La Republica 9/5/1999
ESPECIAL.........
Diez años despúes
Por César Hildebrandt
¿Recuerdas al chinito que no quería que el pueblo sufriera y que por eso
estaba decidido a pelear con el Fondo Monetario Internacional?
Hoy el chinito es un peón del Fondo Monetario Internacional y parece importarle poco menos que un rabanito el sufrimiento del pueblo.
¿Recuerdas al chinito que hablaba del poder de los banqueros y la derecha?
Hoy el chinito es un instrumento de los banqueros, a quienes beneficia descaradamente, y un representante de la más vieja derecha.
¿Recuerdas al chinito que asustaba a todo el mundo diciendo que la derecha
quería privatizarlo todo?
Hoy, después de haber vendido a extranjeros la luz eléctrica y los teléfonos, el chinito está vendiendo los puertos, las haciendas azucareras y los aeropuertos.
¿Recuerdas al chinito que hablaba de la agricultura como la gran olvidada?
Hoy el chinito ha abandonado la agricultura y la ha postrado en el peor de los estados.
¿Recuerdas al chinito que hablaba del derecho igualitario de las mujeres?
Pregúntale a Susana Higuchi cómo le fue.
¿Recuerdas al chinito que hablaba de la prensa comprada y manipulada y de
la televisión en manos de oscuros intereses?
Mira a tu alrededor la prensa echada, asustada o lumpenizada por el Servicio Nacional de Inteligencia. Mira lo sucedido con la televisión y con su corte de geishas.
¿Recuerdas al chinito que prometió moralización?
Pregúntale a Vladimiro Montesinos de dónde sacó plata y tiempo para pagar impuestos por 700,000 dólares en 1997.
¿Recuerdas al chinito que hablaba de un poder judicial independiente?
Pregúntale a Baruch Ivcher, ayer su gran aliado, qué tipo de poder judicial tenemos. Pregúntales a los inocentes encarcelados. Pregúntales a los jueces y juezas honestos que fueron removidos de sus cargos por no cumplir órdenes del Servicio Nacional de Inteligencia.
¿Recuerdas al chinito que hablaba de los abusos del poder?
Mira al Congreso servil, al Tribunal Constitucional desmantelado, al Jurado Nacional de Elecciones instrumentado, al Fiscal de la Nación maniatado, a la SUNAT convertida en Gestapo.
¿Recuerdas al chinito que prometió cada día más empleo?
Hoy tenemos 9,7% de desempleo abierto y 45% de desempleo disfrazado de subempleo. Y cientos de miles de empleados han perdido sus derechos, son poco menos que esclavos en el reino de los services y los contratos-basura.
¿Recuerdas al chinito que se hacía fotografiar con viejitos y que hablaba
de la justicia en las pensiones?
Hoy tenemos pensiones de 80 soles mensuales y los servicios de salud pública cada vez más desabastecidos.
¿Recuerdas al chinito que prometió aliviar la situación de la industria
nacional?
Pregúntales a los industriales peruanos en qué situación están y por qué están quebrando más de 400 empresas al año.
¿Recuerdas al chinito que prometió ser fuerte con los grandotes y generoso
con los débiles?
Pregúntate por qué a los bancos quebrados los ayudan con cientos de millones de dólares y por qué el PRONAA amenaza a los comedores populares que no quieren sumarse a la campaña de la re-reelección con cortarles el suministro de leche en polvo.
¿Recuerdas al chinito de la tecnología, la honradez y el trabajo?
La tecnología consiste hoy en hacer que los municipios compren tractores japoneses por valor de 255 millones de dólares. La honradez consiste en irse, con dineros del Estado, de viaje a los Estados Unidos a ayudar a su hijo a que entienda las matemáticas. Y el trabajo se ha reducido a contratos temporales y miserables en centros comerciales que tú no puedes visitar y en grifos que hacen lo que quieren con los precios de la gasolina y el diesel.
¿Recuerdas al chinito que jamás permitiría la concentración del poder y que
promovería siempre el debate?
Mira al Congreso arrodillado e infame que padecemos.
¿Recuerdas al chinito que prometió la mejor educación pública?
Pregúntales a los profesores si pueden comprar libros con lo que ganan y a los rectores intervencionistas de las universidades estatales si tienen dinero para bibliotecas, subsidios a los estudiantes más pobres y laboratorios adecuados. Pregúntales a los sanmarquinos qué pasó con sus almuerzos y a los cantuteños qué ocurrió con el tercio estudiantil.
