Tuesday, April 12, 2011

[RED DEMOCRATICA] No 177, Literatura y superstición

 


¡¡¡ 75.000 lectores semanales !!!

Descripción: ConfabulacionInternet

 

DIRECTOR: IVÁN BELTRÁN CASTILLO. EDITORES: GONZALO MÁRQUEZ CRISTO, AMPARO OSORIO. COMITÉ EDITORIAL: Mauricio Contreras, Rafael Ortega Lleras, Marcos Fabián Herrera, Fabio Jurado Valencia, Olga Sanmartín. CONFABULADORES: Óscar Collazos, Jotamario Arbeláez, Maldoror, Chócolo, Fabio Martínez, Freddy González, Gustavo Tatis Guerra, José Chalarca, Sergio Trujillo Béjar, Germán Villamizar, Argemiro Menco Mendoza, Carlos Fajardo, Guillermo Bustamante Zamudio, Hernando Guerra Tovar, Profesor Martínez Guerrero. EN EL EXTERIOR: Alfredo Fressia (Brasil); Antonio Correa, Iván Oñate (Ecuador); Marco Antonio Campos, José Ángel Leyva (México); Luis Alejandro Contreras, Benito Mieses, Hermes Vargas (Venezuela); Renato Sandoval (Perú); Efer Arocha, Jorge Torres, Jorge Nájar, Eduardo García Aguilar (Francia); Marta L. Canfield, Gabriel Impaglione (Italia); Luis Bravo (Uruguay); Armando Rodríguez Ballesteros (Costa Rica).

Si desea cancelar esta suscripción gratuita por favor responda este mensaje a

Con-Fabulación con el asunto "retiro"

 

Memoria de Aprendiz

de Yirama Castaño

Descripción: Yirama-Castaño-Guiza

Foto de Carlos Duque

De esta poeta nacida en Socorro, Santander, que ha construido durante dos décadas uno de los universos más significativos y personales de la poesía colombiana, entregamos para nuestros lectores una breve muestra de su poemario Memoria de aprendiz publicado por la Colección Los Conjurados, que se presentará el sábado 7 de mayo en la Feria Internacional del Libro de Bogotá a las 2 pm, en el salón José María Vargas Vila.

Periodista y editora, ha publicado los libros: Naufragio de luna (1990), Jardín de sombras (1994), El sueño de la otra (1997). Participó en la creación de la Fundación Común Presencia. Sus poemas han sido traducidos y publicados en numerosos medios de Colombia y el exterior.

 

RUMOR DEL VALLE

                                  

Para Karin Kuhfeldt

 

Cuando comencé a viajar,

no pude resistir la tentación de parar

en la estación equivocada.

Pequeño pueblo de bombilla en la escalera,

habitar cualquiera de tus casas era bailar

en una ronda de gaitas y tambores.

No importaba la lengua arenosa,

ni el calor colándose en la pared de la cocina.

Bastaban eso sí los olores de la tierra,

la lentitud descalza en el centro de la plaza.

Nadie tenía nombre

            y sin embargo todos se llamaban.

Las mujeres pintaban sus labios

en punto de las seis

y los hombres aplastaban fichas

en medio de los gritos y la fiesta.

Pero un día llegaron los falsos monjes

a pintar con aerosoles

agujeros negros en tu cielo.

Pequeño pueblo,

ahora que vuelvo con el camino despejado,

ahora que la brújula señala el norte sin equívoco

hay algo que no entiendo,

todos callan

y una fila de cantadoras

con velas en las manos

alumbran la marcha

que aleja a los niños

de la prometida tierra.

 

 

EL CÍRCULO DE SALOMÉ

El viento silba su nombre.

Y no es de noche.

Sólo es un día que sigue al otro.

Y está de vuelta.

No es esta la calle.

No es esta la casa.

La puerta no abre con la misma llave.

Sin embargo, es el mismo paisaje que se mueve,

el otro país,

        la otra ciudad,

                        los de siempre.

Y un cuerpo extraño al lecho,

y una cabeza en medio del bautizo

y ese silencio que se lleva el río.

