RELS. PERU-BRASIL : Indígenas amazónicos, motores de la historia: los casos del Perú y Brasil en perspectiva. [1]
Esta imagen de la NASA, de julio del 2000, muestra claramente la Ciudad de Manaos y la convergencia del Río Negro con el Solimões para formar el Río Amazonas…[2] El Rio Solimões… comienza en el Perú…[3]
El profesor José «Pepe» Barletti, estudioso de la Amazonía peruana, después de los acontecimientos de Bagua por correo electrónico me hizo tres preguntas el día 15 de junio del 2009 las que, después de varios meses y muchas reflexiones, fueron respondidas y enviadas por e – mail. Fueron hechas porque soy peruano, vivo en Brasil y hace años investigo la Amazonía (como Región Sudamericana) y el Pacífico Latinoamericano. Lo que aquí se presenta tiene que tomarse como lo que son: «respuestas en forma de ensayo» construidas siguiendo el principio metodológico de «larga duración» del historiador Ferdinand Braudel. Las preguntas de Pepe, por su cortedad y concisión, parecen simples pero en verdad son incisivas y complejas que, para ser respondidas plenamente, tendría que hacerse investigación seria que no he hecho. Por su carácter de meras respuestas ellas usan, no de forma sistemática, alguna parafernalia académica (citas, etc). Las preguntas, por su carácter de haber sido hechas de forma amical y con la informalidad que permite la correspondencia por e-mail, no constituyen un cuerpo orgánico y cada una de ellas podría haber sido respondida por separado. Pero tienen como hilo conductor los acontecimientos de Bagua y por eso fueron respondidas en conjunto y también porque, tanto para las preguntas como para las respuestas, esos acontecimientos están presentes permanentemente como telón de fondo. 1. ¿En las colonias de España en América el fenómeno de la esclavización de la gente en los siglos XVI y XVII fue igual al de en la Amazonía portuguesa? Como introducción a los temas de esta pregunta vale decir que por problemas de extensión en este artículo la respuesta que sigue es la única que fue mantenida en su totalidad. Igualmente importa esclarecer que en este caso «gente» significa población indígena o nativa. Y también que desde el inicio de la colonización de la Amazonía se estableció una diferencia en el tratamiento dado a la «gente» por los conquistadores portugueses y españoles. En el Brasil colonial la esclavitud indígena fue «legal» mientras que en las colonias de España, por ejemplo, en el Virreinato Peruano fue «ilegal» pues la forma normal de explotación del trabajo fue la Mita. 1.1. Portugal y la esclavitud. Es difícil entender la esclavitud moderna (S. XVI al XIX) como sistema mundial sin entender el papel desempeñado por Portugal (en el Siglo XVI una potencia mundial). Probablemente fue el primero en Europa de la era moderna en practicar sistemáticamente la esclavitud a partir de sus colonias africanas, especialmente de Angola (conquistada después de 1480). La esclavitud moderna fue transformada en actividad económica «normal y esencial» del formidable Imperio Portugués, en el proceso de su construcción transcontinental (tenía colonias en África: Angola, El Cabo –parte de Sudáfrica actual– Mozambique, etc.; en Asia: India; y en América: Brasil). En el Brasil colonial, Portugal aplicó casi desde el inicio de la colonización, ese sistema en la población indígena que encontró [4] debido, en parte, a que ya tenía acumulada su experiencia africana. Para los portugueses la esclavización indígena fue secundaria comparada con la de africanos. Esta última fue transformada por Portugal en pieza importante del naciente sistema capitalista mundial. Esos africanos serían esenciales para integrar el Brasil colonial al mercado de dicho sistema (y Portugal, aliado principalmente de británicos, no se limitaría a sus colonias sino que inundaría América con esclavos). Es a partir de la necesidad por explotar el Brasil colonial se inició la esclavitud moderna como sistema internacional (más o menos desde los 1530). Y eso dejará una marca profunda