¿Recuerdas al chinito que juró respetar la Constitución?
Hoy el chinito no respeta ni siquiera la Constitución que él mismo mandó a
hacer a la servidumbre del CCD. Por eso tuvo que perpetrar la interpretación auténtica sustentada por sus mayordomos del actual Congreso. Para reelegirse ilegalmente, no vacila en burlarse de su propia Constitución. Como no vacila en burlarse del Pacto de San José y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
¿Recuerdas al chinito nacionalista y valiente que en 1995 decía que estaba en la Tiwinza recuperada de manos ecuatorianas?
Hoy el chinito ha regalado la Tiwinza que jamás recuperamos, no por falta de coraje sino por falta de armamento adecuado. Y quiere que todos aplaudamos la traición de Tiwinza y la de los enclaves regalados al margen del Protocolo de Río de Janeiro.
Hace diez años
Hace diez años teníamos miedo.
Hoy tenemos más miedo.
Hace diez años la policía no nos protegía.
Hoy la policía nos protege menos.
Hace diez años teníamos terrorismo senderista.
Hoy tenemos terrorismo de Estado. E importamos basura argentina para que
calumnie a la prensa de la oposición.
Hace diez años teníamos hiperinflación.
Hoy no tenemos inflación pero tampoco tenemos empleo.
Hace diez años casi no teníamos reservas internacionales.
Hoy tenemos reservas internacionales pero no sabemos en qué bancos están ni qué intereses perciben ni por qué no se usa una parte de ellas en reactivar la economía. Recién ahora se filtra la información de que se emplearán más de tres mil millones de soles de los fondos de las privatizaciones en la campaña electoral de Fujimori.
Hace diez años teníamos una democracia en crisis.
Hoy tenemos una dictadura en trance de putrefacción.
Hace diez años las diferencias sociales eran agudas.
Hoy las diferencias sociales son de espanto.
Hace diez años éramos un país violento.
Hoy somos un país violento.
Hace diez años éramos un país injusto.
Hoy somos un país más injusto.
Hace diez años éramos un país donde la ley se burlaba.
Hoy somos un país sin leyes ni Estado de Derecho.
Hace diez años se robaba en el Estado.
Hoy se roba más en el Estado.
Hace diez años se empleaban dineros oscuros en campañas oscuras.
Hoy se emplean partidas ilimitadas de dinero negro, proveniente de partidas que no aparecen en el diario oficial, para pagar jueces, periodistas mugrientos y autoridades que se sienten impunes.
Hace diez años asistíamos a la agonía de un modelo.
Hoy asistimos a los estertores de un modelo. Y lo macabro es que el muerto quiere seguir mandando.
Hace diez años el cardenal Landázuri paseaba su vieja bonhomía.
Hoy el obispo Cipriani pasea su flamante cara al sol y dice que mentir es natural. Claro, como pertenece al franquista Opus Dei. Mentir y asesinar, debería haber dicho.
Hace diez años el Perú estaba en crisis.
Hoy no es difícil reconocer a nuestro propio país. Los montesinos, las Chávez, los Faisal, los Fujimori y aun, para mi vergüenza, alguna Hildebrandt y más de un cura Romaña han hecho del Perú esta mafia neblinosa mezcla de opus dei y museo de cera, de hipocresía y fantasmas de La Cantuta, de formalidades abogadiles y manopla en el pasadizo. Este país no es el nuestro. Está siendo eviscerado, desalmado, despojado de todos sus valores.
Es el país con el que soñará una mafia: el de Tiwinza y la cabeza de Mariella Barreto perdida en una ciénaga. El país donde es posible que el presupuesto público sirva para todo, inclusive para el crimen. Y donde es posible que Joy Way exhiba un plan de silenciamiento de la prensa y que ese plan se cumpla de modo inexorable ante la pasividad y el acomodo de los Genaros y los mineros que todo lo aspiran y los chapulines que todo lo deben. Un país que nos han expropiado como si de un Canal de TV se tratara y donde es posible y está sucediendo que la crisis económica se agudice artificialmente para tenernos a todos al borde del miedo, recordando la crisis de Estado de los 90. Porque a más miedo menos audacia, más conservadurismo en el voto. Sobre todo si en la recta final de la campaña
saldrá dinero del sombrero milagroso de Melquiades. Eso lo sabe E. Wong.
Por eso dice lo que dice. Por eso vaticina inminentes tiempos mejores. Por eso es el nuevo gurú. Al fin y al cabo, ¿no somos un supermercado?