 

Literatura y superstición

Descripción: jose_luis_diazgranados

Por José Luis Díaz-Granados*

Es posible que la mayoría de las criaturas humanas alimenten en lo profundo de su ser alguna superstición, pero quizás por su extrema sensibilidad o por su familiaridad con las diversas dimensiones de la realidad ficticia, sean los artistas quienes se vean más dominados por las rarezas y extravagancias de su propia mente.

Hay escritores que suelen confesar estas pequeñas o grandes manías. Otros no, pero son descubiertos por quienes los rodean. Cuentan que a Víctor Hugo le traía buena suerte el escribir en las madrugadas mientras era contemplado desde la habitación contigua por su joven y bella esposa.

Para escribir sus novelas, Alejandro Dumas, padre, necesitaba tener a su disposición un cerro de papeles en blanco, un frasco de tinta negra destapado y la pluma con la cual llenaba luego docenas de cuartillas, concentrado y silencioso. Su gata, entretanto, dormitaba sobre el escritorio a un lado de los papeles. Pero cuando el autor de El conde de Montecristo hacía una pausa y suspendía la novela para escribir una carta a alguna novia secreta, la gata hacía un exquisito ademán felino y regaba sobre la misiva el contenido del tintero.

Gustavo Flaubert buscaba siempre vivir en una habitación con cinco ventanas y en un piso alto. "Hacia cualquier lado que dirija la mirada, decía, sólo veo el cielo universal".

Dante Alighieri sentía verdadera obsesión por el número 3, comenzando por su propia vida, que comprende tres etapas fundamentales: la de carácter cortés y trovadoresco, la de su "dolce stil nuovo" y la de activa participación política que lo lleva al destierro. Escribe su monumental Commedia en tres partes, en las que narra un fosforescente viaje por los tres reinos de ultratumba, integrado por tercetos que al final de cada canto suman siempre múltiplos de tres. El portentoso poema está inundado de simbologías y alusiones religiosas a la cabalística cifra.

En el catálogo de los escritores supersticiosos es infaltable Gabriel García Márquez, pues él mismo ha declarado en múltiples ocasiones sus adicciones y sus desapegos. Por ejemplo, Gabo cree a pies puntillas que hay personas, objetos y actitudes que producen "pava" (o mala suerte, en Venezuela y Colombia). Si alguien nombra a una persona "pavosa" se daña la reunión. Objetos y ademanes "pavosos", según el fabulista de Macondo, son las flores artificiales, las plumas del pavorreal, las estudiantinas, los trajes de frac, fumar mientras se está desnudo y hacer el amor con las medias puestas.

Por su parte, el novelista venezolano Rómulo Gallegos, perfeccionista obsesivo, podía repetir veinte veces una misma página si en una de ellas tenía lugar un error mecanográfico.

James Joyce dictaba en Trieste clases de inglés a una elegante dama italiana, lo cual le proporcionaba ingresos económicos que le aliviaban su penosa situación familiar. Sin embargo, una tarde la señora suspendió las lecciones cuando descubrió que al término de ellas, el escritor bajaba las escaleras deslizándose por el pasamanos.

Joyce no sólo tenía esas manías inofensivas de niño: también solía usar anillos en todos los dedos de sus manos para conjurar el infortunio y estaba convencido que los griegos le traían buena suerte.

Al respecto, siempre trataba de conocer gente de Grecia y sin que éstos se dieran cuenta, les extraía vivencias y aventuras que luego él recreaba en sus narraciones. Y bueno, su Ulises es la epopeya homérica trasladada a Dublín y acontecida en dieciséis horas. Este libro le cambió radicalmente su vida, y por supuesto, la suerte.

Nunca ha podido saberse por qué Jonathan Swift, el celebrado autor de Los viajes de Gulliver, gustaba vestir totalmente de negro el día de su cumpleaños, ni por qué quienes han intentado escribir una biografía de Honorato de Balzac han muerto antes de concluirla.

Hay escritores que sólo cumplen con su vocación los lunes, miércoles y viernes; otros lo hacen los martes, jueves y sábados. Otros, sólo publican libros en años pares (o impares). Borges contaba de un autor mendocino cuyos personajes tenían nombres de seis letras, como Oulopo, etc. Y otros que escriben sólo usando la vocal a o alguna otra.