en el Brasil, tanto que cuando se independiza en 1822, será como «Imperio Esclavista». También será el último país de Occidente en abolir la esclavitud (1889). Esclavitud e imperio dejarán sus marcas hasta hoy. Regresando al Brasil colonial. Es con la producción de azúcar que este se integrará a la economía mundial. Con ella, conforme aumenta la escala de su producción, números cada vez más grandes de esclavos eran necesarios. Como la historia enseña, entonces no era posible la producción de azúcar sin esclavos africanos (para ese tipo de agricultura, de «plantación», por razones que se mencionarán después, no servía la «gente» que Portugal encontró en el Brasil). Portugal entró en el negocio del azúcar porque, infelizmente, recién a mediados del S. XVIII en el Brasil se encontraría el oro que desesperadamente buscó por siglos[5] (así apareció en la historia Minas Gerais - Minas Generales), pero a pesar de que encontró mucho de este preciso mineral, jamás fue en las cantidades encontradas en las colonias españolas. 1.2. Portugal generaliza la esclavitud. Portugal, en base a sus colonias de África y América, generalizó la esclavitud moderna. Portugal terminó «especializándose» en esclavitud porque los territorios del Brasil colonial que conquistó (los que le correspondieron en la «división del mundo» realizada con España, la otra gran potencia del período hasta el Siglo XVII, por el Tratado de Tordesillas de 1494), eran pobres en metales preciosos (lo más buscado por los colonizadores europeos), pero inmensos para producir azúcar. 1.3. España. En metales preciosos, lo contrario de Portugal ocurrió con España. En sus territorios coloniales americanos encontró cantidades fabulosas de esos recursos, las más grandes hasta entonces de la historia humana, especialmente en el virreinato peruano[6]. Eso explica en parte porque la esclavitud no fue una importante «empresa» para España. Portugal, en la división internacional del negocio de la esclavitud o «negrero», se encargó de «cazar y vender» esclavos normalmente a británicos. Estos últimos, además de comprarlos in situ africano, los «transportaban» en sus barcos hasta las colonias españolas en América quedándose, de esa forma, con la parte del «león» del negocio. Así, España participó en el negocio negrero «comprando» de británicos (además de a franceses y holandeses), los esclavos africanos que necesitaba. La otra razón principal por la cual España participó relativamente poco en ese terrible negocio, fue porque la mano de obra que necesitaba la obtenía casi totalmente de la Mita de indígenas que «no costaba nada». Algunas formas de Mita, como la minera, fueron peores que la esclavitud. Por razones que sólo tangencialmente se explicarán aquí, la Mita casi no pudo imponerse a poblaciones que, al momento de ser conquistadas, vivían como nómades y recolectores (la mayoría de los indígenas amazónicos). La Mita se impuso con relativa facilidad en poblaciones urbanas que ya estaban acostumbradas a «horarios no naturales»[7] (gran parte de la población de las altamente desarrolladas, para el período del Mundo, sociedades Inca y Azteca). Forma parecida ocurrió con poblaciones que ya practicaban la agricultura como actividad económica esencial (que los había acostumbrado a los mencionados «horarios no naturales») Para lo que interesa aquí son especialmente importantes los habitantes del Antisuyo. Ese gran suyo inca probablemente estaba habitado por «gente» como los Ashaninkas que ya eran agricultores de agricultura extensiva (en el gigantesco Antisuyo vivían también, como hasta hoy, otros pueblos nómades y recolectores) Los españoles también impusieron la Mita Minera en los territorios que, antes de la conquista, habían formado parte del Antisuyo (que, en la actualidad, conforman gran parte de la Amazonía peruana). Pero para «suerte» de esa región, por no ser muy rica en metales preciosos, la generalizaron de forma muy limitada: así la Mita Minera allí casi no existió. Eso ayuda a explicar que «números relativamente altos de indígenas amazónicos sobrevivieran a la conquista, comparados con los bajísimos números (absolutos y relativos) de sobrevivientes indígenas costeños y andinos (en ese orden)». Esa hipótesis fue explorada en un artículo escrito el 2008[9]. 