LA VANGUARDIA JUEVES, 25 ABRIL 1991
LOS NUEVOS RICOS DE NICARAGUA
Los sandinistas prosperan sobre el expolio del Estado
Los comandantes vencidos en las urnas son los ricos de Nicaragua
Por JOAQUIM IBARZ
Llegaron al poder con atuendo militar y con la autoridad moral de haber derrotado al régimen de Somoza. Diez años de gobierno sandinista no consiguieron sacar a Nicaragua de su bancarrota económica y profundizaron las heridas de un país en permanente guerra civil y acosado por Estados Unidos. Ahora, un año después de su derrota en las urnas, los comandantes sandinistas se han convertido en los nuevos ricos de un país pobre.
Doña Violeta Chamorro se quedó desconcertada al llegar por primera vez a su despacho presidencial el 25 de abril de 1990. “Virgen de Guadalupe! ¡Se lo robaron
todo!” No encontró más que paredes desnudas -“y no muy limpias”, como apuntó la mandataria-, unos papeles por el suelo, tres mecedoras y una mesita pintada de violeta.
La presidenta no encontró en su despacho ni la bandera nacional, que tuvo que comprar en Miami porque en Nicaragua no localizó ninguna. No sólo las dependencias de Daniel Ortega fueron desvalijadas. Todas las oficinas de la casa presidencial sufrieron un saqueo: los antiguos gobernantes se llevaron escritorios, sillas, máquinas de escribir, computadoras, archivos, los cuadros de los mejores artistas y hasta las toallas de los baños. De la oficina de prensa de la presidencia, todopoderosa y bien dotada durante el sandinismo, desaparecieron cámaras de televisión, miles de vídeos grabados y material de archivo.
El aspecto desolador que presentaba el despacho de la presidenta Chamorro se repitió de manera constante por todas las oficinas y empresas estatales del país. Los antiguos guerrilleros, que fueron admirados e idealizados durante años en todo el mundo, se repartieron los bienes del Estado como un enorme botín, sembrando el escándalo entre las bases sandinistas que todavía mantenían los ideales revolucionarios.
De la noche a la mañana, muchos sandinistas se hicieron millonarios por el sencillo método de quedarse con los escasos bienes de un Estado empobrecido que controlaron de forma totalitaria. Un año después de su salida del Gobierno, los sandinistas son los auténticos nuevos ricos del país, convirtiéndose de hecho en el principal poder económico de Nicaragua, pero con e! enorme costo de haber perdido la mayoría del respaldo político.
“Conquista revolucionaria”
El antiguo partido gobernante corre el riesgo de desintegrarse, debido al desprestigio y a la contestación interior que surge como respuesta. El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) se encuentra en un callejón sin salida al abandonar lo más valioso para un movimiento revolucionario: la autoridad moral.
La cúpula sandinista intenta justificar su enriquecimiento con los bienes del Estado, alegando que durante once años tuvieron unos salarios muy bajos. El general Humberto Ortega llega a decir que al principio eran “muy románticos” y “nadie era dueño de nada”. La defensa también intenta basarse en que a la hora de abandonar el poder no tenían casas ni bienes, por lo que califican como “conquista revolucionaria” el quedarse con las mejores casas de los ricos. Los sandinistas eran estatistas y enemigos de la propiedad privada. Como no pensaban perder el poder, no tenían a su nombre las propiedades expropiadas, por lo que al producirse la derrota electoral, con la que nadie contaba, cundió el pánico entre ellos.
En una entrevista concedida a este diario pocos días antes de las elecciones celebradas el 25 de febrero de l1990, el vicepresidente Sergio Ramírez dijo al planteársele la cuestión de la corrupción: “Yo nada tengo. La casa en que vivo es propiedad del Estado y la abandonaré cuando deje este puesto”. Sergio Ramírez no cumplió su palabra, pues sigue residiendo en la lujosa casa que era propiedad del Estado.
En Nicaragua se ha incorporado la palabra piñata al diccionario político para describir la rapiña sandinista de los bienes del Estado. La “piñata” (cucaña) es el término que se utiliza de manera repetitiva para designar el expolio que realizaron los antiguos gobernantes desde que perdieron las elecciones el 25 de febrero hasta que Violeta Chamorro asumió la presidencia el 25 de abril. Durante esos dos meses, los sandinistas se dedicaron, con codicia para muchos desconocida, a transferir, donar y vender ficticiamente miles de propiedades urbanas y rurales, así como cientos de empresas públicas, a sus partidarios y validos. En total, fueron unos 500 o 600 miembros de la “nomemklatura” política y militar del sandinismo los que pusieron a su nombre casas lujosas, mansiones de veraneo (en las mismas urbanizaciones en la playa a las que acudían los denostados somocistas y en las que ahora se codean con los “Miami boys” que ya empezaron a regresar a Nicaragua), fincas con centenares o miles de hectáreas, fábricas y vehículos de todo tipo. Asimismo, otros miles de cuadros medios del partido y del ejército se quedaron con bienes menos ostentosos.