Juan Ramón Jiménez confesaba que odiaba las consonantes x y g y se dio el lujo de confundir a los académicos y a los puristas publicando libros como Poemas mágicos y dolientes y Segunda Antolojía. Si en alguna publicación el corrector les colocaba la ortografía, el hipersensible autor de Platero y yo se recluía durante varios días en su estancia privada temeroso de que algo malo le pudiese ocurrir.

En fin, son manías y fantasmas personalísimos que nadie hasta el momento ha podido explicar a cabalidad. Lo importante en este caso no es la superstición sino el fruto literario. Si tener frente a sí una rosa amarilla cada mañana al comenzar a escribir, trae buena suerte, bienvenida sea. Seguramente hay hombres y mujeres que han querido escribir y no han descubierto aún qué talismán es el que estimula el noble oficio y entonces, como el personaje de Melville, se han quedado con todos los fantasmas ocultos y en lugar de escribir "han preferido no hacerlo" y seguramente no lo harán jamás.

*Escritor colombiano

 

Un habitante del séptimo cielo

Descripción: Un Habitante del séptimo cielo

 

Fue en abril de 1988 que Fabio Martínez lanzó en la ciudad de Bogotá su primera novela Un habitante del séptimo cielo (Ulrika Editores). Fabio acababa de desembarcar de París donde había sido músico de Metro. La novela provocó enseguida una cascada de elogios y tuvo el privilegio de obtener una Mención Especial en la Beca "Ernesto Sabato". Hoy, después de veintitrés años el Programa Editorial de la Universidad del Valle en co-edición con la revista Vericuetos de París que dirige Efer Arocha y con la traducción de Yves Moñino, sale de nuevo al lector, en una bella edición bilingüe.

Ignacio Ramírez Pinzón dijo en su momento, sobre la novela: "Hoy, tiempo después de publicada Un habitante del séptimo cielo se defiende de tal manera que es habitual que en los encuentros literarios a los cuales asisten los escritores colombianos, tanto en el país como en el exterior, alguien haga referencia a ella para ilustrar la vida de los artistas latinoamericanos en Europa; y resulta igualmente común que casi todos la conozcan y la comenten. Esa es la repercusión que se espera de un libro".

Este título será lanzado en Bogotá en el marco de la Feria Internacional del libro, el  martes 10 de mayo a las 4 P.M. Salón Tomás Carrasquilla y en París en el mes de mayo en la Casa de América Latina.

 

 

Con-fabulador clásico

El adorable O. HENRY

Descripción: o-henry

Su nombre verdadero era William Sidney Porter pero la historia de la literatura,  su patria secreta y el oasis que le salvara de la aridez y la rudeza de una vida infestada de trágicos accidentes, quiere recordarlo con el nombre de un gato, un pequeño persa que habitaba un vetusto y muy sajón caserón neoyorkino.  En efecto, este maestro del relato corto tomó su seudónimo de plácida mascota felina.

O. Henry nació en Carolina del norte el 11 de septiembre de 1862, lo que parece significativo, tomando en cuenta que se trata de la misma fecha de la caída de Salvador Allende en Chile y –lo que es más curioso si recordamos que la Gran Manzana fue el escenario de sus mejores ficciones- y también de los apocalípticos hechos de las Torres gemelas.

Fue escritor pero también farmaceuta y banquero. Tuvo una vida aciaga, a la que pretendió engañar o soliviantar mediante el consumo insensato de whisky: fue modesto trabajador en algunas fábricas y grandes bodegas de su estado, fungió como  trazador de planos de la General Land Ofice y terminó convertido en uno de los casi autómatas cajeros del Firs National Bank, donde se le señaló dramáticamente como malversador de fondos, lo que le llevó a la cárcel por algo más de cuatro años. Además, la primera de las dos hijas que trajo al mundo murió muy niña y su primera esposa lo abandonó a los dos años.

El periodismo y el relato breve fueron quizá la compensación a todos aquellos desastres. Fundó una revista –hecho también curioso- con un nombre que profetizaba grandes eventos culturales norteamericanos: The Rolling Stones. Escribía para mantenerse y llegó a ser una de las estrellas semanales del New York Wold.