Hace diez años teníamos una oposición fuerte que actuaba sin limitaciones.
Hoy tenemos una oposición-archipiélago devorada por el tsunami de los recursos públicos y mordida por los perros. Y los líderes de la oposición siguen soñando con su curul propia, su sigla propia, su logotipo propio, su territorio. Es decir, su gueto propio, su propia soledad aplaudida con vivas de grabación y adulaciones rentadas. Pobres. Parecen vecinos en pijama discutiendo a qué compañía de bomberos llamar mientras la quinta se les
incendia.
Hace diez años se cobraba comisiones por compra de armamento.
Hoy se cobra más comisiones por compra, reposición y reparación de
armamento de guerra.
Hace diez años uno se enteraba por la televisión de algunas de las
fechorías del gobierno.
Hoy uno no se entera de nada viendo TV. La TV es bostezo o arcada, gracias a los Genaros y cía. Y la prensa escrita, con un par de notorias excepciones, está hecha con bajas calorías y parece el blanco perfecto de aquellas ácidas palabras de Vallejo: «tú sufres de una glándula endocrínica»
Hace diez años teníamos esperanza de un cambio.
Hoy esa esperanza, multitudinaria, se ve amenazada porque toda la maquinaria del Estado, la abierta y la encubierta, la financiera y la asesina, la diurna y la de las cloacas del SIN, está al servicio de la perpetuación del régimen.
Hace diez años fuimos a unas elecciones libres.
Hoy vamos a unas elecciones que son en sí mismas un fraude a la voluntad
nacional.
Hace diez años las Fuerzas Armadas eran una reserva moral para casos de
emergencia.
Hoy tenemos dudas al respecto.
Hace diez años el Congreso podía parar al presidente (como en el caso de la
estatización de la banca).
Hoy el Congreso mueve la cola apenas oye el chasquido de los dedos del
presidente. Y ladra y dentellea.
Hace diez años la banca tenía utilidades.
Hoy la banca solicita y obtiene 700 millones de dólares de los recursos públicos. Pardo Mesones vendió su alma y de paso su banco. Picasso no está en la cárcel porque es Picasso. Y los demás, con excepción de los extranjeros, están al borde de la falencia o la intervención. El sueño de García parece cumplido. Lo ha cumplido su socio en los 90'.
Hace diez años el delirante presidente que padecimos dijo que la clase
media debía ser destruida.
Hoy la clase media está siendo destruida.
Hace diez años teníamos miedo de salir a la calle.
Hoy tenemos más miedo de salir a unas calles dominadas por el hampa y
desguarnecidas por una policía que se moviliza en patrulleros que se caen a
pedazos. Por una policía que muchas veces integra las propias bandas de
delincuentes y secuestradores.
Hace diez años la propiedad privada parecía amenazada.
Hoy está amenazada, asustada, secuestrada (como el caso de Canal 2).
Hace diez años el Perú era un país explosivo.
Hoy somos un país explosivo.
Hace diez años éramos una incógnita un tanto chúcara para los Estados Unidos.
Hoy somos peones tristes de los Estados Unidos.
Hace diez años la fuerza sindical era un referente social.
Hoy la fuerza sindical ha sido eliminada.
Hace diez años los sinvergüenzas planteaban en voz baja sus privilegios.
Hoy los convierten en «doctrina nacional» en diarios y emisoras.
Hace diez años los ricos no entendían al país.
Hoy lo gobiernan.
Hace diez años no teníamos clase E.
Hoy inauguramos este nuevo peldaño de la infrahumanidad.
Hace diez años los jóvenes podían ser tentados por Sendero o el MRTA.
¿Se sentirán hoy tentados de adoptar moral e intelectualmente un modelo que destruye empleo y nos devuelve a estadios de exportadores primarios sin derecho a voz ni a voto en el escenario mundial?
Hace diez años la clase política, la partidocracia y el liderazgo parecían ajenos a los intereses populares.
Hoy el gobierno está alejado de los intereses populares. Y como el gobierno ha secuestrado al Estado, es el futuro mismo del país el que está en juego porque la separación del Estado y el pueblo no puede terminar en otra cosa que no sea la violencia. A no ser que nos resignemos a ser vasallos. A perder la ciudadanía real. A obedecer. Y a lamentarnos con voz apenas audible del bien perdido que no supimos conservar.
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Celebrando 10 anos "On Line"..2009
Keep the candle burning
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FORUM TPSIPOL: RED DEMOCRATICA (1998-1999).
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