Para enmascarar su acción y dar un falso contenido social al reparto del botín, legalizaron igualmente la propiedad de misérrimos lotes en los que decenas de miles de personas viven en chabolas y perdonaron los créditos de todos los que tenían deudas con el Estado por la compra de un vehículo. La adquisición de la casa, empresa o finca se realizó por medio de una venta hipotecaria a precios irrisorios, El comandante Tomás Borge adquirió su vivienda en 99 millones de córdobas, equivalentes a 20.000 pesetas, que con la alta devaluación en un mes se convirtieron en poco menos de 5.000 pesetas.
Amplias casas con jardín, pertenecientes anterioroente a gente que fue expropiada por marcharse del país o por motivos más o menos arbitrarios, valoradas en diez, quince o más millones de pesetas, fueron adquiridas por 10.000 o 30.000 pesetas, que por efecto de la rápida devaluación en poco tiempo se convirtieron en nada.
Existen numerosos casos de gente que tienen en su poder una sentencia judicial de la Comisión Revisora de Confiscaciones, por la que se les otorga la propiedad legal de su vivienda; sin embargo, no pueden hacer ejecutiva la sentencia porque su casa, finca o empresa está ocupada por sandinistas, normalmente armados, y ni la policía ni el ejército hacen nada para que recuperen sus bienes.
“Los sandinistas te sacan a balazos cuando uno va a reclamar una casa, y si acudes a la policía no hace nada, porque el oficial también vive en una casa de la ‘piñata’. Es una situación de burla y eso frustra a mucha gente que podría invertir en el país”, declara a “La Vanguardia” el vicepresidente Virgilio Godoy.
Con el argumento de que es necesario mantener la estabilidad del país, los sandinistas Los comandantes que ganaron la revolución se han convertido en una clase adinerada y mantienen las mejores casas de Nicaragua afirman que no hay que revisar las expropiaciones, ni entrar en un proceso de negociación con los antiguos propietarios que quieren hacer valer sus derechos. Y, para apoyar sus argumentos, esgrimen la amenaza de convocar huelgas que podrían hacer entrar al país en una peligrosa espiral.
Virgilio Godoy explica que Jaime Wheelock, uno de los nueve comandantes de la dirección nacional del FSLN y ex ministro de Reforma Agraria, se quedó con la Hacienda San Martín, una finca de 2.700 hectáreas en la mejor zona ganadera del país, que pertenecía a Cornelio Htisk. Wheelock vive en una lujosa mansión que expropió a Donaid Spencer, antiguo propietario de minas de oro.
Godoy asegura también que el sandinista más rico es el general Humberto Ortega, jefe del ejército. Moisés Hassan, ex comandante guerrillero que rompió con los sandinistas hace cuatro años por sus críticas al desviacionismo de la cúpula gobernante, asegura que la fortuna del general Ortega no es inferior a cien millones de dólares.
De hecho, los sandinistas ocupan la gran mayoría de las casas más lujosas de Nicaragua. Daniel Ortega vive en una mansión que ocupa dos manzanas y que expropió al banquero Jaime Morales Carazo. El ex canciller sandinista, el sacerdote Miguel D’Escoto, también vive en una ostentosa residencia, expropiada al banquero Roberto Incer.
Legalizar el expolio
Ahora los sandinistas, que temen enfrentarse a las urnas, alegan que no hay dinero para realizar las previstas elecciones al Parlamento centroamericano. Las críticas a la actuación de los sandinistas llegan desde todos los sectores. El alcalde de Managua, Arnoldo Alemán, no tiene reparos en declarar que “el sandinismo se ha convertido en sinónimo de latrocinio, robo y saqueo de los bienes del Estado”, y basa su afirmación en que los sandinistas “nunca rindieron cuentas de cómo administraron el país”. Recalca que, durante los 44 años de dictadura somocista, la deuda externa alcanzó 1.200 millones de dólares, mientras que con diez años de sandinismo subió a 11.000, aparte de unos 3.000 millones de dólares que se recibieron como donaciones.
“,Dónde está esa plata? Nadie lo sabe. No construyeron viviendas ni hicieron obras públicas; las armas las regalaba la URSS. En las arcas del Estado tan sólo quedó el equivalente a dos millones de dólares, menos que en la época de Somoza, quien dejó dos millones y medio”, denuncia el alcalde. “Llegaron al poder con botas raídas y sudada camisa verde olivo, y se fueron con Mercedes, mansiones, joyas”, afirma Moisés Hassan, quien formó parte de la Junta Revolucionaria de Reconstrucción Nacional, y que ocupó el cargo de viceministro del Interior con Tomás Borge.
