Labour & Labor
Hasta mediados de este año los partidos laboristas del Reino Unido (Labour) y de Australia (Labor) venían gobernando a estos dos países. Tanto en las elecciones británicas del 6 de mayo como en las australianas del 22 de agosto el laborismo quedó segundo en las urnas ante los conservadores y, por primera vez desde la II guerra mundial, se llegó a un parlamento sin que ninguna fuerza tenga una mayoría absoluta.
En ambos comicios los verdes lograron su mayor victoria parlamentaria al conseguir su primer asiento. Sin embargo, solo en Australia los ecologistas y algunos pocos independientes de derecha podrían tener el poder de decidir quién será el nuevo primer ministro, algo que aún faltan días en resolverse. En Reino Unido los demo-liberales, que tradicionalmente estaban más cercanos a los laboristas, optaron por coaligarse con sus rivales 'tories' dando inicio desde el 11 de mayo al primer gobierno conservador-demoliberal de la historia.
En el inglés británico la palabra 'labour' (trabajo) tiene una serie de significados que no es igualable a la de otro idioma. Puede implicar un parto o un movimiento laborista.
Inglaterra también ha parido un tipo de partido (el laborismo o Labour) que se mantiene en la mayor parte de los países que hoy tienen como su jefa de estado a su reina Elizabeth II. En el inglés australiano, al igual que en el de EEUU, en las palabras que acaban en 'our' (como 'Colour' o color) se economiza la letra 'u'.
Los laboristas son una peculiaridad de los países encabezados por la corona de Londres. Estos representan el polo centroizquierdista que se alterna el poder en Reino Unido, Australia y Nueva Zelandia. En Jamaica se ha invertido el carácter ideológico de los partidos nacionalista y laborista, siendo el primero el de izquierda y el segundo el de la derecha. En Canadá la socialdemocracia se nomina Nueva Democracia.
Australia y Canadá son las dos dependencias mayores de la monarquía inglesa. Ambas están entre los países de mayor área del mundo y también los menos poblados. La primera es la única nación en la cual Elizabeth II ejerció su poder constitucional de remover a un primer ministro electo (el laborista Edward Whitlam en 1975).
El laborismo, pese a haber chocado con la monarquía, se ha mantenido leal a ésta. Algo que distingue a los laboristas del reinado de Elizabeth II del resto de la socialdemocracia mundial es que, aparte de ese rasgo, éstos fueron creados por los sindicatos y porque nunca han tenido una escisión o un ala marxista o comunista significativas.
En Reino Unido y Australia los laboristas no llevaron como sus líderes a quienes les habían llevado al poder (Tony Blair en 1997 y Kevin Rudd en 1007). Blair fue remplazado por Gordon Brown dos años antes de los comicios y Rudd por Julia Gillard dos meses antes.
Estas renovaciones no evitaron el deterioro de ambos partidos, los cuales perdieron peso por haberse desligado de sus políticas tradicionales. Los británicos por haber invadido Iraq y los australianos por no haber sido consistentes con sus propuestas ecologistas.
¿Es el bicentenario de América Latina?
Uno de los acontecimientos más importantes que han venido celebrando 5 de las 6 repúblicas hispanas más pobladas es el 200 aniversario de sus independencias. Las festividades por el bicentenario de Venezuela, Argentina, Colombia, México y Chile se han convertido en eventos centrales para sus nacionales y para sus diásporas en el exterior. Esta cadena de festividades fue iniciada en el 2009 por Ecuador y Bolivia y será continuada por Paraguay en el 2011.
El bicentenario, empero, es algo no tan sentido en Perú, quien llegó a ser desde el siglo XVI hasta mediados del XVIII el mayor virreinato americano, y en las 5 naciones que crearon la federación centroamericana (Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala) debido a que ellas deberán esperar 11 años más hasta conmemorar la independencia que lograron en 1821.
Sin embargo, para casi la mitad de los latinoamericanos la celebración de los bicentenarios de la conformación de sus repúblicas deberá esperar muchas décadas aún más.
Los 3 Estados hispanos de las grandes Antillas tienen su propia historia. Cuba y Puerto Rico son los únicos dos países americanos que estuvieron más de 5 siglos en manos españolas. Estuvieron entre las primeras islas a las que llegaron los conquistadores y recién en 1898 éstas dejaron de ser colonias de Madrid para convertirse en dependencias de Washington. Si bien Cuba luego se independizó, Puerto Rico aún hoy es un Estado asociado de los EEUU.
Los dominicanos conformaron parte de Haití, la cual en 1804 se escindió de Francia. Sin embargo, la república dominicana tuvo varias épocas en las que se independizó y luego fue capturada por los haitianos, los españoles o los estadounidenses.
Panamá y Uruguay también tienen sus peculiaridades. La primera fue parte de la Gran Colombia de Bolívar pero luego en 1903 se separa de Bogotá por presión de EEUU. La segunda fue una provincia que los imperios español y portugués se disputaban y cuya independencia se dio, no contra una potencia europea, sino contra el rey del Brasil en 1825-28.