1.1. La esclavitud indígena en el Brasil colonial. En el Brasil colonial la esclavitud indígena fue una realidad impuesta porque los portugueses tenían experiencia en ese asunto y porque creían que ella transformaría a la «gente» que encontraron, mayoría de recolectores y nómades, en trabajadores agrícolas. Según el mencionado texto de Caio Prado: esa «gente» resistió huyendo cada vez más lejos y así, para cazarlos y esclavizarlos, fue generándose el fenómeno de los bandeirantes, que penetraron cada vez más en el interior persiguiendo a «sus indios». Como el Estado portugués para proclamar sus fronteras usó el principio del Utis Possidetis, la persecución de «sus indios»" (que huían a partir de los territorios obtenidos por el Tratado de Tordesillas) les permitía expandir sus fronteras[10]. Y la expansión fue transformándose en sistemática porque los portugueses locamente querían llegar a los territorios del virreinato peruano, muy rico en metales preciosos. Pero para llegar a esos tesoros tenían que cruzar la gigantesca Amazonía hasta llegar al lugar donde estaban localizados, en los Andes. Debido a que casi no había metales preciosos en la Amazonía (solo en los ríos y en pepitas, asunto casi despreciado por los españoles ya que se obtenía poquísimo comparado con lo fácil y las enormes cantidades conseguidas en las minas de la sierra, con trabajo gratuito de mitayos principalmente andinos), los españoles no le dieron gran importancia a esa región. Los portugueses sí le dieron importancia pues sólo a través de la Amazonía podía llegarse a la deseada sierra (en el camino buscaban oro en los ríos o garimpabam, lo que hasta hoy es actividad de millares de lavadores de oro o garimpeiros en el Brasil). Consiguieron llegar a la sierra pero, cuando lo hicieron (varios bandeirantes llegaron al más grande complejo minero de la América colonial: Potosí-Huancavelica) 1.2. Población indígena amazónica del Perú y Brasil: de la colonia hasta hoy. Aquí el análisis se limitará a comparaciones para demostrar que «la esclavitud indígena en la Amazonía del Brasil colonial fue peor que la Mita de la Amazonía del virreinato peruano». Para Denevan[12], en los territorios bajos de América del Sur al momento de la conquista vivían aproximadamente 8 millones de «gentes». Por territorios bajos entiéndase principalmente la gran llanura amazónica. Si para el período colonial se asumen las mismas proporciones de hoy (más del 60% de la cuenca amazónica es brasileña, ver el Anexo, columna 04) y si se asume también una distribución de la población proporcional a ella, entonces «la Amazonía brasileña al momento de la conquista habría tenido más de 5 millones de gentes». Haciendo el mismo cálculo con el Perú, poseedor de aproximadamente el 15% de la cuenca amazónica, «la población amazónica peruana al momento de la conquista habría sido de un millón y 200 mil gentes». Pero, en la actualidad (ver Anexo, columnas 07, 08 y 09), el total de la población indígena de toda la cuenca amazónica es de 935mil (menos del 12% de la que existía al momento de la conquista). De esta, la brasileña es de 213 mil o 22.75% de la población amazónica total (ocupando el segundo lugar en números absolutos). La peruana es la primera en números absolutos con 300 mil o 32% de la población indígena de la cuenca amazónica. Los datos hablan por sí mismos. La Amazonía peruana es más o menos un cuarto de la Amazonía brasileña, pero su población indígena es casi 50% más grande. El asunto es peor observando la densidad o población relativa (gente por kilómetro cuadrado - km²). Brasil tiene 0.05 indígenas por km² (ocupando de lejos, el último lugar entre los países que comparten la Cuenca Amazónica[13]), el Perú, con 0.31 nativos por km² ocupa el cuarto