Para legalizar el expolio, entre el 27 de febrero y el 23 de abril la Asamblea Nacional -aún dominada por los sandinistas al no haber tomado posesión los nuevos diputados- aprobó 22 leyes destinadas en su mayoría a legitimar el saqueo de los bienes estatales, a sembrar de obstáculos legales la gestión del nuevo Gobierno y a legalizar impresionantes privilegios de organismos miembros del FSLN. Con el mismo propósito, el entonces presidente Daniel Ortega decretó más de 30 leyes de carácter ejecutivo, para garantizar la inamovilidad de sus cuadros en los cargos públicos y empleos estatales por el simple hecho de ser miembros y protegidos del todavía partido gobernante.
Quienes durante su mandato se mostraron como implacables enemigos de la propiedad privada se apropiaron de todo lo imaginable. Emisoras de radio, tiendas, industrias, hoteles, restaurantes, agencias de viaje, sociedades de importación-exportación, centros de diversión, grandes fincas de producción agrícola y de explotación ganadera que eran patrimonio estatal se convirtieron de la noche a la mañana en propiedad privada, en un simple proceso de privatización que algunos exponentes del viejo régimen calificaron irónicamente de “justicia histórica”. En algunos casos, se desmontó una empresa cuya propiedad no podían traspasar, para formar otra controlada por los sandinistas. Tal fue el caso de la emisora nacional La Voz de Nicaragua, cuyos equipos, los más potentes del país, fueron robados para montar Radio Ya, controlada por los sandinistas.
Los artífices de la “piñata” se cuidaron bien de borrar las huellas del saqueo. Durante el periodo de transición, ardieron sin cesar las hogueras alimentadas con documentos, facturas y registros de bienes. Lo más probable es que nunca pueda averiguarse la cuantía de la riqueza pública que pasó a manos de los nuevos ricos nicaragüenses.
“Los archivos del banco los encontramos destruidos. Las computadoras y muchos documentos desaparecieron”, explica Óscar Moncada, director administrativo del Banco
de la Vivienda. Moncada afirma que el banco perdió a causa de la “piñata” unos 300 millones de dólares en casas y terrenos urbanos que prácticamente fueron regalados, sin que beneficiaran a los sectores más pobres y desvalidos. El total de los bienes públicos saqueados por medio de la “piñata” se calcula en más de 700 millones de dólares.
Entre todos los sandinistas venidos a más, la persona que provoca mayor rechazo es Rosario Murillo, esposa de Daniel Ortega, quien pretende mantener su imagen de revolucionaria pura y dura. Sin embargo, Rosario Murillo es acusada por la opinión pública de expoliar el tesoro nacional. Wilfredo Navarro asegura que la ex primera dama se apoderó de pinturas, piezas arqueológicas y hasta quiso traspasar a las organizaciones sandinistas la propiedad del Teatro Nacional Rubén Darío.
Mientras la presidenta Violeta Chamorro se desplaza sin escolta y sigue viviendo en su residencia familiar -una casa sencilla, de clase media alta- el ex presidente Daniel Ortega reside en la lujosa vivienda expropiada al banquero Jaime Carazo y ocupa dos manzanas, y dispone del mismo sistema de vigilancia militar que poseía cuando gobernaba Nicaragua. Ortega y su esposa, Rosario Murillo, se estaban construyendo una casa junto al antiguo Country Club, pero tras la derrota electoral la reconvirtieron en Museo Sandino. Son las contradicciones de un movimiento que acabó sucumbiendo a las mismas tentaciones que pretendió combatir.
ENTREVISTA CON DANIEL ORTEGA
25ABRIL1991 REVISTA LA VANGUARDIA
“Se fueron al carajo, quedaron sus casas y los compañeros las ocuparon”
• En una entrevista en su casa, el ex presidente Daniel Ortega defendió la llamada “piñata” sandinista.
-La nuestra fue la “piñata” de los pobres, que desde el 19 de julio de 1979 trajo educación, tierras y salud a los campesinos. En aras de la estabilidad del país no se puede
cuestionar todo esto.
-¿Éticamente considera justo apropiarse en provecho propio de bienes del Estado?
-Éticamente es mejor que las empresas se queden en manos de los trabajadores que en manos de un tipo que se fue a Miami y que ahora vuelve para recuperar su propiedad. No sería ético devolver la propiedad a un latifundista, a un capitalista, a un somocista. ¿Quién nos demuestra cómo consiguieron sus propiedades antes de la revolución? Tendríamos que investigar y no pararíamos. Habría que investigar a todos los ricos de este país.
