan personal.
La presidenta de la Central de Trabajadores de Suecia (LO), Wanja Lundby-Wedin, exigi� que el gobierno asuma su responsabilidad ante los recolectores.
Lundby-Wedin critic� la actitud del primer ministro Fredrik Reinfledt y del ministro de Trabajo, Tobias Billstr�m, cuando sostienen que no existe ning�n problema. �El gobierno debe asumir la responsabilidad despu�s de haber sancionado una ley que ha posibilitado que las empresas puedan firmar contratos con sus trabajadores sin ninguna revisi�n. Ahora los recolectores est�n aqu� y nadie asume su responsabilidad� subray�.
El primer ministro conservador Fredrik Reinfeldt respondi� que las normas existentes deben ser suficientes. En tanto el ministro de Trabajo, Tobias Billstr�m, dijo que segu�a la situaci�n con atenci�n, pero que eran las empresas que contratan a los recolectores los que deben resolver el problema. �El problema es que los trabajadores son enga�ados antes de venir y reciben informaci�n equivocada sobre las condiciones de trabajo� sostuvo el ministro, quitando responsabilidad al gobierno.
Tommy Innala, director ejecutivo de la empresa de alimentos Polarica, una de las dominantes en la indutria de las bayas, rechaza cualquier responsabilidad de su empresa en las condiciones de trabajo de los recolectores extranjeros.
�Para este a�o hemos establecido un nuevo marco normativo y tambi�n hemos endurecido los controles para, por ejemplo, asegurarnos que los recolectores se trasladen en veh�culos seguros, que los contratos de trabajan hayan sido voluntarios, y que las compensaciones a las que tienen derechos les lleguen directamente� insisti�.
Innala asegura estar confundido por el descontento de los trabajadores ya que esperaba que los nuevos convenios colectivos con los gremios hubieran conducido a una situaci�n de ganancias para las dos partes. �Nosotros hemos cre�do y confiamos en que todo se maneje correctamente, pero ahora uno sospecha que los recolectores no han recibido la informaci�n correcta�.
Tommy Innala sostiene que su empresa est� dispuesta a asumir mayores responsabilidades y contratar una reclutadora de personal que cumpla las exigencias y respete los convenios, pero de todas maneras insiste que no contratar�n directamente a los trabajadores sino que seguir�n utilizando intermediarios.
El empresario traslada toda la responsabilidad de las irregularidades a las empresas que reclutan el personal.
Las empresas reclutadoras no son muy receptivas a los reclamos de los trabajadores y a las preguntas de la prensa. Una de ellas es Jagoda AB. Su responsable, Dennis Westerlund, consultado sobre los reclamos de los trabajadores, se defendi� diciendo que este a�o han contratado a la �gente equivocada�, �son incapaces para recoger bayas� sostuvo.
Dijo que los trabajadores chinos que llegaron este a�o, a trav�s de otra empresa reclutadora de personal, recibieron informaci�n equivocada sobre las condiciones de trabajo y sus exigencias. Westerlund sostien ahora que en el futuro s�lo contratar� tailandeses, �funcionan mejor�, dijo a un diario local.
Seg�n Leif �gren representante de una de las empresas que compra los ar�ndanos recogidos, las empresas que reclutan personal tienen que asumir los gastos de pasajes y el transporte dentro de Suecia, seg�n los convenios existentes, pero a�adi�, no se hace ning�n control sobre las empresas reclutadoras de personal.
Los sindicatos suecos, contralados en su mayor�a por el Partido Socialdem�crata, acompa�an hasta cierto punto las demandas de los recolectores y aunque verbalmente exigen que el gobierno sueco se haga cargo de la situaci�n, se enredan en excusas legales. En general sostienen que no pueden hacer mucho para mejorar las condiciones de trabajo de los recolectores extranjeros. Aseguran que el problema est� en los convenios firmados en los pa�ses de origen. �No podemos hacer mucho acerca de lo que ocurre en Tailandia�, dijo J�rgen Gustavsson, el Defensor del Pueblo del sindicato Kommunal. �Salario m�nimo y seguros est�n incluidos en los convenios, as� como otras cosas como horas de trabajo y condiciones �, explic� Gustafsson.
A�adi� que los sindicatos suecos visitan los lugares de trabajo y entregan folletos, en tailand�s, explicando los convenios. �Nadie deber�a tener que trabajar por salarios de esclavos en Suecia �, subray� Gustafsson.
Sin embargo en declaraciones a la prensa local a�adi� que los sindicatos suecos no pueden hacer mucho ante el hecho de que los trabajadores migrantes le pagan m�s de lo que ganan a las empresas reclutadoras de personal para poder venir a Suecia. �Vamos a tratar de controlar lo que deben recibir como salarios aqu�, pero es dif�cil, y no podemos hacer mucho, acerca de lo que ocurre en Tailandia antes de venir�.
Trabajadores acumularon deudas por 130 millones
Hasta el 2008, las empresas que contrataban trabajadores fuera de Europa deb�an tener un permiso del gobierno y el Ministerio de Trabajo deb�a tener pruebas de que faltaba mano de obra en el sector donde iban a laborar los extranjeros. Con el cambio de normas en 2008, las empresas resuelven por s� mismas cuando y donde reclutar a sus trabajadores.