lugar. La densidad peruana de 0.31 es muy baja pero es casi 7 veces más grande que la brasileña. De ello se deduce que si en el Perú fue muy malo el trato dado a la «gente» (lo que explica sus pequeños números), en el Brasil fue terrible pues sus números, absolutos y especialmente relativos, son bajísimos. También en el Perú el número de sociedades nativas amazónicas es bastante menor (probablemente 40) que en el Brasil (probablemente 70)[14]. Eso, junto a los números anteriores explican por qué la población de las sociedades nativas peruanas normalmente se cuenta por centenas, millares y, por lo menos en el caso de los Ashaninkas que viven en el Perú (una pequeña parte vive en Brasil), por decenas de millares (a pesar del terrible impacto en ellos de Sendero Luminoso y de la guerra interna). En Brasil sus poblaciones indígenas amazónicas se cuentan por decenas, centenas y excepcionalmente millares. Aquí solo es posible decir que, comparado con los otros países amazónicos y especialmente en números absolutos, la situación peruana es de ventaja. Y más todavía si se agrega que, por lo menos hasta dónde este autor conoce, en toda la cuenca amazónica no hay una población que tenga números más grandes que la de los Ashaninkas peruanos. Concluyendo: los números dicen que sin esclavitud es imposible entender la debilidad actual de la población indígena amazónica brasileña. Y esos mismos números, junto a su historia, gritan que la población indígena amazónica peruana está «condenada a liderar los movimientos que impacten la cuenca amazónica en su conjunto». 2. El desmatamento [15]de la Amazonía brasileña en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva : ¿no tiene conflictos? Por razones de espacio se eliminó partes de esta respuesta que será más escueta también porque respondiendo a la primera ya se respondió a partes de ésta. Así, de partida ya es posible decir que en el Brasil de Lula (2003 hasta hoy), como en todo el período que el autor más o menos conoce (desde la dictadura militar: 1964-85), la destrucción de bosques usando cualquier medio (especialmente el fuego), es atroz. 2.1. Desmatamento amazónico principalmente en el Perú y Brasil. Brasil entre 1990 y 1995, anualmente desmató 25,544 km2[16] y el Perú 2,168 km2[17]. Siendo la Amazonía peruana cuatro veces más chica que la Amazonía brasileña (Ver Anexo, columnas 03 y 04), para tener el mismo ritmo de destrucción de la segunda en la primera, tendría que haberse desmatado anualmente 8,200 kms2 . De ello se deduce que el trato dado a la Amazonía peruana era malo y el de la Amazonía Brasileña, pésima. Peor era el trato a la Amazonía del Ecuador, donde por año se desmataba 1,890 km2[18]. La extensión de la Amazonía ecuatoriana, de 133 mil kilómetros cuadrados (ver Anexo, columnas 03 y 04), es aproximadamente 7 veces menor que la Amazonía peruana y 28 veces menor que la brasileña. Al ritmo de destrucción de la Amazonía ecuatoriana, la peruana tendría que destruir casi 13 mil km2 por año, y la brasileña mas de 50 mil. Aquí no se harán comparaciones con los otros países amazónicos, pero de hacerse, se concluiría que mucho peores que el Perú y peores que el Brasil, eran Bolivia, Venezuela y Colombia.)[19] Las cifras son absolutas y rankean a 40 países, los peores del Mundo. Allí, primero esta Brasil con 25.544 km2, tercero Bolivia con 5,814 km2, quinto Venezuela con 5,034 km2, decimocuarto Colombia con 2,622 km2, decimosexto Perú con 2,168 km2, decimosétimo Ecuador con 1890 km2 (aquí se menciona los países que interesan a la respuesta). Allí mismo hay otra lista, Fatest forest depletion - % average anual decrease in forested area, 1990-95 (Los más rápidos destruyendo florestas - % anual de disminución del área de florestas, 1990-95). La lista es de los peores en términos relativos o de porcentaje, incluyendo 31 países: Ecuador en el decimonoveno lugar con una destrucción anual del 1.6% del total de sus bosques nacionales y Bolivia en el lugar veintiocho con 1.2%; no aparecen Brasil, Perú, ni