-Se dice que los nuevos latifundistas son ahora sandinistas.
-Son campañas para desprestigiarnos. Wheelock distribuyó las tierras con mi consentimiento. Habría que ponerse de acuerdo sobre cuál es el límite de tierras que pueden estar en manos de una persona para que no se considere delito. No es posible que un capitalista o somocista pueda tener 15.000 hectáreas y que un sandinista no tenga derecho a 4.000 o 7.000 hectáreas.
-Hasta qué punto ha desgastado a los sandinistas la llamada “piñata”?
-Lo que está a la orden del día es la “piñata” de los ricos, pues ahora son los ricos los que quieren despojar a los pobres que se beneficiaron de la revolución. Es fácil hacer demagogia con temas como este.
-Hay mucho malestar entre los sandinistas que no se beneficiaron de la “piñata”?
-El malestar se debe a que hay compañeros que no ven claro el alcance de la medida. Por ejemplo, cuando distribuimos camiones no pudimos entregarlos a todos los pobres. Los repartimos hasta donde pudimos llegar.
-En ningún sitio se regalan camiones así como así...
-No hay revolución en todas partes. En España no hubo una revolución como aquí. Salimos del somocismo por la vía armada.
-Cómo explica que el ex canciller D’Escoto viva en una casa lujosa? ¿Se aprovechó de su cargo?
-No se aprovechó. Es un reconocimiento a que muchos funcionarios ganaban un sueldo miserable, no acumulaban capital, .no hicieron plata. Es injusto que a uno lo desalojen de una casa alquilada. Éticamente es injusto, porque debe ser el dueño.
-Hemos visto a muchos oficiales del ejército viviendo en casas lujosas, con dos coches, antenas parabólicas...
-Si vamos a considerar que es delito tener una antena parabólica, eliminemos todas las parabólicas de Nicaragua y del mundo. No sólo pueden tener antena parabólica los
ricos, los somocistas, los capitalistas y los proimperialistas. No hemos luchado para que la gente viva en la miseria. Sería absurdo hacer el papel de tontos y pedir a la gente que está con la revolución que se muera de hambre mientras los otros se enriquecen.
-Pero esos sandinistas viven en casas muy lujosas al lado de barrios de miseria...
-No vamos a resolver el problema de la vivienda entregando esas casas a los ricos somocistas. Ese oficial ha defendido los intereses de la gente pobre. Esos pobres viven en terrenos a los que antes no podían acceder porque eran tierras de ricos.
-Los oficiales del ejército español no viven en casas tan lujosas como los militares sandinistas.
-Nicaragua es un país muy pobre para que los oficiales lleven ese tren de vida...
-Las viviendas que había eran de los somocistas. Era mejor que los oficiales se metieran en esas viviendas que construir otras nuevas. En España no se acabó con el
ejército de Franco, aquí sí acabamos con el de Somoza. Aquí se fueron al carajo y quedaron sus viviendas. Y los compañeros las ocuparon.
FORTUNAS DE ORIGEN DUDOSO
• Hace un año, la Unión Nacional Opositora (UNO), el partido que lidera Violeta Chamorro, consiguió ganar las elecciones a los sandinistas. Fue una victoria inesperada, que sólo se explica como un voto de castigo con tra el derroche y la opulencia que los sandinistas habían mostrado tras hacerse con el poder. Mucho se había esperado de aquellos guerrilleros que desde el 19 de julio de 1979 controlaron el país después de una larga y cruenta guerra contra la dictadura de Somoza.
Pero la realidad no se correspondió con las expectativas creadas y los problemas empezaron realmente para los sandinistas después de su victoria. Asfixiados económicamente por los enfrentamientos con una “contra” subvencionada desde Washington, y desgastados moralmente por su incapacidad para gestionar un
país en bancarrota, ahora deben hacer frente al recelo de la población ante el súbito enriquecimiento de algunos de los antaño revolucionarios.
Muchos cuestionan ahora la manera cómo se formaron esos capitales. Moisés Hassan, comandante guerrillero, ex viceministro del Interior y ex alcalde de Managua, afirma que Tomás Borge y Humberto Ortega lograron amasar una gruesa fortuna cuando ocupaban los cargos de ministro del Interior y ministro de Defensa, y asegura que ambos disponen de cuentas considerables en el extranjero, a través de sus empresas. El origen de estas fortunas, explica, hay que buscarlo en las altas comisiones que conseguían cuando se encargaban de las compras al exterior, que se realizaban a través de intermediarios de actuación muy turbia.
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