Sus cuentos, que durante mucho tiempo estuvieron desperdigados en revistas, periódicos y pequeños volúmenes de escasa circulación, hoy se encuentran juiciosamente compilados en dos tomos. Allí encontramos esa prestidigitación extrema, esa finura en el retrato de seres insignificantes pero singularísimos, esa gracia y esa desbordada imaginación que le convirtieron en el gran maestro, reconocido por artistas de la talla de Salinger, Hemigway, Flanery, Oconors, John Fante, Jack Kerouack o el malogrado Raymond Carver.

Murió de cirrosis en junio de 1910 llevando apenas diez centavos de dólar en el bolsillo y en su nombre se creó el premio O Henry, ganado por muchas de las hoy luminarias de la literatura norteamericana. El siguiente cuento fue vindicado por Jorge Luis Borges como una pieza perfecta.    

 

EL SUEÑO

La psicología vacila cuando intenta explicar las aventuras de nuestro mayor inmaterial en sus andanzas por la región del sueño, "gemelo de la muerte". Este relato no quiere ser explicativo: se limitará a registrar el sueño de Murray. Una de las fases más enigmáticas de esa vigilia del sueño, es que acontecimientos que parecen abarcar meses o años, ocurren en minutos o instantes.

Murray aguardaba en su celda de condenado a muerte. Un foco eléctrico en el cielo raso del comedor iluminaba su mesa. En una hoja de papel blanco una hormiga corría de un lado a otro y Murray le bloqueaba el camino con un sobre. La electrocutación tendría lugar a las nueve de la noche. Murray sonrió ante la agitación del más sabio de los insectos.

En el pabellón había siete condenados a muerte. Desde que estaba ahí, tres habían sido conducidos: uno, enloquecido y peleando como un lobo en una trampa; otro, no menos loco, ofrendando al cielo una hipócrita devoción; el tercero, un cobarde, se desmayó y tuvieron que amarrarlo a una tabla. Se preguntó cómo responderían por él su corazón, sus piernas y su cara; porque ésta era su noche. Pensó que ya casi serían las nueve.

Del otro lado del corredor, en la celda de enfrente, estaba encerrado Carpani, el siciliano que había matado a su novia y a los dos agentes que fueron a arrestarlo. Muchas veces, de celda a celda, habían jugado a las damas, gritando cada uno la jugada a su contrincante invisible.

La gran voz retumbante, de indestructible calidad musical, llamó:

-Y, señor Murray, ¿cómo se siente? ¿Bien?

-Muy bien, Carpani -dijo Murray serenamente, dejando que la hormiga se posara en el sobre y depositándola con suavidad en el piso de piedra.

-Así me gusta, señor Murray. Hombres como nosotros tenemos que saber morir como hombres. La semana que viene es mi turno. Así me gusta. Recuerde, señor Murray, yo gané el último partido de damas. Quizás volvamos a jugar otra vez.

La estoica broma de Carpani, seguida por una carcajada ensordecedora, más bien alentó a Murray; es verdad que a Carpani le quedaba todavía una semana de vida.

Los encarcelados oyeron el ruido seco de los cerrojos al abrirse la puerta en el extremo del corredor. Tres hombres avanzaron hasta la celda de Murray y la abrieron. Dos eran guardias; el otro era Frank -no, eso era antes- ahora se llamaba el reverendo Francisco Winston, amigo y vecino de sus años de miseria.

-Logré que me dejaran reemplazar al capellán de la cárcel -dijo, al estrechar la mano de Murray.

En la mano izquierda tenía una pequeña biblia entreabierta.

Murray sonrió levemente y arregló unos libros y una lapicera en la mesa. Hubiera querido hablar, pero no sabía qué decir. Los presos llamaban la Calle del Limbo a este pabellón de veintitrés metros de longitud y nueve de ancho. El guardia habitual de la Calle del Limbo, un hombre inmenso, rudo y bondadoso, sacó del bolsillo un porrón de whisky, y se lo ofreció a Murray diciendo:

-Es costumbre, usted sabe. Todos lo toman para darse ánimo. No hay peligro de que se envicien.

