Periodistas que imaginan | | La creación de teorías conspiratorias acudiendo a la ficción y no a las normas periodísticas es una tentación en la que caen muchos autores y medios informativos. Quizá logren que suba la audiencia en programas de radio y televisión, o que el redactor incremente su número de seguidores en Twitter y Facebook. Pero no es periodismo. El debate sobre el tema es necesario. | | Por José Pérez-Espino Monday, 11 de April de 2011 ¿Es válido imaginar en periodismo? ¿Es ético inventar algo para hacer verosímil una historia o su narración más fluida? Las preguntas pueden parecer capciosas, sonar a broma y resultar hasta ofensivas para un periodista profesional o para un editor. En la práctica, sin embargo, la creación de teorías conspiratorias acudiendo a la ficción y no a las normas periodísticas es una tentación en la que caen muchos autores y medios informativos. Agregar datos falsos o que no están comprobados ni son comprobables puede hacer más atractiva una historia, pero es cometer fraude. Como estrategia de marketing puede ser efectivo y aumentar ventas de libros o de periódicos. Quizá logre que suba la audiencia en programas de radio y televisión, o que el autor incremente su número de seguidores en Twitter y Facebook. Pero no es periodismo. Durante años, bastantes autores inventaron historias sobre la existencia de asesinos seriales en Ciudad Juárez (o "serial killers"), de traficantes de órganos que mataban mujeres, o de productores clandestinos que realizaban videos snuff. Todavía hay quien escribe que una sola persona ha asesinado a cientos de mujeres, que todas las víctimas fueron violadas, mutiladas y sus cadáveres arrojados al desierto. En realidad, se ha documentado la existencia de cientos de sociópatas, además de decenas de casos de violencia intrafamiliar y crímenes de pandillas. La realidad social en la frontera es más grave de lo que puedan imaginarse quienes han recurrido a la ficción para explicarla. La mayoría prefirió inventar en vez de utilizar las herramientas que ofrece el periodismo de investigación y de precisión para narrar un fenómeno de descomposición que tiene origen en factores múltiples. Y mientras que algunos periodistas y escritores del DF imaginaban las más terribles teorías conspiratorias para publicar libros y reportajes de portada (en vez de reportear), en sus narices estaba ocurriendo el mismo fenómeno de violencia de género. En el Estado de México, 922 mujeres fueron víctimas de homicidio entre 2005 y 2010. Y, en Ciudad de México, tan sólo en 2010 fueron asesinadas 107 mujeres. No obstante, la cobertura mediática es desigual respecto al trato dado a Ciudad Juárez. ¿Quién se quiere horrorizar con la situación de violencia contra las mujeres en el centro del país? Si no se habla del tema en los medios, el tema no existe. Ahora está de moda inventar historias relacionadas con los grupos criminales que se disputan el control del tráfico y venta ilegal de narcóticos en las distintas regiones del país. Se publican libros que se anuncian como investigaciones periodísticas pero que adolecen de un mínimo rigor periodístico y resultan ser, en muchos de los casos, filtraciones de servidores públicos desleales interesados en perjudicar a otros. Crear estereotipos, imaginar conspiraciones y construir mitos en relación a la violencia criminal no ayuda en esclarecer lo que está sucediendo en el país. Hacerlo distrae la atención de las verdaderas problemáticas locales y contribuye a generar confusión para que la paz se aleje de las zonas bajo control de los grupos criminales. El tema de la imaginación en el periodismo es muy delicado y en pocas ocasiones se discute públicamente. Me parece saludable que el Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana lo haga en esta semana, en Ciudad de México, con un seminario en el que se incluye una mesa sobre "propuestas para una cobertura responsable del narcotráfico". El temario se desahogará del 12 al 15 de abril (incluye temas como los de violencia, medios y cobertura responsable del narcotráfico; la imaginación en el periodismo y el caso de Arcadi Espada; el fin de los periódicos y el futuro del periodismo a partir de los mitos y realidades de internet, entre otros). El programa no tiene precedentes, en el contexto de la situación inédita que vive el país a causa de la violencia criminal. Se anunció en un momento en el que dueños de empresas de medios, directivos, periodistas, académicos y una parte de la sociedad sostienen un debate sobre el futuro del periodismo y el contenido responsable de los programas informativos, tras la definición de criterios editoriales por los diarios Noroeste y El Universal y el "Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia". El caso Arcadi Espada El seminario incluye la participación del periodista español Arcadi Espada y del escritor Javier Cercas, quienes protagonizan una polémica sobre el uso de la ficción en el periodismo. Su debate público ha llamado la atención de académicos, periodistas y escritores. Cercas (Caceres, 1962) ha publicado en El País que en ciertas ocasiones el periódico puede albergar artículos en los que "no todo lo que se cuenta responde a la verdad de los hechos" y defendió a Francisco Rico, un miembro de la Real Academia Española, quien para oponerse a la Ley Antitabaco escribió que él no fumaba (aunque en España es público que él es un fumador empedernido). Según publicó El País, el autor de La velocidad de la luz (Tusquets, 2005) y Anatomía de un instante (Mondadori, 2009), dijo en defensa del uso de la ficción en periodismo: "Si aceptamos que la historia es, como dice Raymond Carr, un ensayo de comprensión imaginativa del pasado, quizá debamos aceptar también que el periodismo es un ensayo de comprensión imaginativa del presente. La palabra clave es 'imaginativa'. La ciencia no es una mera acumulación de datos, sino una interpretación de los datos; del mismo modo, el periodismo no es una mera acumulación de hechos sino una interpretación de los hechos. Y toda interpretación exige imaginación". En respuesta, el periodista Arcadi Espada (Barcelona, 1957) publicó en El Mundo una columna en la que afirma que el escritor Javier Cercas había sido detenido durante una redada contra una red de prostitución y daba detalles del operativo. La noticia, sin embargo, era falsa, pero se ha entendido que la difundió como una forma de poner en entredicho la defensa que Cercas hace de la imaginación. Espada es autor de varios libros sobre el oficio periodístico en la era digital, como Periodismo práctico (Espasa, 2008) y fungió como editor de El fin de los periódicos (Duomo, 2009). Su trayectoria hace aún más trascendente la polémica. Si la realidad nos muestra historias que ningún escritor ha imaginado, entonces, ¿para qué inventar? ------------- José Pérez-Espino en Twitter:@perezespino |
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