ninguno de los otros países amazónicos. Tomando en cuenta todas las cifras mencionadas, puede concluirse que entre 1990-95, «de toda la cuenca amazónica, la peruana era la menos desmatada y la brasileña la más desmatada en términos absolutos pero no relativos». El autor no conoce datos de fuentes serias que permitirían hacer comparaciones hasta hoy. Los más recientes son de The Economist para el período 2000-2005[20]. En ese texto figura el ranking Biggest lost of forested land. Average annual change 2000-05, hectares 000 (Las más grandes pérdidas de territorios forestales. Promedio anual, 2000-05 en miles de hectáreas). Para poder comparar en términos absolutos se transformaron los miles de hectáreas en km2 . En ese ranking de los 28 países peores del mundo, primero esta Brasil con una pérdida anual de 31,000 km2; décimo, Venezuela con 2,880 km2; undécimo, Bolivia con 2,700 km2; decimoquinto Ecuador con 1,980 km2; no aparecen Colombia ni Perú. En ese texto también está la lista Biggest lost of forested land. Average annual change 2000-05, % (Las más grandes pérdidas de territorios forestales. Promedio anual, 2000-05 en %). Es el ranking de posiciones relativas de los 27 peores países del mundo: en el décimo sétimo está Ecuador y ningún otro país amazónico. De una rápida comparación de este período con el periodo anterior, puede concluirse que Ecuador es un caso dramático y que el Brasil empeoró. La situación de los otros países amazónicos es menos peor, especialmente la del Perú. Importa subrayar que ese empeoramiento del Brasil es ya en pleno gobierno de Lula (tres años de su gobierno), cuando era Ministra de Medio Ambiente Marina Silva. La «mejoría» del Perú fue cuando Alejandro Toledo era presidente y no Alan García. Detengámonos ahora en los números absolutos del Brasil. Los números del período 1990-95, más de 25 mil km2 de bosques destruidos por año, dicen que anualmente Brasil destruía territorios que son más grandes que algunos países (por ejemplo El Salvador, 21mil km2[21]). A ese ritmo, en 10 años quemaría más de una Gran Bretaña (cuyo tamaño es de 243mil Km2 [22]). Y es triste mostrar que ese número empeoró en el período 2000-05: 31 mil kilómetros cuadrados por año. A ese ritmo en 10 años Brasil quemaría mas de una Italia (de 301mil km2[23]). Relacionado con eso, vale decir que la información oficial brasileña no siempre es confiable. Una investigadora después de consultar varias fuentes brasileñas, dice: «En relación al desmatamento de la Amazonía [brasileña], los datos divulgados son constantemente conflictivos. Según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE) del Brasil, que se basan en informaciones colectadas vía satélite, el área ya desmatada de esa Amazonía fue de 587,700 kms2 (quinientos ochentaisiete mil setecientos kilómetros cuadrados) hasta el año 2000... »[24]
Ese arrasamiento de territorios de la Amazonía brasileña equivale a casi la Península Ibérica (España, 505 mil km2 y Portugal, 89 mil km2[25]) o más de la mitad de la Amazonía del Perú (de 968 mil km2, ver Anexo, columna 03), que por extensión, es el segundo país amazónico. Esos números brasileños significan impactos dentro del Brasil (en muchas partes de su amazonía, por ejemplo en el Acre, la desertificació 2.2. El desmatamento ¿no tiene conflictos?. Esa deforestación en el Brasil genera protestas pero difícilmente conflictos. O sea, nada equivalente al volumen e impacto que asuntos similares generaron en el Perú en junio del 2009. La prensa internacional informó que ese junio movimientos iniciados y dinamizados por comunidades nativas contra la política del Gobierno de Alan García (que no respetaba la ley que establece que esas comunidades tienen que ser consultadas previamente por el Gobierno respecto a la realización de cualquier proyecto en sus territorios históricos), fueron generalizándose e impactando el conjunto de la sociedad amazónica peruana y finalmente la nacional. Y uno de sus resultados fue que obligó al Presidente a parar y revisar