Murray bebió profundamente.

-Así me gusta -dijo el guardia-. Un buen calmante y todo saldrá bien.

Salieron al corredor y los siete condenados lo supieron. La Calle del Limbo es un mundo fuera del mundo y si le falta alguno de los sentidos, lo reemplaza con otro. Todos los condenados sabían que eran casi las nueve, y que Murray iría a su silla a las nueve. Hay también, en las muchas calles del Limbo, una jerarquía del crimen. El hombre que mata abiertamente, en la pasión de la pelea, menosprecia a la rata humana, a la araña y a la serpiente. Por eso sólo tres saludaron abiertamente a Murray cuando se alejó por el corredor, entre los guardias: Carpani y Marvin, que al intentar una evasión habían matado a un guardia, y Bassett, el ladrón que tuvo que matar porque un inspector, en un tren, no quiso levantar las manos. Los otros cuatro guardaban humilde silencio.

Murray se maravillaba de su propia serenidad y casi indiferencia. En el cuarto de las ejecuciones había unos veinte hombres, entre empleados de la cárcel, periodistas y curiosos que…

 

Nota del Editor

Aquí, en medio de una frase, "El sueño" quedó interrumpido por la muerte del autor O. Henry. Se conoce, sin embargo, el final:

Murray, acusado y convicto del asesinato de su esposa, enfrentaba su destino con inexplicable serenidad. Lo conducen a la silla eléctrica, lo atan. De pronto, la cámara, los espectadores, los preparativos de la ejecución, le parecen irreales. Piensa que es víctima de un error espantoso. ¿Por qué lo han sujetado a esa silla? ¿Qué ha hecho? ¿Qué crimen ha cometido? Se despierta: a su lado están su mujer y su hijo. Comprende que el asesinato, el proceso, la sentencia de muerte, la silla eléctrica, son parte de un sueño. Aún trémulo, besa en la frente a su mujer. En ese momento, lo electrocutan.

La ejecución interrumpe el sueño de Murray.

 

CARTAS DE LOS LECTORES

 

CON-FABULACIÓN INFORMA: que en el artículo "Réplica a Chalarca" de Enrique Vélez Piedrahíta publicado la semana anterior, por un problema virtual no aparece la firma en una quinta parte de los envíos de nuestro periódico, por lo cual pedimos disculpas al autor y a los con-fabulados que advirtieron la carencia de autoría en ese texto polémico.

***

DEL ARTE DE LA EDICIÓN. Señor director: ¿Por qué han escogido ustedes como caballito de batalla el odio y la repulsa contra la novela? Por lo menos eso trató de hacer el escritor y ahora famoso panfletista José Chalarca. ¿Es que está de moda en la actualidad –sobre todo entre poetas insulares y demagogos universitarios– despotricar contra el castillo resplandeciente que construyeron con sus plumas Sthendal y Flaubert, Balzac y Víctor Hugo, Proust y Céline, Malraux y Primo Levi? Lo que dice la novela, su territorio de indagaciones, ni remplaza ni mejora ni empobrece ni engrandece a los otros géneros como la poesía, el ensayo o la crónica. Sencillamente ocupa su casilla, su necesaria casilla… es decir, hace un trabajo y aporta lo suyo al gran edificio de la  imaginación. La novela es entonces el género que debe subirse al cuadrilátero en la gran pelea que se escenifica en el mundo práctico. Los otros géneros están en banca rota. Recomiendo a todos estos equívocos soñadores que quieren cuestionar ahora el arte de narrar y el arte de editar narraciones que lean los precisos y esclarecedores ensayos que al respecto ha escrito Alessandro Barricco, a la vez exquisito novelista y dueño de Adelphi, la más poderosa y elegante editorial de Italia. Julián de Campos, Madrid, España.

