Por medio de la presente les hacemos llegar un interesante artículo de opinión del Dr. Eddie Cóndor Chuquiruna, Coordinador del Area de Gobernalidad Democrática de la Comisión Andina de Juristas sobre el tema que viene concitando la opinión pública en estos días, El conflicto en Cajamarca y la revuelta social por la minería
PERÚ: CONFLICTO MINERO EN CAJAMARCA -
UNA SUSPENSIÓN SENSATA
Eddie Cóndor Chuquiruna
El proyecto Conga nos había planteado el dilema entre el oro y el agua. El Presidente Humala convirtió el dilema en una conciliación. Lo cierto es que para que se pueda hablar de tal conciliación, se requiere estudios serios de impacto ambiental. Mientras que Yanacocha concibe sus propios estudios sin generar confianza en las poblaciones locales, el Ministerio del Medio Ambiente infiere vacíos e inconsistencias en la salvaguarda ambiental de la empresa minera. Lo sensato es que un tercero, con las herramientas necesarias, elabore un informe que sea creíble y que los mecanismos para preservar el agua y evitar la contaminación del ecosistema sean reales y viables.
En medio de tal incertidumbre y entre posiciones radicales de ambos lados, lo prudente era que el Gobierno reclamara la suspensión del proyecto. Al decir verdad, la suspensión permite ganar calma y tiempo y convocar a estudios serios que nos adviertan de los riesgos y las posibilidades de la explotación. Se debe recordar que existen derechos difusos, pero fundamentales, al fin y al cabo, que demandan una actividad económica que no dañe la vida humana y su entorno. Pero, por otro lado, existen beneficios indiscutibles que ofrece la minería, como es el ingreso de divisas, el crecimiento, la recaudación estatal que facilita la inclusión social. Entonces, existe un conflicto entre bienes apreciables que llaman a una tregua. La suspensión del proyecto permite, precisamente, esa tregua.
La suspensión permitirá bajar las tensiones y reflexionar sobre las consecuencias de la explotación. Asimismo, se podrán examinar con serenidad los impactos medioambientales. Sin embargo, el radicalismo de algunos grupos impide que el paro finalice, pues lo que se quiere no es una simple suspensión sino una cancelación definitiva. Los dirigentes cajamarquinos manifiestan, por eso, que el paro regional no cesará y hasta invitan a una organización y movilización social mayor. Los movilizados pretenden un decreto del presidente Humala que declare inviable el proyecto minero Conga. Los frentes han asumido una guerra maximalista que pondría en jaque la autoridad presidencial. Si el Presidente cede, es probable que todas las explotaciones potenciales en cuenca (el 60%) fracasen y que el Perú se estanque en sus posibilidades de explotar el oro y, peor aún, en el contexto de una crisis internacional que demandará oro y que podría convertir al mendigo de Raimondi en un próspero mercader internacional.
En el séquito gubernamental se dirá que existen azuzadores y que el sustrato de este conflicto es ideológico y habrá otros que, con agudeza, crean que si las rentas del oro se distribuyeran directamente entre las familias, no habría razones individuales para salir a pelear contra una mina que es fuente de bienestar, pese a todo.
Un documento del Gobierno que garantice el respeto al medio ambiente, podría calmar los nervios, asumiendo que el proyecto no es inviable, es sostenible y genera beneficios a costo reducido.
En esta tregua, de durar, ella, el Gobierno se juega la paz social y su propia autoridad como tal.
Eddie Cóndor Chuquiruna
Coordinador
Área de Gobernabilidad Democrática
Comisión Andina de Juristas
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