parte de sus políticas amazónicas. Algo parecido en el Brasil es impensable. Primero, por la fragilidad de su movimiento indígena. De la respuesta a la pregunta uno es posible colegir que en el Brasil la población indígena amazónica es muy pequeña y distribuida en un inmenso espacio resultando así que su número, en cualquier lugar de ese gigantesco país, es chiquito. A ello se agregan las enormes distancias que tornan muy difícil la organización del movimiento indígena. También los debilita que hasta hoy los indígenas brasileños no son «ciudadanos plenos» y, caso deseen serlo, «pierden su status de indígenas». Estos tienen un status especial parecido al de los niños que no son responsables por ser menores de edad. Por eso, para protegerlos, existe una institución estatal, la FUNAI (Fundación del Indio), hecha para evitar abusos, darles educación, cuidados médicos etc. y claro, para controlarlos. Por ejemplo, un indígena no puede salir de su territorio sin permiso de la FUNAI. En segundo, el Estado es todopoderoso en el Brasil (aquí solo es posible decir que eso es debido a que su clase dominante jamás tuvo su poder realmente desafiado y mucho menos derrotado) y así no permite concesiones que puedan disminuir su poder interventor en nombre del interés nacional. Tercero, el gobierno actual de Lula (formado por su Partido de los Trabajadores - PT, en alianza con partidos de izquierda, centro y derecha), tiene un poder enorme, especialmente para cooptar los movimientos sociales. Esto ha sido facilitado por el origen del PT, vinculado a los movimientos obrero y sociales contestatarios, que le permite cooptar y canalizar cualquier el descontento por causes que no cuestionen su poder y el de sus aliados. Concluyendo: la realidad actual demuestra que es difícil imaginar que las políticas amazónicas del Brasil, cambien por obra de sus movimientos indígenas. 3. ¿Es correcto afirmar que los gobiernos y grupos de poder en el Perú se han mirado, en cada momento, en el espejo de Brasil para definir lo que se tenía que hacer en la Amazonía peruana?. La respuesta, que fue hecha en varias páginas (suficientes para otro artículo), permitió arribar a la breve conclusión siguiente: históricamente felizmente no. Pero es claro que en el gobierno actual de Alan García hay sectores (tanto del gobierno como de la clase dominante) que piensan e imaginan la respuesta contraria. Pero eso es resultado de desconocimiento mezclado, como se dice en inglés, con wishful thinking (meros deseos). La historia de las clases dominantes de ambos países muestra que ellas son muy diferentes. Así, en el caso del Perú, ella sabe que tiene límite pues fue derrotada varias veces: por ejemplo la actual no es la misma que la de antes de Velasco Alvarado y esa no era la misma que la que apareció después de la Guerra del Pacífico, etc. En el Brasil, ella sabe que no tiene límites: jamás derrotada, cambió para seguir siendo igual, mandando siempre. ANEXO. La Amazonía: región sudamericana compartida. Extensión y población[26].
Leyenda Columna 01 – Nombre del País. Columna 02 – Superficie en miles de km2. . Columna 03 – Amazonías Nacionales en miles de km2. Columna 04 – Amazonías Nacionales/Total Amazónico. Columna 05 - 03/02 Columna 06 – Amazonías Nacionales./ Columna 09 - 07/03
Enrique Amayo Zevallos, Ph.D. Profesor de Historia Económica y Estudios Internacionales Latinoamericanos. Fundador y Coordinador del "Núcleo de Pesquisas sobre o Pacífico e a Amazônia – NPPA", Universidad del Estado de São Paulo – UNESP, Brasil. Site: http://www.observap [1] Artículo para el libro PERU – HOY – Desco, Centro de Estudios de Promoción y Desarrollo, Lima, 2010 (ha publicarse en agosto 2010). [2]Guía Geográfico - Brasil - Mapas do Brasil: http://www.brasil- [3] http//pt.wikipedia. [4] Prado Jr., Caio. Formação do Brasil Contemporâneo. São Paulo: Editora Brasiliense, 1996. [5] Buarque de Holanda, Sergio. Visão do Paraíso: Os motivos edênicos no descobrimento e colonização do Brasil. São Paulo: Editora