***

EL SUPER SHOW DE LA INFAMIA. Confabuladores: Tal vez fue el gran Lipovetski, pensador travieso y de una agudeza sutil, quién habló hace unas décadas de la sociedad del espectáculo.  Definía y delataba en aquel discurso a la postmodernidad, tiempo devorado por la virtualidad, donde todos se arrodillan como vasallos mendicantes a la parte engañosa y superficial de los accidentes que escenifica el mundo. Todo, merced a esta operación, se convierte en farsa, melodrama, opereta… es como si un ácido disolvente y corrosivo se abatiera sobre las cosas, los seres y los hechos y los transmigrara en fantasmagorías coloridas. Puro espectáculo, teatro de guignol. Digo esto, observando el montaje casi farandulesco en que ha terminado la gran estafa de los hermanitos Nule, banda siniestra de bribones incapaces de sentir piedad o consideración por sus semejanzas y que dibuja perfectamente la mentalidad al uso de los aspirantes a capitalistas caníbales. Pues bien, su arribo a Colombia, supuestamente para restañar las monstruosidades cometidas, se volvió parte de la información del espectáculo y es transmitida, cual folletín, en capítulos diarios de curtido histrionismo. ¡Terminarán siendo parte del circo de las vanidades, comiendo y bebiendo felices en Andrés Carne de Res, haciendo nuevas pilatunas y gozando del caudal de sus billones después de haber lavado su nombre. ¡Qué carajo, lo importante es el show¡ Andrés Hidalgo, Manizales.

***

LA LUCIDEZ DE SANDRA. Con-fabulados, mediante esta misiva quiero abrazar estrechamente a su gran colaboradora del número anterior Sandra Morales, quien mejor que cualquier periodista convencional nos transmitió con frescura, hondura y novedad, lo que está ocurriendo en la debilitada Japón. Y lo hizo sirviéndose de la obra del gran Kenzaburo Oé, uno de los narradores y artistas más sublimes de Oriente. Bien por Sandra. Sebastián Andrade, Bogotá

***

¡Por la defensa de la prensa libre en Colombia!

Con-fabulación es un periódico virtual que se publica semanalmente y se despacha a 75.000 lectores. Las opiniones expresadas en este medio son responsabilidad exclusiva de los columnistas y periodistas. Todos los textos pueden reproducirse citando la fuente. Si usted comulga con nuestra tarea, envíe este periódico a sus amigos, o mándenos las direcciones que considere pertinentes: ¡contribuya a la con-fabulación!

Si usted no desea seguir recibiendo este periódico por favor enviar un mensaje de retiro a este mismo correo

Grandes entrevistas de Común Presencia

De la Colección Los Conjurados

Reportajes con: E.M. Cioran, Octavio Paz, Roberto Juarroz, Jean Baudrillard, Salvador Elizondo, Juan García Ponce, António Ramos Rosa, Eugenio Montejo, Juan Goytisolo, Olga Orozco, Jorge Luis Borges, Lawrence Durrell, Roger Munier, Carlos Fuentes, Casimiro de Brito, Mario Vargas Llosa, Bernard Noël, Fernando del Paso, Alfredo Silva Estrada, Álvaro Mutis, Franco Volpi, Hans Magnus Enzensberger, Ernesto Sabato, Antonio Gamoneda y José Saramago.

Cómprelo también en Amazon.com

 

 

 




__._,_.___
Recent Activity:
Red Democratica 10 years "On line" (1998-2008)!
Http://reddemocratica.blogspot.com
Boletin Diario :
Http://reddemocratica01.blogspot.com
Foro Debate :
Http://groups.yahoo.com/group/eleccion

Ahora en FACEBOOK : Red Democratica

Http://www.caretas.com.pe/2000/1631/articulos/protesta.phtml
Http://www.caretas.com.pe/2000/1612/articulos/debate.phtml

Celebrando 10 anos "On Line"..2009

Keep the candle burning

I have a dream
http://www.stanford.edu/group/King/about_king/interactiveFrame.htm

FORUM TPSIPOL: RED DEMOCRATICA (1998-1999).
Informacion : Http://tpsipol.home-page.org

Para enviar un message , enviar a: eleccion@yahoogroups.com
Para suscribirse al Forum , enviar un mensaje a : eleccion-subscribe@yahoogroups.com
Para salir del Forum, enviar un mensaje en blanco : eleccion-unsubscribe@yahoogroups.com
.

__,_._,___

No comments:

Post a Comment