Anteriormente los recolectores extranjeros, en su mayor�a tailandeses que viajaban a Suecia, llegaban a trav�s de contactos personales. Eran amigos de alguien que ya resid�a en el pa�s, y llegaban con vivienda y comida casi gratis, y trabajaban en negro. Despu�s surgieron los intermediarios, las empresas que contratan personal, y la situaci�n pas� a ser un caso m�s de tr�fico de personas y explotaci�n.
En el verano de 2009 las protestas se hicieron sentir fuerte, especialmente entre los trabajadores tailandeses que se consideraron enga�ados a venir a trabajar con promesas falsas. Al finalizar la cosecha, muchos trabajadores regresaron a sus hogares con grandes p�rdidas. Se estima que ese a�o, unos 20.000 recolectores volvieron a sus casas con deudas acumuladas por 130 millones de coronas (13 millones de euros aproximadamente). La mayor�a hab�a adquirido pr�stamos y embargado sus propiedades para pagarse el pasaje y la escasa cosecha no les permiti� recuperar lo invertido.
Despu�s de las protestas tras la cosecha del pasado a�o, y con la presi�n de los sindicatos suecos, se estableci� que las empresas tienen que pagar un salario m�nimo. Las empresas suecas, seg�n los convenios registrados en las comunas, deben pagar al menos 16.372 coronas mensuales a los recolectores. Si estos trabajadores son contratados a trav�s de una empresa extranjera, el salario m�nimo deber�a ser de 17.730 coronas.
Ahora esto es s�lo en los papeles. Aunque rige un salario m�nimo, las empresas reclutadoras descuentan a los trabajadores los gastos por manutenci�n, alojamiento y pasaje, y para muchos eso significa que despu�s de dos meses de trabajo, s�lo se quedan con deudas. Adem�s se ha denunciado que antes de llegar al pa�s los trabajadores fueron enga�ados a firmar dos contratos. En uno de ellos se especificaba el salario m�nimo que deb�an cobrar, pero en el segundo contrato renunciaban a ello y aceptaban trabajar a rendimiento.
Este a�o, seg�n han denunciado los trabajadores, en los contratos de trabajo se establece que deben recoger un promedio de 90 kilos de ar�ndano rojo, 50 kilos de ar�ndanos o 20 kilos de moras por d�a durante los dos meses que dura la cosecha, para tener derecho al salario m�nimo. Al mismo tiempo los trabajadores tienen que pagarle a la empresa que los recluta por la comida, la vivienda y correr con los gastos de traslado de sus viviendas a los bosques donde se realiza la recolecci�n.
Seg�n c�lculos del sindicato sueco Kommunal de Norrbotten, el salario m�nimo bruto de algo m�s de 17.000 coronas al mes no cubren todos los gastos de los trabajadores extranjeros, aunque trabajen dos meses. Para llegar a Suecia, en pasajes y otros gastos tuvieron que gastar m�s de 20.000 coronas, por lo que no alcanza para que regresen a sus pa�ses con alguna ganancia, coment� Inga Britt Svensson, ombudsman (defensora del pueblo) de la provincia.
Adem�s del conflicto por el salario impago, cuando la polic�a arrest� a los trabajadores que se pusieron violentos con los supervisores, encontr� que los recolectores tambi�n reclamaban por el pago diario de 65 coronas por el alquiler de veh�culos para trasladarse al lugar de la cosecha. Seg�n la polic�a, los veh�culos eran peligrosos y no estaban en condiciones de circular. La empresa que contrat� a los trabajadores se desvincul� del hecho y dijo que los veh�culos hab�an sido vendidos a una empresa que recibe deshechos de automotores.
�Tienen cuatro ruedas, pero no han pasado ning�n control t�cnico ni han pagado impuesto ni patente�, explic� la polic�a.
Sindicato tailand�s denuncia tr�fico de personas
El sindicato tailand�s Migrant Workers Thailand ha estado muy activo en la denuncia de la situaci�n de los trabajadores migrantes y ha presentado el caso de Suecia como ejemplo de la explotaci�n de sus trabajadores.
Alrededor de 5 mil recolectores de ese pa�s llegaron este a�o a Suecia. Ya el pasado a�o se recibieron muchas denuncias por las condiciones de trabajo, y las deudas que acumulan los trabajadores al finalizar la cosecha.
Patchanee Kumnak, del sindicato Migrant Workers Thailand, dijo que pretenden que los gobiernos sueco y tailand�s colaboren para buscar una manera de eliminar los intermediarios en la contrataci�n de recolectores.
Seg�n el sindicato la situaci�n se hizo insostenible cuando los contratos de trabajo comenzaron a ser manejados por traficantes de personas. Antes, recuerdan, los trabajadores viajan con contactos locales, amigos, familiares que ya resid�an en Suecia y los recib�an en sus hogares, facilitando la estad�a. Ahora los recolectores llegan al pa�s contratados por empresas. Por contrato tienen derecho a un salario m�nimo, pero esas empresas les descuentan los gastos de traslado, manutenci�n, vivienda y traslado al lugar de trabajo, por lo que muchas veces en vez de ganar dinero, terminan debiendo.
