Por: Cecilia Rosales Ferreyros
Martes 3 de Agosto del 2010
Los 56 embajadores peruanos que el Perú ha logrado desplegar en casi la tercera parte de los países del mundo iniciaron ayer un seminario de cuatro días denominado Retos y Metas de la Diplomacia Peruana Rumbo al 2021.
La cita reunió por segundo año consecutivo a diplomáticos de carrera que han servido a todos los gobiernos de turno. ¿La presencia de los cercanos al fujimorismo y al toledismo en puestos claves en la cancillería implica una reconciliación en Torre Tagle?, se le preguntó al canciller José Antonio García Belaunde. "Son básica y fundamentalmente servidores públicos. Sirven al Estado y son evaluados en función del compromiso que tienen con su país. Yo no los juzgo por sus orientaciones políticas. No voy a hacer con ninguno de ellos lo que se me hizo a mí durante muchos años", dijo el ministro a propósito de la exclusión que sufrió en el fujimorismo. "He hecho todo lo posible para que sea un ambiente sin excluidos. Ojalá que eso signifique una reconciliación [...] es lo que más quisiera", comentó.
Pero la cita que se inició ayer tiene propósitos más relevantes que remover algunos sinsabores institucionales del pasado.
Se trata de establecer —con la participación de todos los embajadores en el exterior— los retos a corto plazo (pensando en la transición al nuevo gobierno) y a largo plazo (el bicentenario en el 2021).
Estas metas parten de una premisa que explicó ayer el canciller al inaugurar el encuentro: "La política exterior del Perú está basada en el principio de integración [...] con un criterio muy pragmático: Si la vieja receta de integración tipo Grupo Andino no funciona, entonces trabajamos integración bilateral porque ahí hay comunes denominadores más fuertes que en grupos más grandes".
Recordó que los años 60 y 70 fue el de los grandes proyectos regionales. "Parece que en el siglo XXI eso va a tener que esperar y más bien funciona la vía bilateral. Trabajemos esa vía". En esta línea de trabajo resumió las favorables metas alcanzadas con Ecuador, Colombia y Brasil, así como los acercamiento con Bolivia y la decisión de mantener las cuerdas separadas con Chile. Con Venezuela también se han superado divergencias y con los otros países de América del Sur existe una buena relación.
Con una vecindad cada vez más tranquila, la cancillería se abocará en estos meses a enfrentar básicamente dos retos: avanzar en el proyecto del Protocolo de Paz y Seguridad para crear un clima más transparente y de menos preocupación en la región y concretar el acercamiento al Golfo Pérsico con el objetivo de atraer capitales de esos países. Para ello, se abrirán tres nuevas embajadas: Arabia Saudí, Qatar y Kuwait.
El otro reto es hacia el 2021: "Aspiramos a que el Perú sea un país cuyos estándares de vida sean los equivalentes a algunos países europeos [...]. Tener una clara identidad de país emergente, que se desarrolla estable y con relaciones muy intensas bilaterales y multilaterales". ¿Cómo harán los diplomáticos de carrera para cumplir esos retos? Es justamente lo que debatirán en estos días en Lima.
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