La república del Brasil recién se creó pocos días antes de 1890. El gigante que concentra a media Sudamérica fue la única colonia portuguesa de occidente y solo los holandeses (pero nunca España) se atrevieron a crear ciudades en su centro.
Mientras que en Hispanoamérica hubo brutales guerras para liberarse de España y luego para desmembrarse en múltiples repúblicas, Brasil se mantuvo unido y bajo una corona regentada por una rama de la misma familia real portuguesa. Esta decidió separarse de Lisboa en 1822 para crear su propio imperio que duraría casi 6 décadas.
En cuanto a los países de habla francesa, Haití ya celebró su bicentenario hace 6 años. Sin embargo, su revolución de esclavos libertarios de 1804 quedó aislada y el resto de los 5 países francófonos de América del sur y del archipiélago de las pequeñas Antillas que está sobre su costa norte siguen siendo dependencias ultramarinas de la república francesa.
Lo mismo pasa con Aruba y las Antillas holandesas quienes son técnicamente parte de América Latina pues la mayoría de su población habla el español/portugués o su derivado el papiamento.
En cuanto al Caribe de habla inglesa la independencia recién empezó a gestarse hace medio siglo y aún hay muchas islas que siguen bajo la corona de Elizabeth II.
Lo más correcto es señalar que los bicentenarios se refieren a Hispano América, pues la Latinoamérica francesa tuvo su primera independencia en 1804 y aún la mayoría de ésta sigue bajo dominio galo, mientras que la Latinoamérica portuguesa recién se escindiría de Lisboa en 1822.
También se puede hablar del bicentenario de la formación de Iberoamérica pues hasta hace dos siglos el mundo de habla castellana y portuguesa estaba regido por dos capitales europeas.
Tras la invasión napoleónica a la península ibérica en 1808 España y Portugal, por primera y única vez en su historia desde que se crearon como estados, fueron invadidos por una potencia externa a Iberia. Esto generó una guerra de independencia y también a la reconstitución del mundo de habla ibera poniendo en pie de igualdad a América con Iberia y abriendo las puertas para la creación de la actual comunidad iberoamericana de naciones.
Europa corre al oeste
Hace dos décadas Europa corrió aún más hacia el occidente. No se trató de un movimiento geológico de las placas tectónicas sino de uno de carácter social, político y económico.
Tras que en 1989 cayó el muro de Berlín, y dos años después la Unión Soviética, se produjo un colosal desplazamiento social de todo el continente hacia el oeste.
Los países que hasta entonces estaban clasificados como parte del bloque socialista de Europa oriental se fueron tornando capitalistas y empezaron a ser re-categorizados como Europa central. Todos los antiguos aliados de Moscú en el Pacto de Varsovia más las 3 antiguas republicas soviéticas del Báltico se fueron integrando a la Unión Europea y a la OTAN.
Los alemanes del este se tornaron tan alemanes como los del oeste y los polacos, húngaros, checos, eslovacos, rumanos y búlgaros se occidentalizaron, abolieron el sistema de partido único comunista (que monopolizaba el poder y una economía estatizada y planificada) para adaptar la economía de mercado, la democracia multipartidaria y el parlamento común europeo.
Este corrimiento hacia el oeste también afectó a Rusia quien abrazó el capitalismo y se distanció también del viejo sistema socializante que pasó a ser patrimonio central de los países del Asia oriental como China, Vietnam o Corea del Norte.
Sin embargo, hay otro desplazamiento hacia el oeste al cual no se le da la misma importancia. Se trata del de la península más occidental de Europa: la ibérica.
Desde antes de la II Guerra Mundial hasta mediados de los 1970s España y Portugal fueron las últimas dictaduras europeas emparentadas al fascismo. Una década después que éstas inician su transición democrática y que Portugal se libra de todas sus colonias, Iberia entra a lo que será la Unión Europea.
Media década después de ello esa misma península decide crear una nueva comunidad de naciones con sus antiguas dependencias americanas corriéndose así más hacia el oeste.
1991 no es solo el año de la caída de la URSS sino también el de la primera de las 19 cumbres iberoamericanas. En éstas los dos mayores concurrentes han sido el rey de España y Fidel Castro.
Para Cuba el bloque iberoamericano fue una de las grandes jugadas diplomáticas que le salvó del aislamiento internacional luego del desplome de su mentor soviético y de que el resto de las Américas adoptaba el consenso liberal de Washington.
Gracias a ello Cuba se fue reintegrando a su hemisferio y concitando un acercamiento a la Unión Europea. La comunidad iberoamericana, igualmente, permitió, que América Latina vaya renegociando su fuerte dependencia ante EEUU para iniciar desde 1999 las cumbres bianuales con la Unión Europea y el Caribe.
España y Portugal al correrse más hacia el oeste volvieron a reconstruir los lazos con los países donde reside más del 90% de quienes hablan sus lenguas nativas y pudieron sacar ventaja de ser los intermediarios entre el principal bloque económico (la UE) y el principal mercado emergente (América Latina) de Occidente.
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