J. Olympio, 1959. Historiador esencial del Brasil que desarrolla la idea de la gran importancia del Perú colonial para la construcción del Brasil colonial: en y desde su colonia, Portugal buscó desesperadamente oro –ampliando así sus fronteras–, para repetir el éxito de España explotando su colonia peruana (entonces máximo símbolo de riqueza mundial). [6] Gerbi, Antonello. Il Mito del Peru. Milán: Franco Angeli Saggi di Storia, 1988. [7] Los horarios naturales eran determinados esencialmente por la luz del sol (día y noche) al contrario de los no-naturales que fueron impuestos artificialmente por el Ser Humano como consecuencia de su creciente conciencia sobre la forma más adecuada para obtener de la naturaleza (buscando el mejor momento para regar, el mejor período para regar, etc.) bienes para satisfacer sus crecientes necesidades proceso que terminaría inventando los relojes (Inti-Huatanas, etc.) parte del interminable proyecto humano de controlar el tiempo. [8] Se está haciendo referencia al sentido que le da José María Arguedas en su novela clásica El Zorro de Arriba y el zorro de abajo que, como es sabido, se inspiró en el mito de esos zorros mencionado brevemente en el capítulo 5 de: Dioses y Hombres de Huarochirí. Lima: Universidad Antonio Ruiz de Montoya, 2007. [9] Amayo Zevallos, Enrique. «Caballitos de Totora y sus usos. Otra historia». En: Wilfredo Kapsoli Escudero, ed. Mapa Cultural y Educación en el Perú. Tomo III. Lima: Asamblea Nacional de Rectores, (en prensa). [10] Carneiro da Cunha, Manuela. «Introdução a uma históriA indígena». En: Manuela Cameiro da Cunha, ed. História dos Índios no Brasil. São Paulo: Companhia das Letras, 1998. [11] V. Amayo Zevallos, E. "La Amazonía y el Pacífico en LA JANGADA de Julio Verne: una visión eurocéntrica". AMAZONIA PERUANA . No. 27, dezembro 2000, pp. 11-60. [12] Denevan, William.M. «The Aboriginal Population in Amazonia». En: The Native Population of the Americas in 1492. William M. Denevan, ed. Madison: The University of Wisconsin Press, 1976. [13] Ellos son: Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela. También la Guyana Francesa pero es una colonia, razón por la cual los países amazónicos independientes no la aceptaron como miembro del Tratado de Cooperación Amazónica (TCA). [14] Las cifras pueden ser incorrectas pues no fue posible consultar fuentes. Llévese en cuenta también que el autor no es antropólogo ni investigador especializado en la realidad indígena amazónica. [15] El autor de las preguntas aquí usó la palabra portuguesa desmatamento que significa: destrucción de bosques. [16] The Economist. The Economist Pocket World in Figures, 2001 Edition. Londres: Economist Books, 2000: 92. Obsérvese que las cifras son de totales nacionales pero se asume que casi todo ese desmatamento se da en la Amazonía. [17] Ib. [18] Ib. [19] Ib. [20] The Economist. The Economist Pocket World in Figures, 2007 Edition. Londres: Economist Books, 2008:106. [21] Ibíd. [22] Ibíd. [23] Ibíd. [24] Moreira Margarido, Helena. A Atuação do Brasil no Regime Internacional de Mudanças Climáticas de 1995 a 2004. Tesis de maestría del Programa de Postgrado en Relaciones Internacionales San Tiago Dantas São Paulo: Universidade Estadual Paulista «Júlio de Mesquita Filho» (UNESP), Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP) y Pontificia Universidades Católica de Sao Pãulo (PUC-SP), 2009. Y aquí seria bueno preguntar: ¿serán confiables las cifras oficiales del Perú y de los otros países amazónicos? .Este autor, historiador profesional, sabe bien lo pernicioso que son todas las historias oficiales. Por eso desconfía también de las cifras oficiales y más de las peruanas de este periodo evidentes en el Perro del Hortelano del Presidente Alan García. [25] The Economist. The Economist Pocket World in Figures, 2001 Edition. Londres: Economist Books, 2000. [26] Cuadro construido por el autor consultando lo siguiente: Tratado de Cooperación Amazónica(TCA) |
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