Actualmente el sindicato tiene presentadas 150 denuncias de trabajadores que han sido enga�ados en casos relacionados con Suecia. Reclama que tanto el gobierno tailand�s como el sueco act�en en esos casos.
El sindicato est� investigando tambi�n las pr�cticas de las empresas reclutadoras de personal para enviar a Suecia y Polonia, ya que pueden caer dentro de la ley tailandesa contra el tr�fico de personas.
El pasado a�os, con una pobre cosecha de ar�ndanos y los altos costos, cientos de trabajadores tailandeses retornaron a sus pa�ses con enormes deudas.
En julio, el sindicato se reuni� con representantes del gobierno tailand�s en una campa�a de denuncias sobre las condiciones de trabajo y en reclamo de que el gobierno controle los mecanismos de reclutamiento de trabajadores.
Por otra parte, un informe de una red que combate el tr�fico de personas (NAT), revel� que en los �ltimos a�os los gastos (pasajes, visa, vivienda, comida, traslados) para los recolectores de bayas extranjeros en Suecia se han duplicado. Tambi�n se ha duplicado el n�mero de trabajadores tailandeses que llegan a trabajar por dos meses, lo que ha aumentado la competencia y empeorado las condiciones de trabajo.
En una carta a la Embajada de Suecia en Tailandia, la red contra el tr�fico de personas (NAT), solicita que el gobierno sueco presione al gobierno de Tailandia para cooperar en el control del tr�fico de trabajadores y combatir a las empresas reclutadoras que no cumplen con los convenios.
Un sector con amplio margen de ganancias
Mientras los trabajadores reclaman no perder dinero, las empresas recolectoras registran ganancias por encima del promedio del resto de la industria alimenticia.
Los grupos dominantes, Polarica y Scandumin, tuvieron ganancias en 2009 de 1.500 millones de coronas (unos 205 millones de d�lares). Una rentabilidad que supera a muchas empresas que cotizan en Bolsa.
Seg�n la informaci�n proporcionada por la empresa Polarica al organismo controlador, de mayo de 2008 a abril del 2009, el volumen de negocios fue de 740 millones de coronas, obteniendo ganancias l�quidas por 46 millones. El a�o anterior el volumen de negocios fue de 734 millones. El margen de beneficio ha sido del 8 por ciento, lo que es bastante alto para las empresas en el rubro de la alimentaci�n. La cadena de supermercados ICA por ejemplo, ha presentado en el primer trimestre de este a�o un beneficio del 2 por ciento, y el otro gigante de la alimentaci�n, Axfood, beneficios del 3 por ciento.
El reparto de capital a los accionistas tambi�n ha sido elevado. En 2009 se repartieron utilidades por el 24 por ciento, y un a�o antes por 34 por ciento, muy superior a muchas empresas que cotizan en Bolsa. Los �ltimos dos a�os la empresa ha repartido ganancias por 20 millones de coronas a sus accionistas. Adem�s del Fondo de Pensi�n Sj�tte AP, las acciones est�n en manos de la familia Letho (con un 80%) y Tommy Innala, su director ejecutivo, posee el 5 por ciento de las acciones.
�Es dif�cil sacar conclusiones a partir de las cifras de facturaci�n ya que var�a mucho cada a�o debido a la variaci�n en las cosechas. El 60 por ciento de nuestra facturaci�n proviene de las bayas, incluyendo las frambuesas de Chile y las fresas de Polonia �, explic� Tommy Innala al diario sueco Svenska Dagbladet.
Polarica comprar bayas a empresas, quienes a su vez reclutan mano de obra a trav�s de otras empresas. Innala sostiene que adem�s hay convenios con los llamados �recolectores libre�, es decir, personas que no est�n vinculados a ninguna empresa de personal.
Otra gran empresa en la industria es el grupo Scandumin, conocido como Nordic Food Group. En el consorcio participan las mayores empresas recolectoras de Suecia, Olle Svensson Partiaff�r, Finner�dja B�r, Fjell-Frys y otras empresas extranjeras. El consorcio inform� el pasado a�o un volumen de negocios por 752 millones de coronas. En s�lo dos a�os la empresa creci� un 90 por ciento, pero en 2009 todo el consorcio present� p�rdidas por 30 millones de coronas debido a la reconversi�n de la subsidiaria Trensum que produce mermeladas y salsas. Nordic Food Group es propiedad de la familia Svensson.
La empresa Olle Svensson Partiaff�r, que integra el consorcio Nordic Food Group, inform� que el volumen de negocio en el 2009 se redujo un 23 por ciento a un total de 276 millones de coronas y con una ganancia de 9,5 millones. En 2008 las cifras hab�an sido un volumen de negocio de 361 millones y ganancias por 40 millones de coronas.
Finner�dja B�r por su parte, creci� en su volumen total de negocio el a�o pasado en un 20 por ciento para alcanzar un total de 87 millones y 3 millones de coronas en ganancias.
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